Un total de 93 profesionales de los medios fueron asesinados en 2016, casi 20 menos que el año anterior

EUROPA PRESS
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De esta forma, la FAPE ha detallado que las cifras de 2016 son inferiores a las 112 muertes registradas en 2015, con menos asesinatos en países como Honduras (1), Libia (2), Filipinas (3) y Sudán del Sur (1).

No obstante, ha advertido de que los niveles de violencia han ascendido en países como Afganistán, Guatemala, Iraq y México debido al terrorismo extremista, los conflictos armados y el crimen organizado. Además, ha añadido que Yemen, India, Pakistán y Siria forman otro grupo de países en el que se aprecia un cambio leve o inexistente en relación con el número de periodistas y trabajadores de medios asesinados el año pasado.

En concreto, a día 29 de diciembre de 2016, la FIP ha registrado 93 asesinatos planificados, ataques con bomba y tiroteos, y 29 muertes relacionadas con accidentes y desastres naturales, lo que supone un número total de 122 muertes.

Los países con el mayor número de asesinatos de trabajadores de medios son Irak con 15, seguido de Afganistán (13), México (11), Yemen (8), Guatemala (6), Siria (6), India (6), y Pakistán (5). Según las cifras de la FIP, el Mundo Árabe y Oriente Medio ha registrado el mayor número de asesinatos con un total de 30, seguidos de Asia-Pacífico con 27, América Latina con 24, África con 8 y Europa con 3 asesinatos.

Asimismo, otros 20 corresponsales deportivos perdieron la vida en el accidente aéreo en Medellín (Colombia), un país en el que no se ha registrado ningún asesinato este año frente a los tres de 2015, según ha precisado la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE), que ha recordado que otros nueve periodistas rusos murieron en un accidente en un avión militar.

"Cualquier disminución de la violencia contra periodistas y trabajadores de medios es bienvenida pero estas estadísticas y los continuos ataques deliberados contra trabajadores de medios, en la mayoría de casos mortales, dejan poco espacio a la esperanza de ver el final de la actual crisis de seguridad en los medios de comunicación", ha declarado el presidente de la FIP, Philippe Leruth.

En este sentido, ha destacado que "estos niveles de violencia en los medios de comunicación deben incentivar la acción de todos aquellos comprometidos con la protección de los periodistas". "Estos crímenes no pueden quedar impunes. La FIP y sus afiliados en todo el mundo redoblarán sus esfuerzos para movilizarse con el fin de tomar medidas para eliminar la sombra de violencia que planea sobre el periodismo", ha subrayado.

La FAPE ha señalado que, en línea con el "devastador" ataque terrorista contra la revista satírica Charlie Hebdo a comienzos de 2015 en Francia, unos talibanes atacaron una furgoneta de TOLO TV en enero de 2016, matando a siete periodistas y personal de medios tras calificar la emisora de televisión de objetivo militar.

Por otro lado, ha manifestado que la FIP es "consciente" de los periodistas desaparecidos que se teme que hayan muerto, pero en ocasiones no hay suficiente información para determinar que hayan sido asesinados, como es el caso del periodista burundés Jean Bigirimana, en paradero desconocido tras desaparecer hace seis meses.

"El número de periodistas y trabajadores de medios asesinados por realizar su trabajo podría ser aún mayor si no fuera por la falta de información fiable sobre los casos de desaparecidos y la autocensura de los periodistas en algunos países para no atraer la atención indeseada del crimen organizado", ha añadido el secretario general de la FIP, Anthony Bellanger.

A su juicio, es "urgente presionar a los gobiernos para que investiguen con rapidez todas las formas de violencia, incluyendo los asesinatos y las desapariciones forzadas, de forma fiable para proteger la integridad física y la independencia profesional de los periodistas".

La FIP elabora la lista anual de periodistas y trabajadores asesinados en base a la información proporcionada por sus afiliados y otras fuentes fiables tras verificar una conexión clara entre el asesinato y la actividad periodística de la víctima.

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