El ministro de Comunicación de Etiopía, Zadig Abrha, ha detallado que el suceso tuvo lugar durante la jornada del miércoles, agregando que siete de los atacantes huyeron cruzando la frontera hacia Sudán.
Asimismo, ha asegurado que las autoridades sudanesas les detuvieron tras su entrada al país y les entregaron a Etiopía, tal y como ha recogido la estatal Fana Broadcasting Corporation.
El grupo armado, llamado Movimiento de Liberación del Pueblo de Benishangul Gumuz opera cerca de la frontera con Sudán, concretamente en el estado de Benishangul Gumuz, en el que se encuentra la presa, que ha sido fuente de tensiones regionales en los últimos meses.
El proyecto, valorado en 4.000 millones de dólares (alrededor de 3.630 millones de euros), se convertirá en la presa más grande del continente y producirá 6.000 megavatios de electricidad para la región.
Etiopía ha defendido en numerosas ocasiones su derecho a construir la presa ante las críticas de Egipto, que la considera como una amenaza para el suministro de agua a sus 84 millones de ciudadanos.
Por su parte, el Gobierno de Sudán, ha afirmado que los trabajos de construcción "no afectarán" al país y ha reiterado su compromiso para continuar la cooperación con Addis Abeba y El Cairo con el objetivo de garantizar el máximo beneficio de los tres países de la explotación de los recursos del Nilo.
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