ACS sigue sin poder consolidar su poder en Iberdrola

  • La constructora ha cumplido su promesa de llegar al 20% de Iberdrola, pero continúa atada de pies y manos a la hora de ejercer su poder, ya que no puede consolidar la participación ni, por el momento, entrar en el consejo de la eléctrica.
Ruth Ugalde
Ruth Ugalde

La batalla por el control de Iberdrola sigue en punto muerto y pendiente de los procesos judiciales que tienen en marcha la eléctrica y su primer accionista, la constructora ACS, que ha elevado su peso hasta el 20,2% de la compañía dirigida por Ignacio Sánchez Galán.

Pero, ni siquiera con ese porcentaje la constructora podrá hacer valer su poder y consolidar su participación. En principio, las normas de contabilidad permiten anotarse la parte proporcional del beneficio cuando se supera el 20% de una compañía, inyección que en el caso de ACS supondría anotarse una ganancia de 570 millones de euros, equivalentes al 20% del beneficio de Iberdrola este año.

Sin embargo, todo este castillo de naipes se viene abajo cuando se demuestra que, detrás de dicha participación, no hay ninguna influencia efectiva en la gestión, como ocurre en este caso, en el que la constructora tiene cerradas las puertas del consejo y se enfrenta a Iberdrola en varios procesos judiciales.

Consciente de esta situación, el grupo presidido por Florentino Pérez prevé seguir consolidando su participación en la eléctrica como inversión, según fuentes del mercado, lo que conlleva que sólo pueda llevar a su cuenta de resultados el dividendo que obtiene de la eléctrica.

Para poder consolidar su 20%, ACS necesita llegar a un acuerdo con Iberdrola, algo que por el momento se presenta poco probable, o salir victorioso de los litigios que le enfrentan a la eléctrica. Éstos se resumen en dos grandes conflictos:

El primero, consiste en la impugnación de la junta de Iberdrola de 2010, en la que se vetó la entrada de un representante de ACS en el máximo órgano de administración de la eléctrica, tras acusar a la constructrora de ser un competidor.

El segundo, interpuesto por la empresa de Galán, denuncia errores contables en las cuentas de ACS de 2009 y pide impugnarlas, ya que, según Iberdrola, la constructora debería haberse anotado unas pérdidas de 1.393 millones, que le habrían llevado a terminar el ejercicio con unos números rojos de 405 millones, frente a los 1.952 millones de beneficio que registró.

Para salir victoriosa del primer proceso, la constructora ha puesto en venta su filial de renovables, una operación valorada en 5.000 millones que, además, rompe el principal argumento de la eléctrica.

No obstante, aunque los veredictos sean favorables a ACS, Iberdrola podrá recurrirlos y alargar estos procesos mucho más allá de la próxima junta general, que se celebrará antes de julio, ya que será ese mes cuando entre en vigor la nueva normativa antiblindajes.

Este nuevo reglamento pone fin al límite de los derechos de voto, que en el caso de Iberdrola asciende al 10%, pero no garantiza que ACS pueda entrar en el consejo de la eléctrica este año. Parece que todavía queda batalla por delante.

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