La Junta invertirá 39,2 millones en la provincia de Burgos a través del Mapa de Infraestructuras Agrarias

Marcos, acompañada del delegado territorial de la Junta, Baudilio Fernández-Mardomingo, ha explicado que con esta inversión se planifican de forma "ordenada y transparente" las concentraciones parcelarias y sus infraestructuras rurales, así como la modernización de los regadíos de 3.034 explotaciones que abarcan más de 40.000 hectáreas en la provincia.

Asimismo, ha remarcado que el nuevo mapa mejorará la competitividad y la productividad del sector agrario burgalés, ya que corregirá los desequilibrios existentes en las zonas más desfavorecidas o con limitaciones y permitirá mejorar la rentabilidad de las explotaciones mediante un uso de las mismas más eficiente.

En infraestructuras rurales se invertirán 14,4 millones de euros en la provincia de Burgos, que permitirán la mejora y adecuación de caminos y accesos, así como desagües y otras instalaciones en más de 36.000 hectáreas.

Se beneficiarán de esta inversión las zonas de concentración parcelaria de Las Celadas, Villahoz, Arandilla, Cítores del Páramo, Alfoz de Quintanadueñas, Valdazo-Briviesca, la Nuez de Abajo- Zumel y Fontioso, así como Valles de Palenzuela, Marmellar de Abajo, Rabanera del Pinar, La Veguecilla, San Pedro Samuel, Montorio, Torresandino, Gumiel de Izán y Valle de Valdebezana.

En la conversión de nuevos regadíos se invertirán, por otro lado, más de 22 millones de euros que afectarán a más de 1.400 hectáreas en la zona de Aranzuelo con el agua de la presa sobre el arroyo Sinovas y la presa de Aranzuelo en Aruzo del Salce.

MAPA DE INFRAESTRUCTURAS

El Mapa de Infraestructuras Agrarias para la provincia de Burgos mejorará, también, en el nivel de vida de los agricultores, ya que la previsión es que se incrementen la productividad, la competitividad y la renta de las explotaciones.

Además, contempla medidas para convertir la agricultura en un sector atractivo para jóvenes y favorecer una mayor inclusión de la mujer, así como para potenciar el desarrollo de la industria agroalimentaria.

Esta planificación permitirá, asimismo, reducir el consumo de agua en las explotaciones, así como la contaminación difusa de las aguas subterráneas y superficiales, lo que redundará en la sostenibilidad del propio sector.