Txeroki se fumaba un porro antes de decidir a quién asesinaba

  • Según un sumario de la Audiencia Nacional al que ha tenido acceso lainformacion.com, el líder de ETA comentaba que echaba de menos emborracharse en bares.

    Mientras decidía quién iba a ser el próximo objetivo de la banda, a Txeroki le gustaba 'relajarse' tomándose una copa y fumando marihuana.

Txeroki se fumaba un porro antes de decidir a quién asesinaba
Txeroki se fumaba un porro antes de decidir a quién asesinaba
B.Barón
B.Barón

Antes de decidir y ordenar un asesinato, Txeroki tenía un ritual: se sentaba unos minutos, respiraba hondo, bebía un trago a una copa... y se fumaba un porro.

Quienes lo conocían aseguraban que era un verdadero adicto a esta droga y que su principal preocupación no era dormir con varios muertos en la conciencia. "Txeroki comentó que cuando era legal se emborracha a menudo y que fumaba porros, pero que ahora ya no podía irse de juerga como antes y que lo echaba de menos", explicó uno de los etarras a sus órdenes cuando fue detenido, según un sumario de la Audiencia Nacional al que ha tenido acceso lainformacion.com, en el que se detalla cómo Txeroki preparaba los crímenes. Lo que quizá desconocían los asesinos que le rodeaban es que su afición a los porros no se limitaba aquel que fumaba cuando decidía quién moría y quién vivía.

El día de su detención, el 17 de noviembre de 2008 en Francia, se le incautaron cerca de 100 gramos de hachís en el piso en el que se escondía, es decir, lo suficiente como para 'liarse' unos 700 porros. Una cantidad nada desdeñable para el jefe de un grupo terrorista que se jactaba de asesinar a camellos de poca monta.

Txeroki destacaba, en su juventud, por ser un habitual de las herriko tabernas. Presicamente, en un documento interno incautado en 2008 a la organización juvenil abertzale Segi, ilegalizada por ser la cantera de ETA, se admitía que los gaztetxes se habían convertido en "fumaderos de porros" y que los jóvenes abertzales "sólo quieren fiesta".32 traficantes de drogas asesinados

Esta afición de Txeroki con las drogas supone un choque frontal con la estrategia de los terroristas. Así, ETA mató a 32 personas porque se dedicaban al tráfico de drogas, lo que supone un 9% de sus 361 víctimas civiles, segúnel libro Vidas Rotas (Espasa) en el que se da cuenta de todos asesinados por ETA entre 1960 y 2009.

El primero de los atentados fue en el pub El Huerto de San Sebastián en 1980, aunque le siguieron otros como el atentado en las navidades de 2005 contra la discoteca El Bordatxo, en la localidad navarra de Santesteban. Otro caso fue la colocación en 2001 de 30 kilos de explosivo en la sala Universal, situada en la también localidad navarra de Lakuntza.

Un año antes, ETA había volado la discoteca Txitxarro, en Guipúzcoa, propiedad del hermano del que fuera presidente de la patronal guipuzcoana a quien los terroristas habían asesinado un mes antes.

Además, en un comunicado de 1980, ETA aseguraba que "hay sectores de nuestro pueblo, especialmente de nuestra juventud que han sucumbido al cebo colocado, encontrándonos en estos momentos con que en zonas de Euskadi reconocidas principalmente por su combatividad y radicalización de lucha se dan cada vez más casos de jóvenes entregados al trapicheo y consumo de drogas duras, y cuyo final, desgraciadamente, no puede ser otro que la muerte por sobredosis, o la conversión en confidentes".

En ese mismo texto ya advertía de que sus acciones se "dirigirán tanto a realizar ataques de advertencia sobre establecimientos y centros de distribución y consumo de tales productos como a realizar ataques de eliminación física sobre miembros significativos de este alienante y corrompido mundillo de la droga".Varios etarras coqueteaban con las drogas

Txeroki no es el único aficionado a estas sustancias ilegales. De esta manera, Ibai Beobide Arza llevaba marihuana en el momento de su detención en 2010. También a Ibon Iparraguirre Burgoa le incautaron dos bolsas de marihuana, 41 bolsas con sustancias estupefacientes y cuatro básculas para el pesaje de la droga.

Por último, el ex responsable del suministro de armas de la banda, Aitzol Etxaburu, guardaba en su casa una gran cantidad de marihuana, ya cortada de la planta y en proceso de secado.

Todo esto pudiera parecer extraño de no estar probada la relación entre ETA y las FARC, famosas por sus delitos de tráfico de drogas, que investiga desde 2008 la Audiencia Nacional. Así, ambas organizaciones criminales realizaron entrenamientos conjuntos o diseñaron planes para que las FARC actuaran en territorio español.

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