Los hombres del magnate ruso Fridman asfixiaron Zed para comprarla de saldo

  • Anticorrupción considera que los socios del multimillonario paralizaron la compañía española con demandas e impago de dividendos.

    El proceso culminó con una oferta por 20 millones de euros cuando la multinacional de los Pérez Dolset ya estaba quebrada.

Los socios rusos de Zed, la multinacional española cuyo saqueo investiga la Audiencia Nacional, asfixiaron a la compañía para intentar comprarla a precio de saldo. Para ello emplearon tácticas de acoso contra los iniciales propietarios de la empresa, la familia Pérez Dolset. Amenazas, fraudes, una lluvia de demandas, restricción de dividendos… La actitud de los hombres del magnate ruso Mikhail Fridman, según Anticorrupción, terminó por paralizar la compañía, que vio cómo su principal cliente, Vimpelcom, el sexto mayor operador de telefonía del mundo, dejó de contratar sus servicios conduciéndola a la quiebra.

Le interesa leer: Imputado el presidente de 'La Razón' en una operación contra la tecnológica Zed.

La relación de los Pérez Dolset y las empresas de Fridman, la segunda fortuna de Rusia según Forbes, se inicia con un proyecto de dimensiones colosales en ese país. Vimpelcom, controlada por Fridman, había adjudicado al grupo ruso Temafon también participado por el magnate, un contrato millonario de agregación de contenidos. Temafon, que no tenía la capacidad necesaria para prestar esos servicios, acudió a la filial rusa de Zed. Surgió entonces la idea de crear una empresa conjunta en la que la multinacional tecnológica española aportaría su experiencia técnica y comercial.

Le interesa leer: Estos son los 19 imputados por la quiebra y el fraude de la tecnológica Zed.

Fue así como se creó Zed+, que se convirtió en la matriz de la compañía de los Pérez Dolset (Zed Worldwide) participada por Juan Abelló, Planeta y Santander. Uno de los primeros actos aprobados por sus administradores fue pedir un crédito sindicado de 140 millones de euros. Entre los bancos que aportaron fondos se encontraba también el banco de Friedman, Alfa-Bank. De esa manera, el multimillonario empresario ruso, según la fiscalía, obtuvo una “situación de privilegio” ante cualquier decisión del grupo, ya que era accionista del nuevo holding (a través de Temafon) y al mismo tiempo, uno de sus principales acreedores.

Fue entonces cuando comenzó la guerra abierta de los socios rusos de Fridman contra los Pérez Dolset, “un plan esencialmente dirigido a provocar la insolvencia de la compañía española (Zed Worldwide) con el propósito último de adquirirla a un precio irrisorio o muy inferior al de mercado”, según fiscalía. Es lo que Anticorrupción llama en ruso “reiderstvo”, que se puede traducir al español por asalto, ataque o absorción ilegal de empresas para hacerse con el “control total” de las mismas.

El conflicto tiene por origen los sobornos supuestamente pagados por Temafon, el socio ruso de Zed, al hijo del ministro del Interior de ese país, Alexander Kolokoltsev, por sus conexiones con el Gobierno de Moscú. Vimpelcom pidió entonces explicaciones a los Pérez Dolset, que encargó una investigación a PwC. El informe de la auditora llegó a la conclusión de que los socios españoles de la compañía no habían tenido información sobre esas presuntas comisiones ilegales.

Sin embargo, poco tiempo después, Vimpelcom rompió parte de sus contratos con Temafone sin dar la más mínima explicación, lo que desembocó en un gran perjuicio económico para Zed. Anticorrupción sostiene que la proveedora de telecomunicaciones rusa sabía el daño que hacía a la compañía española, ya que conocía el crédito sindicado que había solicitado para sacar adelante esos contratos.

El incidente se trasladó al consejo de administración y, el desencuentro entre socios acabó con los rusos en los tribunales holandeses, que nombraron un administrador judicial, el abogado Peter Wakkie, que fue detenido por la policía en uno de sus viajes a España y luego puesto en libertad y está imputado por insolvencia punible. Wakkie, según la fiscalía, no fue imparcial, ya que también tenía vínculos empresariales con Fridman. El administrador no investigó el desvío de fondos de los socios rusos de Zed para los presuntos sobornos al Gobierno.

Le interesa leer: Zed, de ser la startup más exitosa de España, a la alianza rusa y la debacle final.

La puntilla al holding español fue la decisión de los rusos de interrumpir el pago de dividendos de sus empresas integradas en Zed+ a Zed Worldwide lo que, según Anticorrupción, dio lugar a una falta total de liquidez y, como consecuencia de ella, a la quiebra. En 2013, la compañía de los Pérez Dolset alcanzó una cifra de negocios de 26,4 millones de euros. Un año después, con la supuesta campaña destructiva de los socios rusos ya en marcha, las ventas bajaron un 96%, y otro 86% al año siguiente.

El proceso terminó en octubre del año pasado con una oferta de compra de la compañía por 20 millones de euros presentada por los rusos y Planeta. El grupo editor español, que se consideraba engañado por los Pérez Dolset y Juan Abelló por la fusión con Temafon en Zed+ -a la que no acudió- pretendió cuatro años después de la fusión hacerse con la compañía de los que habían sido sus adversarios.

Mostrar comentarios