Aunque Trump le baje el tono, su proteccionismo inquieta a economistas

Los asesores de Donald Trump le bajan el tono a sus amenazas al libre comercio pero los economistas siguen preocupados por el potencial daño de las ideas proteccionistas del presidente electo de Estados Unidos.

Trump, que asumirá el 20 de enero, etiquetará inmediatamente a China como un manipulador monetario, amenazó con abandonar acuerdos como la Alianza de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y con imponer aranceles punitivos de hasta 45% contra China y México.

Y, además, no hay dudas en cuanto a que el presidente tiene el poder de aplicar unilateralmente esas acciones incluso sin el consentimiento del Congreso, dicen economistas.

El talante fanáticamente proteccionista de su campaña generó apocalípticas proyecciones de analistas.

Advirtieron, por ejemplo, sobre la pérdida de 4 millones de empleos o más, y una profunda y dañina recesión en 2018 cuyos efectos se sentirán en la economía mundial.

Desde su inesperada elección el 8 de noviembre, asesores de Trump sugieren que esas amenazas fueron simplemente para forzar a los socios comerciales a aceptar un acuerdo más beneficioso para Estados Unidos.

Aún así, economistas dicen que el vigor de Trump para lanzar esas políticas comerciales ya ha causado daño aunque aún sea difícil prever qué puede ocurrir cuando muestre medidas específicas.

El Acuerdo de Asociación Transpacífico (TTP), que abarca a 12 economías y se convertiría en mayor acuerdo de libre comercio para Estados Unidos, está dado por muerto desde la victoria de Trump.

"Está en el purgatorio", dijo Michael Froman, representante comercial de Estados Unidos.

"Vemos un despertar del populismo, no solo en este país (...) y políticas que no siempre permiten una discusión total de los hechos", dijo el lunes en un foro.

Como muestra de que las amenazas de Trump ya han tenido algún impacto, Canadá y México anunciaron la semana pasada que quieren sentarse a revisar el TLCAN con la nueva administración estadounidense.

Pero lo que no estaba en los cálculos del equipo de Trump es la reacción de los socios comerciales estadounidenses.

Marcus Noland, vicepresidente del instituto Peterson de Economía Internacuional, dijo sobre los socios de Estados Unidos: "Ellos también tienen quejas" del TLCA.

Bajo las reglas de acuerdos de libre comercio como el TLCA, el presidente puede retirar a Estados Unidos del tratado y le basta simplemente con avisar a los socios.

Esa notificación abre un período de 180 días de negociaciones. Si no se alcanza un nuevo acuerdo -que debe ser ratificado por los Congresos de los países signatarios- el tratado desaparece.

Si ocurre eso con el TLCAN, Noland advierte que la famosa promesa de hacer construir a México un muro en la frontera, puede llegar rápidamente a concretarse.

La ruptura del TLCAN sería un golpe mortal para la economía de México y muchos más inmigrantes podrían intentar llegar de cualquier forma a Estados Unidos en busca de trabajo.

"Esa jugada es potencialmente riesgosa", dijo Noland a la AFP.

"Hay un grado muy elevado de integración entre Estados Unidos y México. En Texas mucha gente hace dinero comerciando con México, de manera que se generaría resistencia", añadió.

Edward Alden, especialista en comercio del Council on Foreign Relations, consideró difícil predecir qué ocurriría en hipotéticas guerras comerciales.

Trump "no sólo quiere romper el TLCAN. Quiere usar esa amenaza para negociar algo mejor", dijo Alden a la AFP. "El problema es que no sabemos cual es su visión de algo mejor", dijo.

La retórica proteccionista de Trump tuvo en parte eco en los votantes por los déficits comerciales de Estados Unidos con sus tres principales socios comerciales: Canadá, México y China. El déficit con China es de más de 30.000 millones de dólares mensuales.

Si Trump se mueve hacia el proteccionismo, China también se moverá y responderá a Washington con retaliaciones directas e indirectas.

"China tiene una larga historia de pagar con la misma moneda ante cualquier restricción comercial. Los medios abusan del espectro de una 'guerra comercial', en la que los países recíprocamente se aumentan aranceles, pero se puede generar una posibilidad cierta si es que Trump cumple sus amenazas", dijo Alden en un blog.

Los economistas dicen que Trump parece estar inspirándose en Ronald reagan para moldear su política comercial.

En sus ocho años en la Casa Blanca (1981-89) Reagan rebajó impuestos, eliminó regulaciones y aumentó el gasto público. Trump tiene ideas similares. Reagan, en tanto, incentivó el gasto militar mientras que Trump quiere apostar al desarrollo de la infraestructura.

En aquellos años de la Guerra Fría, el villano comercial era Japón y Reagan presionó a Tokio a reducir voluntariamente algunas exportaciones y a aumentar importaciones.

Empero, economistas coinciden en que eso no sería posible actualmente cuando China está en el sistema multilateral de comercio.

Con 2 billones anuales en exportaciones y 14 millones de estadounidenses trabajando en el comercio "recortar el comercio es una mala medicina", dijo Froman.

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