Iberdrola y Endesa recuperan 255 millones de Nuclenor tras cerrar Garoña

  • Las dos compañías propietarias de la central nuclear, cerrada en 2012, han recuperado esa cifra mediante préstamos de su sociedad conjunta.

    El Gobierno tiene pendiente decidir este verano si da el visto bueno a la apertura de la central, que cuenta con el respaldo del Consejo de Seguridad Nuclear.

Piscina de refrigeración del reactor de Garoña
Piscina de refrigeración del reactor de Garoña

La central nuclear de Garoña (Burgos) se ha convertido en un motivo de discordia entre Endesa e Iberdrola, que controlan la instalación a través de su sociedad conjunta, Nuclenor. Iberdrola se ha manifestado en contra de su reapertura, mientras Endesa tiene dudas y quiere esperar a ver qué dice el Gobierno al respecto. Ambas acordaron su cierre en 2012 y, desde entonces, acumulan pérdidas millonarias con esta instalación: más de 420 millones de euros. Pero no todo han sido disgustos. Desde su clausura también han recuperado una suma relevante: más de 255 millones a través de créditos concedidos por Nuclenor a sus accionistas, según figura en las cuentas anuales de esta sociedad.

Endesa también reconoce este movimiento contable en sus cuentas anuales. Asume un “préstamo recibido de Nuclenor por importe de 27 millones de euros a 31 de diciembre de 2016 (32 millones de euros a 31 de diciembre de 2015)”, según figura en su última memoria. A Iberdrola le corresponden las mismas cifras, porque el capital de Nuclenor está compartido por ambas compañías al 50%.

Así, desde el ejercicio 2013 (el primer año con Garoña cerrada) al 2016, Endesa e Iberdrola han recibido, sucesivamente, 71, 66, 64 y 54 millones de euros. En total, los citados 255 millones, que han recaído a partes iguales entre las dos compañías. Hay que tener en cuenta que, desde su cierre, la única aportación económica al resultado de Nuclenor procede de otra central, la de Trillo, de la que Nuclenor controla el 2%. Así, en 2015, el último dato con cuentas presentadas, la sociedad presentó un resultado negativo de 45,6 millones de euros.Una cuestión de tesorería

¿De dónde vienen estos préstamos? Nuclenor explica en sus memorias que, en 2003, firmó “sendos contratos de cuenta corriente de depósito con Endesa S.A. e Iberdrola S.A., las dos sociedades matrices” de sus respectivos accionistas.

“Dichos contratos tienen por objeto regular los términos y condiciones derivados de las diferentes colocaciones que pudiera realizar Nuclenor de sus excedentes de tesorería en las cuentas que a tal efecto suscriban, así como las condiciones de remuneración que efectúen sus accionistas”, justifica. Además, apunta que el tipo de interés establecido en esos contratos es el Euribor a tres meses más un diferencial del 0,05%.

Nuclenor, a través de un portavoz, matiza a este medio que estos préstamos son, exclusivamente, “un instrumento de gestión financiera”. Mientras, Endesa argumenta que estos movimientos son una cuestión de tesorería. Las dos compañías eléctricas han ido aportando fondos a Nuclenor que, por motivos contables, regresan vía préstamo a la tesorería de los dos accionistas de la central nuclear burgalesa, indican.

Más allá de esta aportación en los balances, Garoña está siendo un lastre en las últimas cuentas de resultados de las dos eléctricas porque están abocadas a invertir en ella aunque esté cerrada y tendrán que invertir aún más si la central vuelve a abrirse. El pasado año, conllevó un impacto negativo en ambas cuentas de 76 millones de euros, a razón de 38 millones cada compañía. En total, desde el cierre de la central en 2012, Endesa e Iberdrola acumulan pérdidas por un importe superior a 420 millones de euros.

A esa cifra tendrán que sumar los costes de una hipotética reapertura, entre 100 y 200 millones de euros. Si, en cambio, se decide su cierre, éste costará 600 millones. De ellos, 100 correrán a cargo de las empresas. La parte principal, 500 millones, recaería en la sociedad estatal Enresa, encargada de la gestión de los residuos radiactivos.

La decisión definitiva sobre su reapertura tendrá que llegar en sólo unas semanas. En julio, el Gobierno debe decidir si aprueba la reapertura de Garoña, después de que el pasado mes de enero, el Consejo de Seguridad Nuclear diese su visto bueno. Quienes, en público, no están de acuerdo con esta apertura son Iberdrola y Endesa. El presidente de la primera, Ignacio Sánchez Galán, aseguró en la última junta de accionistas de la eléctrica que Garoña “no es viable económicamente” por las “pérdidas sustanciosas” que conlleva. Mientras, su socia en Nuclenor prefiere esperar a que se pronuncie el Gobierno.

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