España 2020: más de 3 millones de parados y 2 millones de empleos sin cubrir

    • Según Randstad, nuestro país tendrá dentro de 5 años 3,5 millones de parados, con la paradoja de que para aquel momento habrá 1,9 millones de puestos de trabajo con dificultades para ser cubiertos.
    • Los mejor preparados y aquellos que estén dispuestos a cambiar de funciones, trabajos y lugar de residencia, aprovecharán la mejora de la economía y del mercado de trabajo.
El sector de la biotecnología es uno de los que no han dejado de crear empleo en España durante la crisis.
El sector de la biotecnología es uno de los que no han dejado de crear empleo en España durante la crisis.
Q. Rodríguez

Según los cálculos de Randstad, nuestro país seguirá teniendo dentro de 5 años unos 3,5 millones de desempleados, con la paradoja de que para aquel momento habrá 1,9 millones de puestos de trabajo con dificultades para ser cubiertos. ¿Cómo puede ser? La formación, ahí está la respuesta.

El presidente ejecutivo de Randstad España y Latinoamérica, Rodrigo Martín, ha explicado estas estimaciones de su compañía, uno de los mayores grupos de recursos humanos y empleo de nuestro país, en la presentación del informe Randstad Employer Branding: cuando la percepción puede convertirse en realidad, que se ha desarrollado en Madrid en la víspera del día del trabajo.

Martín cree que la nueva dualidad del mercado laboral español ya no será las dos realidades diferentes que tradicionalmente en nuestro país han tenido los trabajadores en función de si firmaban un contrato indefinido o temporal. Esa nueva dualidad, las dos realidades bien distintas para unos y otro profesionales, estará determinada por su nivel de cualificación, que marcará sus posibilidades de empleabilidad. El presidente de Randstad ha señalado que "puede empezar a verse una dualidad laboral por las características formativas y no por el tipo de contrato como hablábamos hasta ahora".

La compañía de intermediación laboral de origen holandés vaticina que en el año 2020 nuestro mercado de trabajo seguirá soportando, por un lado, unos 3 millones y medio de desempleados, fundamentalmente los menos formados o que no estén dispuestos a la movilidad geográfica por causas laborales. Quienes no sean capaces de adaptarse a un nuevo escenario mucho más flexible verán reducido a la mínima expresión su nivel de empleabilidad.Perfiles relacionados con la tecnología

Por el contrario, los mejor preparados y aquellos que estén dispuestos a cambiar de funciones, trabajos y lugar de residencia, aprovecharán la mejora de la economía y del mercado de trabajo. Especialmente, los más cotizados e insuficientes serán profesionales relacionados con las ingenierías, las tecnologías de la información, los perfiles técnicos y de ciencias en general. Estamos ante una "nueva era más compleja", ha señalado.

Una paradoja que no sólo se dará en España, sino a nivel general en los países desarrollados, aunque en el nuestro es mucho más chocante por el altísimo nivel de desempleo.

Martín cree que "hay que hacer reformas y derribar mitos, porque no podemos aceptar que una parte de la población no trabaje nunca. Vincular la reforma educativa y la formación continua de trabajadores al mercado laboral es mucho más importante en este sentido que las cuestiones relacionadas con el marco de contratación, que es donde siempre se pone el foco". Y, cada persona, ha aconsejado, en lo que mejor puede invertir es en su formación y en su flexibilidad laboral. "Flexibilidad en su más amplio sentido: geográfica, funcional, etcétera", ha explicado.Flexibilidad

Porque, según el primer ejecutivo de Randstad en España y Latinoamérica, la única solución para dar a las empresas la flexibilidad que reclaman y que necesitan para ser competitivas y adaptarse a los ciclos, por un lado; y, por otro, ser capaces de ofrecer empleo de forma permanente a los trabajadores, es avanzar hacia lo que se ha bautizado como flexiseguridad. "La vía legislativa lo único que hace es elevar o reducir el cálculo de la indemnización por despido, pero no varía nada. El cambio ha de ser cultural".

Un cambio que no sólo concierne a las relaciones laborales, sino a otros muchos aspectos de la sociedad. Para que las personas puedan desenvolverse en ese nuevo escenario, las transformaciones han de ir mucho más allá. Martín ha puesto como ejemplo Holanda donde una entidad financiera no valora a la hora de conceder una hipoteca a un cliente si su contrato es fijo o temporal, sino su empleabilidad y su nivel de ingresos sostenido en el tiempo.

Por no hablar del papel que juega el mercado y los precios de alquiler de viviendas en las posibilidades de movilidad geográfica de los trabajadores por causas laborales. Encontrar soluciones a estas circunstancias es la única forma de combinar flexibilidad y seguridad, sin caer en precariedad.

En definitiva, se trata de dotar a las empresas de los instrumentos adecuados de flexibilidad laboral, y trabajar en la empleabilidad de los profesionales, que les garantice siempre tener empleo. No el mismo, pero poder acceder siempre a un empleo cuando se producen cambios.

Como también señaló Bill Clinton, el expresidente de Estados Unidos, en su última visita a España hace ya dos años, la garantía de tener siempre una ocupación no vendrá ya vía legislación, normativa laboral, convenios colectivos… "La verdadera protección no van con el tipo de contrato, sino con uno mismo. Antes se le pedía al empleador, pero ahora la deberá tener cada persona", coincide el presidente de Randstad España y Latinoamérica.

Los trabajos ya no son para toda la vida, los empleadores no pueden garantizarlo porque en un mundo mucho más competitivo y globalizado, deben adaptarse rápidamente a los cambios sucesivos. La seguridad laboral vendrá por el nivel de preparación y adaptación de los profesionales. No se tendrá el mismo empleo toda la vida, si no que quienes tengan un alto nivel de empleabilidad tendrán siempre trabajo, pero en distintas empresas, funciones, tareas, puestos e, incluso, países. Especialmente los jóvenes deben estar dispuestos a hacer las maletas por motivos de trabajo e ir a buscarlo allí donde se genere, que no siempre será en su país. Algo que a lo que las nuevas generaciones se muestran más abiertas que sus mayores. Autoempleo

También habrá que estar mucho más abierto a formas más minoritarias de empleo hasta ahora en nuestro país como las del autoempleo, el freelance, el trabajador por proyectos o el gyk (quien combina varios empleos de menor dedicación en lugar de un solo puesto de trabajo convencional). Profesionales que trabajan generalmente como autónomos y combinan varios empleos en su sentido tradicional, pero sin pertenecer a la plantilla de las organizaciones para las que trabajan.


Habrá más oportunidades para ellos porque las empresas cubrirán sus necesidades de producción con un trébol formado por una plantilla más corta (un tercio); la subcontratación de tareas a otras firmas (otra tercera parte); y el encargo de determinadas actividades o servicios a profesionales extrenos, freelance o por proyectos.

Unas opiniones las de Clinton y Martín, que comparten las máximas responsables de recursos humanos de empresas de sectores tan diferentes como Microsoft España, Mutua Madrileña o FCC. Según estas directivas, la última reforma laboral ha sido sólo un pequeño avance en la flexibilización del marco laboral de nuestro país. Y coinciden en señalar que aún es necesario un cambio mucho más profundo en la organización del trabajo, las relaciones laborales y la negociación colectiva para dar respuesta a la realidad de multinacionales con empleados en distintos continentes trabajando de forma colaborativa, con diferentes usos horarios, mercados laborales, y culturas. O para gestionar las posibilidades que ofrece la tecnología en el campo, por ejemplo, del teletrabajo.

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