May, que se convirtió en el primer líder internacional en viajar a Washington después del ascenso de Trump a la Casa Blanca, trasladó entonces al presidente estadounidense una invitación para que visitara lo antes posible Reino Unido, el principal aliado de Washington en Europa.
Trump aceptó la invitación pero todavía no se ha fijado una fecha, lo que ha hecho temer que no se producirá a corto plazo, debido a la creciente oposición en Reino Unido, donde incluso el Parlamento ha vetado la posibilidad de que el magnate neoyorquino pronuncie un discurso en Westminster.
Fuentes de Downing Street consultadas por Sky News han revelado que la visita se ha pospuesto hasta el próximo año. Entre las razones, la cadena británica menciona la fragilidad del Gobierno de May, que perdió la mayoría absoluta en las elecciones anticipadas del 8 de junio que convocó, precisamente, para reforzar el poder de los 'tories'.
Durante la última cumbre del G-20, que se celebró el pasado fin de semana en la ciudad alemana de Hamburgo, se especuló con que Trump podría viajar a Escocia en una visita no oficial para ocuparse de sus negocios de golf en esta región británica. Sin embargo, esta información ha sido desmentida por el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.
Interrogado sobre esta cuestión tras la reunión de casi una hora que mantuvo en el marco del G20 con la 'premier', el propio Trump confirmó que su viaje a Reino Unido sigue en pie. "Iremos a Londres", dijo, pero ante la pregunta de cuándo se limitó a contestar: "Ya veremos".
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