Las eléctricas plantean por primera vez el cierre planificado del parque nuclear

  • La propuesta, atribuida a Iberdrola, ha llegado a los segundos niveles del Ministerio de Energía que dirige Álvaro Nadal

    El ministerio asegura que el plan no ha llegado al ministro, que trabaja en concretar el futuro mix energético

Las eléctricas plantean por primera vez el cierre planificado del parque nuclear
Las eléctricas plantean por primera vez el cierre planificado del parque nuclear
S.C.

España puede ser una isla energética, pero el negocio no entiende de ínsulas. La generación eléctrica nuclear retrocede en Europa. En Alemania, en Italia, en Suiza e incluso en la nuclearizada Francia, se imponen las tesis del cierre nuclear y a favor de las energías renovables. En España, por primera vez, parte del sector eléctrico ha asumido la idea que hasta hace poco defendían en solitario las organizaciones ecologistas: es necesario, aseguran, una planificación ordenada hasta llegar a la clausura del parque nuclear.  

La propuesta está en línea con lo que defiende la oposición, el PSOE y Podemos: no prorrogar la vida útil de las centrales de forma que cierren de forma paulatina al cumplir con su vida útil prevista de 40 años.

La novedad está en que la idea de la clausura ha llegado al Ministerio de Energía y Agenda Digital. No en forma de documento, al menos no todavía, sino en forma de conversaciones, planteadas hace dos meses, con los segundos niveles del departamento que dirige Álvaro Nadal. Así lo confirman fuentes al tanto de los contactos y que atribuyen la iniciativa a Iberdrola. Consultada al respecto, la compañía no hizo comentarios. El Ministerio precisa en todo caso que la propuesta no ha llegado al ministro. "El ministerio está trabajando para concretar qué mix energético es el adecuado para el futuro" sostienen las fuentes ministeriales.

En el sector eléctrico no hay una posición común. Iberdrola defiende el abandono progresivo de la energía nuclear mientras Endesa la defiende. Cuestión de números, señalan fuentes de las empresas. Iberdrola, sostienen, quiere cubrir con sus centrales de gas, ahora paradas, el hueco que dejen las nucleares. Gas Natural Fenosa, con una posición discreta el negocio, declinó valorar la propuesta de cierre.

Las medidas no se pueden demorar mucho. Si no se adoptan decisiones claras, la cuestión nuclear puede convertirse en algo más que en una patata caliente para el Gobierno de turno. Porque todas las plantas españolas empezaron a funcionar entre 1983 y 1988 y en seis años habría que empezar a cerrar. Todo, con una inquietante cuestión en el aire: ¿está capacitada la empresa pública Enresa para hacer frente a la situación? ¿Y cuenta con recursos suficientes para abordar el desmantelamiento del parque?La situación en la UE 

La cuestión no sólo es española. En la UE, según datos de la Comisaría de Energía y Medio Ambiente de la UE, hay 129 reactores nucleares en funcionamiento en 14 Estados miembros, con una media de 29 años. También hay 89 cerrados pero solo tres totalmente desmantelados. Si en la UE no se prorroga la vida de las centrales nucleares, el 90% debería cerrar 2030, pues llegará al límite establecido de 40 años. 

La idea de un cierre progresivo del parque nuclear es polémica. Coincide con el debate en torno al cierre de la central más pequeña y antigua –Santa María de Garoña, en Burgos-, con discrepancias entre los accionistas de la instalación, Iberdrola y Endesa, y con la tramitación de la Ley de Transición Energética y cambio Climático. El proyecto, presentado por el Gobierno, recoge los compromisos que España ha adquirido en materia de energía, cambio climático y descarbonización de la economía y, en particular, en reducción de emisiones, mejora de la eficiencia energética y participación de las energías renovables.

El Ministerio de Energía no lo tiene fácil. Los objetivos de la Ley incluyen la reducción de las emisiones de la UE en un 40% con respecto a los niveles de 1990, el aumento del consumo de energías renovables hasta que suponga el 27% del consumo total y la consecución de un ahorro energético del 27%. Los tres objetivos deben alcanzarse para 2030. Con un mix energético por definir, la tarea es complicada.

Lo que se mantiene en principio es la apuesta a corto plazo del Gobierno por el carbón, el gas y el sector nuclear. Debates al margen, al Ejecutivo no le agrada la presión para cerrar un parque nuclear que asegura el 20% de la demanda sin emitir gases de afecto invernadero.Proposiciones y vetos

En abril pasado, el PP vetó la Proposición de Ley de Unidos Podemos-En comú Podem-En Marea sobre el cierre progresivo de las centrales nucleares.

La Proposición de Ley vetada pedía el cierre progresivo de las centrales nucleares a medida que caduquen los permisos de explotación actualmente en vigor. El calendario de cierre previsto era: Almaraz I (2020), Almaraz II (2020), Vandellós II (2020), Ascó I (2021), Cofrentes (2021) Ascó II (2021) y Trillo (2024).

Para vetar la iniciativa, el Ejecutivo esgrimió motivos económicos. “Supondría -justificó en el informe contra la propuesta- un aumento de los créditos presupuestarios y una disminución de los ingresos presupuestarios”. 

Los contrarios al cierre nuclear, dentro y fuera del Gobierno, esgrimen como argumentos a su favor los efectos sobre la seguridad de suministro y sobre el precio de la electricidad. Auguran subidas de precio y riesgo de apagones. Pero hay opiniones para todos los gustos.

Lo cierto es que, en estos momentos, España tiene una capacidad excedente en situación de máxima demanda de 12.000 MGW. De ahí que expertos como Jorge Morales (vicepresidente de la Fundación Renovables) considere que "sería perfectamente posible prescindir de 7.000 MGW (nucleares), y sin sobrecoste si se gestiona la demanda de forma distinta".

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