Ministros del G7 buscarán reactivar el crecimiento y evitar guerra de monedas

Los ministros de Finanzas del G7 de potencias industrializadas buscarán el fin de semana en Japón fórmulas para reactivar el crecimiento, en un marco de desaceleración económica mundial y de tensiones monetarias.

La última vez que el archipiélago acogió una reunión del G7 remonta a 2008, cuando el planeta enfrentaba una de las peores crisis financieras de posguerra.

Ocho años después, la tempestad se disipó y la economía volvió a despegar, pero a baja altitud y sigue expuesta a numerosas amenazas.

En estos años, el G20, que reúne a potencias industrializadas y emergentes, se convirtió en la principal instancia de cooperación económica y financiera mundial.

Pero el G7 sigue manteniendo consultas informales, sin invitar a Rusia desde que este país se apoderó le arrebató a Ucrania la península de Crimea en 2014.

En estos años, Japón cedió el lugar de segunda economía mundial a China, que actuó como motor de la demanda mundial durante la crisis pero que está también en fase de desaceleración.

La reunión de este año se celebrará en la ciudad de aguas termales de Akiu, en la región de Sendai (noreste), devastada hace cinco años por un terrible tsunami y aún en plena reconstrucción.

Participarán los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del país anfitrión y de Estados Unidos, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y Canadá.

El cónclave se llevará a cabo una semana antes de la cumbre de jefes de estado y de Gobierno de esos países, el 26 y el 27 de mayo en Ise-Shima (centro de Japón).

En la agenda del G7 Finanzas figuran "la revitalización de la economía mundial" y las grandes preocupaciones del momento: la desaceleración de China, el riesgo de que Gran Bretaña se vaya de la Unión Europea tras el referéndum del 23 de junio y la llegada masiva de refugiados a Europa, precisó el ministerio nipón de Finanzas.

"Numerosas incertidumbres económicas persisten en el mundo. La coordinación de nuestros esfuerzos centrará nuestros debates", explicó el martes el ministro Taro Aso, cuyo país demuestra escasa vitalidad.

Los países del G7 "tienen la responsabilidad particular de respaldar el crecimiento", que está siendo "demasiado débil", señaló por su lado el departamento del Tesoro de Estados Unidos.

Europa, por su lado, "volvió a crecer, pero a un ritmo aún insuficiente" y la economía mundial muestra tendencias "contradictorias", afirmó el presidente francés, François Hollande, al recibir en París a inicios de mayo al primer ministro nipón Shinzo Abe.

Hollande y Abe abogaron por cierto expansionismo monetario, pero Alemania exigió ajustes profundos e hizo oír su discrepancia con las políticas extremadamente acomodaticias, de tipos de interés bajos o incluso negativos, mediante las cuales Japón y la zona euro buscan dinamizar sus economías.

"La estrategia de estímulo económico a través del crédito toca rápidamente su límite, como una llamarada fugaz", advirtió el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, en declaraciones al diario japonés Nikkei.

"Lo importante es promover reformas estructurales y reducir la deuda pública", insistió.

También existen divergencias en materia de políticas cambiarias.

Alemania y Estados Unidos preconizaron prudencia en ese campo, después de que Japón mencionara una posible intervención en los mercados para frenar el alza del yen, perjudicial para las exportaciones.

"La relativa estabilidad de las monedas entre sí es un valioso avance" y las devaluaciones "no podrán resolver los problemas de la economía europea", afirmó recientemente la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel.

También el secretario estadounidense del Tesoro, Jack Lew, afirmó que Japón debe usar "todos los instrumentos" a su alcance para reactivar su economía y "no solamente" la tasa de cambio.

La tensión en ese campo se redujo sin embargo esta semana, gracias a un repliegue del yen frente al dólar, y Japón aseguró que la reunión ministerial del G7 "reafirmará el compromiso del G20 de evitar las devaluaciones competitivas".

La cuestión de la evasión fiscal también estará en el tapete, tras las revelaciones de los papeles de Panamá sobre los depósitos masivos de empresas en paraísos fiscales.

Otro tema en discusión será el de la lucha contra las fuentes de financiación del terrorismo, que se intensificó tras los atentados de París en noviembre pasado.

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