La ministra de Medio Ambiente de Canadá Catherine McKenna anunció el martes el acuerdo de su gobierno para la construcción de un gasoducto y dos terminales de gas licuado del malasio Petronas en la costa de la Columbia Británica, sobre el Pacífico, en el oeste del país.
Fuertemente criticado por los ambientalistas y por grupos de nativos autótonos, el proyecto, que insumirá unos 36.000 millones de dólares canadienses (24.000 millones de euros), apunta a exportar gas licuado a través de barcos hacia los mercados asiáticos.
Se trata además del primer proyecto aceptado por el gobierno liberal, instalado un año atrás, que va en contra de los ambientalistas, pero que es aceptado en nombre de los intereses económicos del país.
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