El Producto Interior Bruto (PIB) de Irlanda registró un importante crecimiento de 7,8% en 2015, impulsado por los sectores industrial y de la construcción, anunció el jueves la Oficina de estadísticas irlandesa (CSO).
La economía irlandesa era un ejemplo de dinamismo a finales de los 1990 y hasta 2007, cuando se derrumbó por el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis financiera internacional.
Ahora, tras el rescate de varios organismos internacionales y un régimen severo de austeridad, vuelve a registrar buenos datos, alimentada en parte por la implantación de grandes multinacionales tecnológicas y farmacéuticas, atraídas por un régimen fiscal muy favorable.
Aún así, si se deja de lado la aportación a la economía de estas empresas, el crecimiento fue de 5,7%, una tasa envidiable para los otros países europeos.
Este crecimiento se apoyó en el aumento de la producción industrial (+13,7%) y del sector de la construcción (+8,8%), principalmente. Otros, como los transportes, la agricultura y la comunicación tuvieron un incremento superior al 5%.
Este desempeño no impidió que los irlandeses le retiraran su apoyo al primer ministro Enda Kenny en las elecciones del 26 de febrero, hartos de austeridad y estancamiento salarial, aunque ningún partido logró mayoría absoluta y hay negociaciones para formar gobierno.
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