EL BANCO DE ESPAÑA AUGURA QUE LA NUEVA REGULACIÓN EUROPEA HARÁ INEVITABLES NUEVAS FUSIONES

El subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, aseguró hoy que el proceso regulatorio a nivel europeo que se está diseñando podría hacer inevitables nuevas fusiones de entidades financieras para poder cumplir con las exigencias.
Así lo indicó Restoy durante la clausura de las jornadas "Gobierno corporativo y crisis de entidades de crédito" organizadas por la Universidad Complutense de Madrid.
Según Restoy, es "probable" que diversas entidades tendrán "dificultades objetivas" para ajustarse al marco de resolución recientemente establecido.
En este sentido, explicó que esta nueva normativa contribuye a reforzar la percepción de un exceso de capacidad en el sector. Como consecuencia de ello, previsiblemente, se producirá "un cambio en la estructura de la industria que lo corrija mediante procesos de consolidación".
En opinión del subgobernador del Banco de España, esto debe llevar a la conformación de entidades "más capaces de cumplir con suficiente holgura las nuevas exigencias".
"El papel del supervisor consiste, esencialmente, en poner los medios para que este proceso de ajuste, que parece inevitable, tenga lugar de la manera más ordenada posible", insistió.
Restoy se mostró crítico con la rigidez de algunas de las medidas que se están valorando por parte de las instituciones en relación con los requisitos de absorción de pérdidas, conocido como MREL (Minimun Requiered Eligible Liabilities).
En este punto, el subgobernador destacó que unos requerimientos de MREL como los derivados de la fórmula mecanicista "pueden suponer unas necesidades de emisión de instrumentos elegibles –deuda subordinada o bonos convertibles en acciones- muy elevadas para numerosas
entidades".
Además, estas necesidades de emisión se concentrarían en el mismo espacio de tiempo para todas las entidades afectadas, "dificultando la absorción de la oferta por el mercado".
"El coste para las entidades de la emisión de estos instrumentos puede, en numerosos casos, resultar muy gravoso", advirtió Restoy.
PRESIÓN EN LA RENTABILIDAD
Como ejemplo, Restoy citó una entidad que se financie solo con capital y depósitos y que cumpla holgadamente –por ejemplo, con un superávit de 2 puntos- sus necesidades de capital regulatorio en el 10% de sus Activos Ponderados por Riesgo (APRs). Así, si el MREL se sitúa en el doble del capital regulatorio –es decir, en el 20% de los APRs- esta entidad, "cuya situación no se alejaría mucho de la que hoy caracteriza a un gran número de bancos con un modelo de negocio tradicional", necesitaría emitir instrumentos elegibles por un volumen equivalente al 8% de sus APRs para cumplir el requisito establecido.
De este modo, con un coste de emisión que no fuera superior a la rentabilidad del capital (ROE), el gasto financiero adicional que supondría el cumplimiento del nuevo requisito de MREL alcanzaría "casi la mitad de sus beneficios después de impuestos".
"Este ejemplo ilustra que el mantenimiento de requisitos excesivamente exigentes introduciría una presión significativa sobre la rentabilidad de una parte de la industria bancaria llegando a cuestionar el modelo de negocio de un número no despreciable de entidades", indicó el subgobernador.
Para finalizar, señaló que resulta "pertinente" ajustar de modo riguroso la política de fijación del MREL, "con objeto de evitar un impacto no deseado en la viabilidad de las instituciones o modelos de negocio específicos, sin, por supuesto, desvirtuar la razón de ser de este requisito".

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