La AIEA abrirá un banco de uranio en Kazajistán para evitar la proliferación nuclear

  • La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) está a punto de abrir en la ciudad de Öskemen, al oeste de Kazajistán, un banco de uranio de bajo enriquecimiento, la materia prima para fabricar combustible nuclear y bombas atómicas, aunque con la expectativa de que apenas tenga clientes.
Reuters/EP

El uranio será almacenado en una planta industrial de la era soviética que en 1994 fue desarticulada durante una operación encubierta de Estados Unidos por considerar que sus sistemas de seguridad eran demasiado débiles y no tendrá categoría armamentística.

Los estados miembros de la AIEA podrán "extraer" uranio de bajo enriquecimiento a precios de mercado en el caso de que los suministros de una central nuclear se interrumpieran "debido a circunstancias excepcionales", de modo que el banco será un prestamista de último recurso.

El objetivo de la AIEA con la apertura del banco es prevenir la proliferación nuclear, evitando que los que están autorizados a hacerlo desarrollen tecnología atómica y que los demás intenten conseguir este material de forma ilegal.

Además, la AIEA pretende evitar cualquier disputa similar a la producida por el programa nuclear de Irán antes de que las potencias mundiales alcanzaran un acuerdo con la República Islámica para que limitara su industria atómica.

El director del Centro de Estudios de Energía y Seguridad, Anton Khlopkov, ha explicado que esta decisión "no garantiza que los nuevos países no creen instalaciones de enriquecimiento de uranio", pero sí "crea incentivos adicionales" para que no lo hagan.

El banco, situado a unos 1.000 kilómetros de la capital kazaja, Astaná, almacenará hasta 90 toneladas de uranio de bajo enriquecimiento y contará con su propia terminal ferroviaria. La instalación está rodeada por un malla de seguridad que tiene 3,5 metros de altura y cuenta con numerosas cámaras de seguridad.

Kazajistán es una opción lógica, ya que es el mayor productor mundial de uranio. Sin embargo, el hecho de que el banco ruso que ya existe no se haya utilizado en casi una década demuestra que el mercado está funcionando, según Khlopkov, que augura "que el banco kazajo tampoco sea necesario".

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