Los técnicos municipales habían declarado previamente la ruina inminente de la vivienda, al comprobar que el deterioro era de tal envergadura que hacía "inviable" su recuperación.
Se trataba de una vivienda de tipología familiar, de 92 metros cuadrados repartidos en dos plantas, con muros de carga de mampostería enfoscada, estructura de madera y cubierta de teja árabe sobre ripia.
Con esta demolición, se pone fin al "peligro" que suponía un posible derrumbe de la construcción, al encontrarse situada junto a la vía pública.
Según el informe elaborado por los técnicos municipales, la vivienda, construida antes de 1920 de acuerdo con el catastro, presentaba un "mal estado generalizado y riesgo de derrumbe" por el agotamiento de la cubierta del edificio.
Esta actuación se enmarca dentro de las labores de control que realiza el Ayuntamiento para velar por el mantenimiento de los edificios de la ciudad en un adecuado estado de conservación y para garantizar así la seguridad, informa el Consistorio en un comunicado.
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