De esta forma, el regulador bancario de la Unión Europea explicó que una fusión con el regulador de seguros comunitario "no daría lugar a ningún beneficio en términos de reducción de costes en las funciones empresariales, pero sí en aquellas áreas donde haya escasez de recursos, de manera que puedan unir sus fuerzas", explicó el presidente de la EBA, Andrea Enria, en una carta dirigida a la Comisión.
Asimismo, explicó que estos cambios "deben ser reconsiderados, ya que generan una desconexión entre las funciones reguladoras y de supervisión".
La EBA, con sede en Londres y que tendrá que buscar un lugar al que trasladarse una vez se haga efectivo el Brexit, responde así a una consulta pública impulsada desde Bruselas sobre la estructura futura de la supervisión financiera en la UE.
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