Madre y autónoma, más difícil todavía: la verdadera brecha social de las mujeres

  • La nueva ley de autónomos concede una tarifa plana a las mujeres que se incorporan tras dar a luz, un cambio que las emprendedoras ven insuficiente.
Las autónomas disfrutan de las mismas 16 semanas de baja de maternidad.
Las autónomas disfrutan de las mismas 16 semanas de baja de maternidad.
EFE

Las emprendedoras pagan el pato en la maternidad. Si la brecha salarial es ya de por sí un grave problema para las trabajadoras, las autónomas lo tienen peor. Su perfil introduce diferencias no solo económicas sino también sociales cuando son madres. Atenazadas por la incertidumbre, la mayoría cotiza por la base mínima y eso reduce también su prestación al montante más bajo. Muchas de ellas, además, experimentan dificultades para desatender sus negocios durante la baja. Una y otra cuestión marcan la diferencia. 

La Ley de Medidas Urgentes del Trabajo Autónomo, en vigor desde enero pasado, busca facilitarles la vida. Extender la tarifa plana a las autónomas que se incorporan tras dar a luz y eliminar la cuota a madres con menores de 12 años y/ o dependientes a cargo son dos de sus medidas estrella pero las mujeres las ven insuficientes. 

Representan el 35% de la fuerza emprendedora del país. En total, 1.130.771 trabajadoras por cuenta propia, un colectivo que no ha dejado de crecer. Hasta 24.029 mujeres más desde el inicio de la crisis, un periodo que llevó a muchas de ellas a crear su propio trabajo ante la dificultad de encontrarlo. Solo en 2017, el Régimen de Trabajadores Autónomos (RETA) registró un 45,2% de nuevas emprendedoras.

España recobró en 2015 el número de emprendedoras perdido durante la reciente recesión. Y muchas no volverán a trabajar para otros.“Las condiciones laborales que consiguen siendo sus propias jefas son mejores que las que les pueden ofrecer en empleos por cuenta ajena”, tanto a nivel salarial como en conciliación, reconoce Celia Ferrero, vicepresidenta de la Federación de Trabajadores Autónomos (ATA). 

Las emprendedoras tributan por la mínima. En concreto, el 90% se acoge a una base de 919,8 euros, incluida la incapacidad temporal y la cobertura por el embarazo, de lo que resulta una prestación de 884 euros al mes. Muchas autónomas son incapaces además de desatender su fuente de ingresos. Las emprendedoras tienen cubiertas las 16 semanas de baja de maternidad como cualquier asalariada. El problema en su caso son las cuantías. Al cotizar en su mayoría por la mínima, las prestaciones las empobrecen y las potenciales pérdidas de trabajo y clientes durante los meses que duran los cuidados del nuevo vástago las retrae. 

Tarifa plana de 50 euros

La nueva ley de autónomos concede una tarifa plana a quienes se incorporan tras la maternidad dos años después de cesar la actividad , un cambio que las emprendedoras ven insuficiente. La cuota baja en concreto a 50 euros durante un año, dos para las residentes en Madrid. 

Aunque la nueva ley las mima más a ellas, la norma no es la panacea que sus impulsores preveían. La prolongación del descuento solo ha traído 3.565 nuevas altas de autónomas desde la reforma: en enero, 6.996 mujeres se dieron de baja en el reta y en febrero se inscribieron 3.565. 

Para aprovechar la nueva norma, Cecilia Ferreo anima a todas las mujeres autónomas a aumentar su contribución en los periodos más rentables. "Es el caso de nuestras asociadas del sector turístico, cuyos son resultados son mejores durante los trimestres dos y tres", comenta y les recomienda "entender la Seguridad Social como su seguro".

Si la autónoma contrata a un sustituto, tanto los seguros sociales del trabajador como la cuota de autónomo están bonificados al 100% durante el periodo del contrato. Pero a las emprendedoras esta opción les resulta insuficiente, y a muchas no les sale a cuenta formar a un suplente. Con lo cual, optan por repartir el tiempo de baja con su pareja y no solo por un cuestión de igualdad sino "porque adelantar la incorporación amortigua las pérdidas". Otras, además, trabajan desde casa para conciliar.

Con todo, las autónomas tienen derecho a disfrutar del periodo de maternidad a tiempo parcial. Para esto, tienen que reducir la actividad a la mitad y cobrar el equivalente. Cuando finaliza la baja, "para ellas no hay jornada reducida", se lamenta la vicepresidenta de ATA.  

Más allá de la brecha salarial, para la vicepresidenta de ATA, el primero y más grave de los problemas de una autónoma son sus dificultades de conciliación. La organización ha preparado un decálogo de 32 medidas para profundizar en los cambios este 2018, muchas de ellas enfocadas a hacer compatibles la vida familiar y laboral de las mujeres autónomas, con especial hincapié en las trabajadoras rurales.

Usue Mendivieta, fundadora del movimiento #mamiconcilia, ayuda con algunas propuestas en primera persona: "Un 30% de descuento en el importe del pago de la cotización por cada hij@ menor de 12 años sin afectar a la base de cotización acumulable, por supuesto; derecho a estar de baja (con una asignación económica) por enfermedad grave de hij@; posibilidad de contratar en estos periodos de baja en condiciones muy especiales (seguros sociales a cargo del Estado, por ejemplo); puntuación preferente para el acceso a plazas públicas en centros escolares...", enumera. "Todo esto para madres emprendedoras de base, es decir, utilizando criterios de renta y patrimonio; no vale que se le aplique a Ana Patricia Botín, por ejemplo", comenta con sorna.

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