Washington no logra taponar el petróleo iraní y abre el mercado a Rusia y China

  • Hasta ahora solo algunas empresas europeas como Total, Allianz y Maersk han decidido retirar o congelar sus actividades en Irán.
El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, durante un mitin en el JQH Arena de Springfield, Misuri (EFE / EPA / DAVE KAUP)
El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, durante un mitin en el JQH Arena de Springfield, Misuri (EFE / EPA / DAVE KAUP)

La Administración Trump decidió retirarse del pacto nuclear con Irán el pasado mayo, pasando a amenazar a los socios comerciales de EEUU para que no hagan más negocios con Teherán. El problema es que la estrategia emprendida por Washington para sacar a Irán del mercado global del petróleo no está funcionando, y de forma indirecta está fortaleciendo en el proceso a los principales rivales del 'Tio Sam', China y Rusia.

Así lo asegura un análisis publicado por el Peterson Institute for International Economics (PIIE) en el que se estudia la repercusión de la restauración de las sanciones contra Irán y los distintos fenómenos que ha producido la cuenta atrás iniciada por EEUU que ha fijado el 4 de noviembre como límite para que sus aliados dejen de comprar crudo iraní.

Pero la realidad es que el anuncio de Washington no ha frenado a Turquía, ni a Corea del Sur o la India para seguir cerrando acuerdos petrolíferos con Teherán. Hasta el momento, solamente algunas empresas europeas como Total, Allianz y Maersk han decidido retirar o congelar sus actividades en Irán por temor a las sanciones estadounidenses.

El planteamiento inicial de la represalia contra Irán es erróneo, señala el PIIE, ya que las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU que se aplicaron contra Irán entre 1990 y 2003 fueron efectivas porque estaban aprobadas y respaldadas por una coalición global. Pero en esta ocasión EEUU está actuando en solitario, y el mayor importador de crudo del mundo -China- no se ha sumado a su equipo. Además, mientras que la Unión Europea y EEUU se unieron en su día para lograr el acuerdo nuclear con Teherán, la retirada de Trump del pacto no ha sido secundada de igual forma por la UE.

Se añade otro problema a la cuestión, y es que el plan estadounidense de dejar fuera del mercado del crudo a Irán supondría tener que hallar otro proveedor que reemplace los 2 millones de barriles que produce el país.

¿Quién se beneficia entonces del estado actual de la cuestión? China y Rusia, sin duda alguna. En el caso de Moscú tiene dos vías de aprovechamiento, siendo la primera los altos precios y un mercado hambriento de crudo, y la segunda son las oportunidades de inversión en Irán a bajo coste. Forzando a las empresas de EEUU y la UE a no operar en Irán, Trump está dejando vía libre a las compañías rusas relacionadas con el Kremlin para quedarse toda la tarta de negocios.

Y China se beneficiará también, ya que una menor demanda de crudo iraní le servirá para obtener mejores precios de importación. A ello se añade el hecho de que Pekín y Teherán estrecharán aún más los lazos, toda vez que ya en 2016 cerraron un acuerdo de cooperación en materia de seguridad, que servirá de base para acercar aún más ambos países en esta nueva etapa.

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