El autor del `informe Uber´ que dividió a la CNMC deja el regulador

  • Seis consejeros de la CNMC solicitaron su cese el pasado año por pérdida de confianza

    El director se convirtió en centro del pulso del presidente de la CNMC con los consejeros del PP

El presidente de la CNMC, José María Marín Quemada.
El presidente de la CNMC, José María Marín Quemada.
EUROPA PRESS
Santiago Carcar

Antonio Maudes, director de promoción de Competencia de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) deja el órgano regulador. Según fuentes internas de la Comisión, Maudes ha anunciado su marcha a través un correo electrónico enviado a consejeros y miembros del organismo. Maudes fue el autor del informe sobre economía colaborativa que motivó un prolongado enfrentamiento entre el presidente de la CNMC, José María Marín Quemada y los consejeros nombrados a instancias del PP en el regulador, con la vicepresidenta Maria Fernández al frente.

El choque entre Marín Quemada y los consejeros afines al PP culminó en la primavera del pasado año cuando Maudes finalizó el informe sobre economía colaborativa -el llamado informe Uber-que fue aprobado por la Sala de Competencia sin llegar al Pleno. En el documento, el regulador se mostraba partidario de mayor libertad de acceso a los mercados del taxi, del alquiler de coches con conductor (VTC) y de alquiler de viviendas vacacionales, tras la llegada de servicios como Uber y Airbnb.

Maudes, con el apoyo de algún consejero como José Maria Guinart, abogó por reclamar a todas las administraciones públicas que las nuevas normativas para regular las alternativas a hoteles, taxis o autobuses interurbanos no incluyeran “restricciones injustificadas” e “innecesarias” tanto para los particulares que comparten su casa o su coche como para las plataformas online que los ponen en contacto con los clientes.Un choque duro

El enfrentamiento fue sonado. En el pleno del 29 de marzo de 2016, seis de los diez consejeros de la CNMC reclamaron el cese de Maudes por pérdida de confianza. El pulso estaba sobre la mesa y el presidente Marín Quemada convirtió a Maudes en símbolo de resistencia. No cedió y pese a la petición de la mayoría del consejo, mantuvo al director de Competencia en su puesto.

La batalla en torno a Maudes, transformada en un pulso letal para Marín Quemada, provocó cruces de acusaciones y filtraciones que revelaban la intensidad de la lucha en un organismo crucial para el funcionamiento sano de los mercados.

Hasta el auditor de la CNMC se hizo eco de la pelea y advirtió de sus posibles consecuencias. A finales de 2016, el departamento de control interno de la Comisión elaboró un informe en el que destacaba que algunos consejeros habían “infringido” el deber de guardar secreto o reserva de las deliberaciones. En el texto, les acusaba de realizar juicios de intenciones peyorativos sobre la postura de los demás miembros de la sala.El informe interno criticaba también la utilización de los votos particulares de los consejeros porque, en su opinión, no se limitaban a exponer sus discrepancias con las resoluciones, sino que difundían información sensible sobre “el contenido material de la deliberación, los cambios de criterio (de los consejeros) y las supuestas intenciones de los deliberantes”.Las aguas siguen agitadas en la CNMC y no sólo por la salida de Maudes. Las últimas decisiones de la Audiencia Nacional, anulando multas multimillonarias a Repsol y a empresas de telecomunicaciones no ha hecho sino aumentar el malestar interno.

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