ACS e Iberdrola mantienen sus diferencias y se verán en juicio el 18 de enero

  • Bilbao.- ACS e Iberdrola han mantenido hoy, en una vista previa celebrada en el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Bilbao, sus diferencias respecto a la negativa de la eléctrica a permitir la entrada de un representante de la constructora en su consejo, un conflicto que se dirimirá definitivamente en un juicio a celebrar el próximo 18 de enero.

Bilbao.- ACS e Iberdrola han mantenido hoy, en una vista previa celebrada en el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Bilbao, sus diferencias respecto a la negativa de la eléctrica a permitir la entrada de un representante de la constructora en su consejo, un conflicto que se dirimirá definitivamente en un juicio a celebrar el próximo 18 de enero.

El conflicto se deriva del acuerdo adoptado por la junta general de accionistas de la eléctrica el pasado 26 de marzo, en la que inicialmente se aceptó la petición de ACS, propietaria del 12% de Iberdrola entre participaciones directas e indirectas, de contar con un representante en el consejo en ejercicio de la representación proporcional.

Poco después un accionista de la eléctrica solicitó el "cese" inmediato del consejero apelando a la existencia de un conflicto de intereses, de carácter estructural, entre las dos empresas por competir a escala global en sectores como el de la ingeniería o el de las energías renovables. Acto seguido, la junta acordó reducir de 15 a 14 el número máximo de consejeros de la eléctrica. ACS reclama la suspensión de ambos acuerdos.

El juicio que comenzará el próximo 18 de enero, según ha dictado hoy el titular del juzgado, Marcos Bermúdez, deberá dilucidar, según ha apuntado, la existencia o no de ese conflicto de intereses, y su magnitud.

En la vista previa celebrada hoy ambas partes han reiterado sus posiciones ya conocidas. Según la representación de Iberdrola, existe un conflicto "estructural" en campos como la ingeniería -creación de infraestructuras energéticas- y el desarrollo de las energías renovables, fundamentalmente la eólica y la termosolar.

Por su parte, los representantes de ACS han sostenido que esta competencia, de producirse, no tiene más que una dimensión puramente "accesoria" y "puntual", ya que el interés estratégico de ACS en estos concursos es la "construcción" de la infraestructura, y no su explotación energética, que es la prioridad de Iberdrola.

En el terreno de las energías renovables ambas partes han mantenido también sus discrepancias. Según los representantes de Iberdrola, ambas compañías compiten también en la creación y explotación de parques eólicos y termosolares.

Por el contrario, los representantes de ACS han asegurado que la energía termosolar ha dejado de tener interés para la constructora, mientras que en la eólica su propósito es construir los parques para posteriormente venderlos.

En el caso de la energía eólica han recalcado que no existe competencia ni entre los propios suministradores, ya que se trata de un mercado subvencionado en el que todos los productores tienen garantizada la venta de la electricidad producida.

Iberdrola, según ha mantenido a lo largo del proceso, considera que la presencia de un consejero de ACS supondría un "auténtico caballo de Troya" en el "sancta sanctorum" de la compañía, con acceso a la "información estratégica de todo el grupo" en un momento de crisis como el actual, "lo que podría causar" daños "irreparables y gravísimos".

Ambas compañías mantienen también otra batalla legal en el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Madrid, donde Iberdrola ha impugnado las cuentas aprobadas en la última Junta de ACS por considerar que no reflejan la imagen fiel del patrimonio y la situación financiera de la compañía.

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