Italia empieza a dar identidad genética a los desaparecidos en el Mediterráneo

Italia inició este jueves una inédita operación científica para dar identidad genética a cientos de migrantes que perdieron la vida en la travesía del Mediterráneo.

La marina italiana consiguió recuperar este jueves, tras una compleja operación que duró varios meses, el barco que se hundió el año pasado cerca de Sicilia (sur) con los cadáveres de unos 700 emigrantes, considerada una de las peores tragedias ocurridas en el mar Mediterráneo.

El barco, con cientos de cadáveres en descomposición, se encontraba a 370 metros de profundidad y llegó este jueves a la bahía siciliana de Augusta.

El barco de pesca será trasladado el viernes a un hangar refrigerado de la base de la OTAN en Melilli, cerca de Augusta.

Allí, expertos forenses extraerán los cuerpos con el fin de identificar a las víctimas para darles luego una sepultura digna.

Una suerte de "ciudadela" fue creada especialmente para la operación, en medio de una zona industrial abandonada, entre chimeneas y tuberías de refinerías.

Entre tiendas de campaña de la Cruz Roja militar, unas 150 personas trabajarán para identificar los cadáveres del trágico naufragio del 18 de abril del 2015.

No se sabe con exactitud cuánto durará la operación.

Dos tiendas de campaña en tela de camuflaje formarán la "zona roja", con una serie de mesas de acero para las autopsias. Un olor acre ya domina la atmósfera.

La noche del 18 al 19 de abril un pesquero sobrecargado se hundió en pocos minutos después de golpear un carguero portugués que intentaba rescatarlo.

Sólo 28 personas sobrevivieron a la tragedia, ya que la mayoría de los pasajeros viajaban hacinados y encerrados en las bodegas del barco.

Las autoridades italianas autorizaron y financiaron la compleja operación de rescate con la idea de crear una red europea para identificar a las víctimas que pierden la vida en el Mediterráneo.

Se trata de una operación inédita ya que los buques que se hunden suelen quedar anclados en el fondo del mar.

El almirante Pietro Covino calcula que debido al tamaño del barco se van a poder recuperar de 300 a 350 cadáveres.

"Este buque contiene historias, rostros, personas, no sólo un número de cuerpos", comentó este jueves el primer ministro italiano, Matteo Renzi, en Facebook.

Renzi prometió el día después del hundimiento que la marina buscaría los restos de esos indocumentados para darles una sepultura y para recordar a toda Europa "los valores que realmente importan", recalcó.

La operación cuesta unos 9,5 millones de euros y ha sido financiada por la jefatura de gobierno y varias instituciones italianas.

Con la ayuda de la sociedad Impresub de buceo, fue creado un robot metálico capaz de levantar y hacer reflotar el barco, localizado a 150 kilómetros al norte de la costa de Libia, en una zona marcada por las fuertes corrientes.

"Gracias a la marina de guerra, me siento orgulloso de ser italiano", comentó Renzi.

Como para los desaparecidos en Argentina durante la dictadura militar, un grupo de expertos forenses se va a encargar de dar un nombre a las víctimas, registrando todos los datos posibles, en particular sus huellas genéticas a partir de muestras del ADN.

Veinte universidades de toda Italia van a participar en ese esfuerzo para identificar a esos migrantes y poder informar a sus familiares sobre el paradero de sus parientes.

"Después de un año, los cuerpos no son muy reconocibles. Pero eso no significa que no puedan ser identificados. Están descompuestos, pero son identificables", explicó en una conferencia de prensa Cristina Cattaneo, médico forense, quien tiene ya experiencia en ese tipo de labor.

Una vez registrado, el cuerpo será enterrado en cementerios de Sicilia y el barco que fue su ataúd será destruido.

Paralelamente, se celebra en Catania el juicio contra el tunecino Malek Ali Mohamed, acusado de ser el capitán responsable de tráfico de personas, para el que la fiscalía pidió 18 años de prisión.

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), más de 10.000 migrantes han perdido la vida en el Mediterráneo desde el 2014.

A pesar de que un gran número de embarcaciones es rescatada, se siguen registrando naufragios. A finales de mayo, una serie de tres naufragios causó la muerte de 900 personas en pocos días.

Este jueves, los guardacostas rescataron un bote hinchable a 20 millas náuticas de la costa de Libia y pese a las olas de 2 metros de altura y al fuerte 30 viento lograron rescatar a 107 personas vivas que viajaban al lado de los cadáveres de 10 mujeres.

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