Nuevo día de caos en Barcelona por ambición desmedida de Vueling

Estudiantes que no llegan a sus exámenes o turistas que pierden valiosos días de vacaciones: las quejas se suceden en el aeropuerto de Barcelona en el sexto día de graves incidencias en Vueling. Y algunos temen que puede empeorar.

Desde el jueves, en los mostradores de esta compañía española de bajo coste con sede en Barcelona y propiedad del conglomerado IAG se amontonan pasajeros enfadados por los múltiples retrasos y las cancelaciones que sufren sus vuelos. Este martes se suspendieron 66.

Entre ellos el de Guillaume Courtillieres, un francés que termina su intercambio universitario en España. Volvía desde Alicante (sureste) a su casa en Toulouse, con una escala en Barcelona. Pero al llegar, descubrió que su segundo vuelo había sido anulado.

"Ahora estoy bloqueado en Barcelona y mañana tengo exámenes en Francia. Es la vida...", se resigna.

Encontró un autobús nocturno desde Barcelona hacia Toulouse pero todavía no sabe donde está su equipaje. "No tengo conmigo mi maleta. De hecho, no sé si está en Toulouse, si está aquí...", explica mientras espera en la larga fila de reclamaciones de Vueling.

Unos metros más atrás, la británica Amy Pearson no puede contener las lágrimas. Acaba de perder su vuelo para Londres porque tenía una escala muy corta en Barcelona y su primer avión procedente de Split (Croacia) llegó con media hora de retraso.

Además "tuve que esperar 20 minutos dentro del bus". "No sé dónde está mi maleta, si puedo tomar otro vuelo, si tengo que pagar otra vez...", lamenta esta joven de 21 años que quería celebrar este martes en Londres el cumpleaños de su novio.

La boliviana Ximena Melo, aseguradora de 42 años, perdió un día de vacaciones. El viernes tenía que llegar a Amsterdam a las 08h00 pero no aterrizó hasta la noche tras pasarse un día en la terminal "sin nadie informando".

A su vuelta este martes, espera que "nos indemnicen por el tiempo perdido y el retraso". "Teníamos cuatro días y se quedaron en tres. Nos quedamos sin ver muchas cosas", lamenta.

Desde hace años, la compañía experimenta un fuerte crecimiento: entre 2010 y 2015 pasaron de 11 millones de pasajeros a 24,7 y se convirtió en la segunda compañía de bajo coste más usada en España, sólo por detrás de Ryanair. Únicamente en la primera mitad de 2016, su tráfico aumentó en un 18%.

Pero según varias fuentes consultadas, esta estrategia expansiva implantada por el antiguo responsable de Vueling Alex Cruz, ahora consejero delegado de British Airways del mismo grupo IAG, se hizo por encima de las capacidades de la compañía.

"Ha sido un plan muy ambicioso que es imposible de cumplir", señala una responsable del sindicato de pilotos Sepla. "Los trabajadores están al máximo de su actividad para poder sacar la producción adelante".

La dirección achaca este caos a la huelga de controladores en Francia pero "es una excusa", señala Jesús Cuevas, presidente del sindicato de asistentes de vuelo Stavla.

"Lo que pasa es que no tienen ni aviones ni tripulaciones para todos los vuelos", acusa.

Las escalas son muy reducidas, de 35 minutos, y si algo falla "todo se desbarajusta", explica José, que trabaja en el tablero de facturación de Vueling y también sufre estos problemas.

Además del estrés y el exceso de trabajo, los sindicatos denunciaron este martes insultos, escupitajos e incluso agresiones por parte de algunos viajeros contra los trabajadores.

"Llevamos una semana caótica. Colas enormes, gente enfadada... Estamos desbordados, estoy haciendo turnos de al menos 12 horas", afirma mientras se fuma un cigarro frente a la terminal.

"Y todavía falta lo peor. A partir de mediados de julio", cuando los españoles suelen empezar sus vacaciones, "esto será de locos".

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