Una veintena de grandes despachos

De Baker & McKenzie a Clifford... el 'Big Law' rompe con Putin pero sin portazos

Pese a una caída de su negocio en Rusia, muchos despachos no romperán radicalmente y planean salidas ordenadas. Han asesorado a empresarios petroleros, de la industria armamentística y la minería.

Putin puerta Kremlin
De Baker McKenzie a Clifford.. los 'Big Law' rompen con Putin pero sin portazo.
EFE

Después de tres décadas operando en Rusia, con despachos en Moscú y en San Petersburgo que a partir de ahora serán independientes, el gigante legal estadounidense Baker & McKenzie, que fue el primer despacho mundial en establecerse en el país, se ha comprometido a no actuar en nombre de ninguna persona o entidad que esté controlada por el Estado ruso o que esté directamente vinculada a él en cualquier parte del mundo. La decisión de la firma se une a la de otros grandes despachos estadounidenses y europeos -Norton Rose Fulbright, Clifford Chance, Hogan Lovells, Borenius, Herbert Smith Freehills, Allen & Overy o Linklaters- que han decidido abandonar un país en el que el 90% de las empresas tiene dinero en paraísos fiscales y en el que es casi imposible ver la línea que separa lo público -el poder político- y lo privado -las empresas que dirigen empresarios afines al poder-.

Pese a que el negocio de estos grandes bufetes ha ido disminuyendo en los últimos años y supone una aportación mínima a su cartera global, no parece que la mayoría de los despachos estén dispuestos a romper radicalmente y prevén una retirada pausada y ordenada del país. La penúltima firma de abogados en anunciar su marcha, Baker McKenzie, asesoró a Rostec Corporation, el principal grupo empresarial de armamento y tecnología militar rusa, que nació a finales de 2007 de la mano del presidente ruso Vladimir Putin, en la venta en 2016 del 49% de sus acciones pertenecientes en dos empresas mineras conjuntas ruso-mongolas -Erdenet Mining y Mongolrostsvetmet- a Mongolian Copper Corporation. En España, Rostec, que agrupa a más de 700 empresas, ha aparecido estos días en prensa después de que el yate 'Lady Anastasia', propiedad del oligarca ruso y director general de la filial exportadora, Alexander Mijeev, fuese inmovilizado en Palma de Mallorca. Su valor, cerca de 150 millones de euros.

Otro de los despachos que ha decidido dar los primeros pasos para abandonar Rusia ha sido la multinacional británica Norton Rose Fulbright, uno de los bufetes más grande del mundo y con importantes lazos con las empresas petroleras rusas. El bufete ha asegurado que está dispuesto a terminar la relación con sus clientes relacionados con el actual régimen ruso y que en caso de que sus abogados no puedan dar por finalizados los asuntos ya contratados, donará las ganancias de ese trabajo a "causas humanitarias y caritativas apropiadas". La firma ha realizado trabajos para varias entidades sancionadas por la invasión rusa, incluidas Sberbank, Gazprom y VTB Capital, el segundo grupo bancario ruso, además del gigante petrolero ruso Rosneft como cliente. 

Clifford Chance ha decidido una retirada ordenada de Moscú. El despacho ha tenido una relación muy estrecha con la empresa minera Nornickel

También la firma londinense Clifford Chance ha decidido una retirada ordenada de Moscú tras la invasión de Ucrania por el Gobierno de Putin. El despacho ha tenido una relación muy estrecha con Nornickel, a quien ha asesorado en numerosas ocasiones en la venta de activos en los últimos años. En 2017, el bufete dio sus servicios a 18 bancos internacionales que financiaron con 2.500 millones de dólares -2.273 millones de euros- a la empresa minera. Los dos principales accionistas de Norlisk Nickel, Oleg Deripaska y Vladimir Potanin, tienen estrechos lazos con Putin y fueron grandes beneficiarios de la privatización de empresas estatales -que se vendieron al 5% de su valor- que inició Boris Yeltsin en la década de los 90 y ha continuado el actual presidente Putin.

Dentro de la veintena de grandes despachos que se han comprometido de alguna forma a dejar Rusia, aunque admitiendo que en algunos casos  seguirán con los procesos en marcha, está Linklaters, que fue el primer gran bufete en anunciar el cierre de su oficina de Moscú y la voluntad de reducir todas sus operaciones en Rusia. La firma, que abrió su oficina en la capital rusa en 1992, destacó que su intención era disminuir el trabajo existente de acuerdo con las obligaciones legales y profesionales y que continuarán "ayudando a los clientes internacionales a lidiar con las implicaciones de la crisis actual y a deshacer sus intereses comerciales en Rusia". Entre sus clientes han estado Gazprom y Rosneft y el gigante bancario Sberbank, una de las armas financieras para el sostenimiento de la guerra contra el Gobierno de Kiev. 

CMS ha puesto bajo revisión 'crítica' su presencia en Rusia. Ha asesorado a  Gazprom, Gazpromneft, Rosneft e Inter RAO, Sberbank y VTB Group

Otros como CMS Cameron McKenna Nabarro Olswang han puesto bajo revisión 'crítica' sus oficina. CMS ha mantenido importantes lazos con las grandes compañías rusas en manos de los oligarcas cercanos a Putin. El despacho londinense ha asesorado en la compra y venta de activos a Gazprom, Gazpromneft, Rosneft e Inter RAO, Sberbank y VTB Group. Mientras, Mishcon de Reya, uno de los principales despachos británicos con más de 85 años de antigüedad, ha decidido no cerrar del todo la puerta a todos los clientes rusos "porque no hemos discriminado ni discriminaremos en función de la nacionalidad". La firma ha asesorado a los rusos a través de un servicio VIP Rusia que incluye "protección de reputación", estructuración de patrimonio y protección de activos. 

Por su parte, Allen & Overy, según detalla el portal especializado Law, ha admitido que estaba reduciendo su presencia en Rusia. Sus abogados han facilitado diversas operaciones a VTB Group, Sberbank y las petroleras Gazprom y Rosneft. Por su parte, White & Case, que ha asesorado a la principal empresa petroquímica del país, Sibur Holdings y ha Bashneft y Rosneft, se ha comprometido a retirar la representación del oligarca ruso Viktor Vekselberg, un millonario socio de Vladimir Putin que ha sido objeto de sanciones estadounidenses desde 2018, cuando encuentre un sustituto. Vekselberg es presidente de Renova Group, un conglomerado ruso con intereses en aluminio, petróleo, energía y las telecomunicaciones. Otros despachos que han tenido como clientes a oligarcas rusos y empresas privatizadas por Yeltsin y Putin son Freshfields Bruckhaus Deringer, DLA Piper, Latham & Watkins, Cleary Gottlieb Steen & Hamilton, Baker Botts, Debevoise & Plimpton o Morgan Lewis & Bockius.

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