Canadá, candidato a entrar en el AIIB, el banco de inversión impulsado por China

Canadá será candidato para unirse al Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (AIIB), una institución promovida por China y que genera la desconfianza de Estados Unidos, indicó este miércoles en Pekín el ministro canadiense de Finanzas.

"Canadá siempre está buscando maneras de crear esperanza y oportunidades para nuestra clase media y para la gente de todo el mundo", dijo el ministro Bill Morneau en un comunicado. "Ser miembro del AIIB es una oportunidad para conseguirlo", añadió.

El anuncio coincide con una visita a China del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, antes de la cumbre de líderes del G20 en la ciudad de Hangzhou, el 4 y 5 de septiembre.

El AIIB, fundado en 2015, tiene el objetivo de financiar proyectos de infraestructura en Asia. De los 57 miembros fundadores, cerca de 20 son países occidentales, incluyendo Reino Unido, Alemania y Francia.

Pero el banco supone de facto un contrapeso a otras instituciones similares controladas por Estados Unidos (Banco Mundial) o Japón (Banco Asiático de Desarrollo).

Ambos países se han negado a entrar en el AIIB, preocupados de que China use la institución para sus propios objetivos geopolíticos.

China quiere reforzar su influencia diplomática en Asia pero también en Europa con inversiones masivas en lo que ha llamado "nuevas rutas de la Seda", con el objetivo entre otros de vender su sobreproducción de cemento y acero.

Pekín también participó en la creación de un banco de desarrollo de economías emergentes junto a Brasil, Rusia, India y Sudáfrica y cuya sede está en Shanghái.

El AIIB tiene previsto dar créditos por valor de entre 10.000 y 15.000 millones de dólares anuales en sus primeros años de existencia, indicó en diciembre su presidente, el chino Jin Liqun, que había trabajado para el Banco Asiático de Desarrollo y el Banco Mundial.

Jin se felicitó el miércoles por la decisión de Canadá, que demuestra "una confianza en los sólidos fundamentos del banco".

Los derechos de voto de China en el AIIB se hallan "inevitablemente diluidos" con la llegada de nuevos miembros, pero Pekín "no se considera como el gran jefe y coopera abiertamente con todo el mundo" añadió.

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