#8M, huelga feminista: ¿qué tiene que aprender España de la ejemplar Islandia?

  • Su actual primera ministra, Katrín Jakobsdóttir, es la tercera mujer que dirige un país pionero, también, en poner fin por ley a la brecha salarial.
Día Libre de la Mujer, el 24 de octubre de 1975.
Día Libre de la Mujer, el 24 de octubre de 1975.
EFE

Islandia, el país sin luz, se levantó de su particular letargo de género un soleado día de octubre de 1975. Aquel día las islandesas salieron a la calle para reivindicar igualdad respecto de sus compañeros hombres. Pararon, literalmente, el país. Casi todas ellas olvidaron sus rutinas y salieron a la calle. Trabajos, hogares, hijos, mayores y otros dependientes… unos cerraron y otros fueron atendidos por los hombres. No es el único precedente de la huelga feminista convocada el 8 de marzo próximo, pero sí el de mayor éxito.

Aquel 24 de octubre, el 90% de las mujeres de islandesas abandonaron sus puestos de trabajo, el cuidado de la casa y de la familia. La huelga paralizó la isla y cambió su historia para siempre. Durante ese día, los hombres tuvieron que hacerse cargo de la casa, llevarse a sus hijos al trabajo porque cerraron las escuelas y varias empresas y atender a sus mayores. Gracias a este día, Islandia tuvo poco después una mujer presidenta del Gobierno, la primera del mundo, e inició un camino para que a día de hoy sea un ejemplo en igualdad de género.

Vigdis Finnbogadottir, en la presidencia islandesa desde 1980 hasta 1996, fue la primera mujer elegida democráticamente para dirigir un país. Madre soltera, ex profesora y directora de la Compañía de Teatro de Reykjavík, estuvo en el cargo 16 años. Según cuenta la BBC en un artículo, los niños estaban tan acostumbrados en ese país a ver a su mandataria que cuando la televisión anunció que Ronald Reagan llegaba a la Casa Blanca, un pequeño islandés exclamó a su madre: “No puede ser presidente, es un hombre”.

La idea de la huelga fue una propuesta de las Red Stockings (medias rojas), un movimiento radical femenino fundado en 1970."El movimiento causó un gran revuelo por sus ataques contra la visión tradicional hacia las mujeres", cuenta Ragnheidur Kristjansdottir, profesor de Historia de la Universidad de Islandia. Pero cuando la huelga fue rebautizada como El Día Libre de las Mujeres consiguió un apoyo casi total.

Un año más tarde, se creó el Gender Equality Council y el parlamento aprobó la Gender Equality Act, con lo que la discriminación de género en el trabajo y la escuela pasaba a ser ilegal. Pero hubo más huelgas, en 1985, 2005 y 2010, en las que la igualdad salarial de género fue siempre un punto a reivindicar

Vigdis Finnbogadottir venció a tres candidatos masculinos en las presidenciales de 1980 y se hizo tan popular que fue reelegida sin oposición en dos de las tres elecciones que siguieron. Además, en la parlamentaria de 1983 aparecieron las primeras listas compuestas sólo por mujeres y un nuevo partido, el Women's Alliance (Alianza de Mujeres), ganó sus primeras diputadas. En el año 2000 se introdujo el permiso de paternidad remunerado, y en el 2010 una mujer, Johanna Sigurdardottir, asumió por primera vez el cargo de primera ministra de Islandia y fue la primera líder gubernamental en el mundo abiertamente homosexual.

La actual primera ministra de Islandia, Katrín Jakobsdóttir, de 41 años, es líder del Movimiento de Izquierda-Verde, ecologista, pacifista y feminista y ha conseguido unir a la derecha y la izquierda para formar coalición bajo su mandato. Su principal respaldo fueron las mujeres y los votantes más jóvenes, entre 18 y 29 años.

Hoy en día, un tercio de las islandesas engrosan un grupo de Facebook que, irónicamente, se llama Consejos de belleza, en el que se discuten activamente cuestiones de género; pero hay otras muchas asociaciones con esta filosofía, como el colectivo de rap feminista Hijas de Reykjavik.

Islandia encabeza el Índice Global de la Brecha de Género del World Economic Forum desde 2009, lo que significa que es el país del mundo donde hay más igualdad entre mujeres y hombres. Y no solo en este ránking de igualdad ha querido ir por delante. En el país nórdico las empresas están obligadas por ley a demostrar que no discriminan a las mujeres con menores salarios en el mismo puesto de trabajo. Una norma con la que el Ejecutivo nórdico se ha marcado la meta de erradicar la brecha de género en 2022. Las empresas con más de 25 empleados deben certificar en su rendimiento de cuentas públicas que sus trabajadores cobran lo mismo el mismo cargo. Islandia pasa así a ser el primer país del mundo en poner fin, por ley, a la brecha salarial de género.

Con todo, el camino no ha sido fácil y el país de la igualdad también ha sufrido sus traspiés. El camino hacia la equidad salarial registró en 2017 su primer retroceso desde que empezó a hacerse público, en 2006, debido sobre todo al empeoramiento de las condiciones laborales y a la representación política. Si hacemos caso a este barómetro, hombres y mujeres solo llegarán a cobrar un salario igual por el mismo trabajo hasta dentro de 217 años.

Un antes y un después, también para España

"Este sistema económico colapsa sin nuestro trabajo", afirma Inés Binder, del Movimiento Feminista de Madrid respecto de la convocatoria del 8 de marzo próximo. Si todas las mujeres secundan la huelga de este jueves, solo trabajaría el 2% de los profesionales de educación infantil o el 6% de los de enfermería.

Guarderías sin personal para atender a los niños, hospitales sin enfermeras, colegios sin profesorado, dependientes al cuidado de ellos. En el sector sanitario casi el 85% de los enfermeros son mujeres, en médicos el porcentaje disminuye pero roza el 50%. Ésta puede ser la imagen que nos encontremos el próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer y fecha elegida para la convocatoria de la huelga feminista. 

La educación infantil prácticamente desparecería por un día: más del 97% de los profesores son mujeres. En primaria la situación no sería muy diferente, ocho de cada diez son profesoras. Ellas ocupan casi el 90% de los puestos en estos y otros sectores como el cuidado de mayores.

Como en Islandia, el país se paralizaría.

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