A la banca le ponen los pelos de punta las verdades del barquero

  • Santos González, un hombre de Grupo Santander que preside la Asociación Hipotecaria Española, ha abierto la caja de los truenos al afirmar que la banca española no tiene capacidad de asumir la deuda de las inmobiliarias. Gobierno y Banco de España han reaccionado intentado negar lo evidente, pero la realidad es que los promotores no están pudiendo pagar ni los intereses de los 325.000 millones que deben.
Enrique Utrera

Nuestro sistema financiero no pasa la prueba del algodón. Ha bastado con que un personaje tan poco sospechoso como Santos González, presidente de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), suelte por esa boquita unas cuantas verdades como catedrales, para que todos los que son –unas pocas entidades financieras, el Banco de España y el Gobierno- se hayan puesto de los nervios y hayan salido al unísono con un “no es para tanto”. Cuando un personaje de prestigio mete el dedo en la llaga y no deja indiferente a nadie, no duden del pronóstico: grave, como mínimo.

El caso es que González no ha hecho otra cosa que revelar lo que todos sabíamos: que el subprime español se llama crédito promotor y que no se puede mantener durante mucho más tiempo el muerto en el armario. La razón es que los promotores no pueden devolver ni el principal de sus préstamos, ni los intereses que generan, y que las tuberías están a punto de reventar. O lo que es lo mismo, que es la misma viabilidad del sistema financiero la que está en juego.

Hace mucho que el campo de batalla estaría lleno de cadáveres si nuestros bancos y cajas hubieran valorado su “ladrillo” no ya a precio de mercado, sino a algo que se le pareciese. El impacto de los 325.000 millones de euros que adeudan nuestros señores del ladrillo no debería sorprender a nadie: por eso hay tres procesos de refinanciación que no acaban de cerrarse –Reyal Urbis, Metrovacesa y Colonial-, por eso el sector de las cajas de ahorro está patas arriba y requiere matrimonios forzosos, y por eso el Gobierno aprobó un fondo de ayudas a nuestra banca imprescindible, a pesar de que el sistema financiero español es la envidia del mundo civilizado.

El presidente de la AHE, un hombre del Grupo Santander, no es precisamente de los que se tiran a la piscina. En noviembre del año pasado auguró que el mercado inmobiliario se irá normalizando en 2010, a medida que el crédito se recupere. Y es en este contexto moderadamente optimista en el que ha oficializado lo que era un secreto a voces.

Más discutible es la solución apuntada por González, que apuntó a la posibilidad de crear un banco malo que asuma los activos imposibles de cobrar. Un solución que exige dinero público, que el Estado mire hacia otro lado, y que también podrían solicitar los promotores inmobiliarios. Incluso, por qué no, cualquier ciudadano de a pie con el agua al cuello.

En definitiva, el recadito de González es una buena sinopsis de lo que le espera a nuestro sistema financiero en 2010. Los bancos y las cajas, que se han comido a espuertas activos inmobiliarios a cambio de deuda de promotores, llevan dos años esperando un rayo de sol en el sector que no llega. O bajan precios y reducen stock asumiendo pérdidas o tienen que realizar nuevas provisiones contra la cuenta de resultados.

El problema es que muchos han agotado cualquiera de las dos vías, porque en el saco no cabe ya nada más. A eso se refiere González, aunque muchos sigan negando la mayor. Ya veremos hasta cuándo.

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