Datos del Ministerio de Trabajo

Más de un millón de afectados por ERTE han participado en cursos de formación

Las empresas lideran el 85% de las iniciativas, que se concentran principalmente en los sectores más afectados por la crisis derivada de la pandemia, como son la hostelería y el comercio.

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Agencias

Más de un millón de trabajadores afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) han participado en cursos de formación. Así lo revela un informe entregado por el Ministerio de Trabajo a los agentes sociales, al que ha tenido acceso La Información, del que se desprende un mayor éxito del esperado en ámbitos sindicales en torno a la iniciativa potenciada por el departamento que dirige Yolanda Díaz para evitar que los ocupados en situación de suspensión temporal de empleo terminen por convertirse en una especie de zombis del mercado laboral, aumentando, a través de la formación, sus posibilidades de reincorporarse a la actividad.

De acuerdo con los datos recopilados por el Ministerio, a través del Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe) y la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo, el número de trabajadores inmersos en ERTE que recibieron formación a lo largo de 2020 alcanza las 939.249 personas, una cifra "que se situará por encima del millón cuando se cierren los datos del conjunto del año", adelantan en el citado informe que ya obra en poder de la patronal y los sindicatos y que sale a la luz cuando se está negociando en la mesa de diálogo social una nueva prórroga de los ERTE hasta el 31 de mayo.

Hay que matizar, no obstante, que el dato es el resultado de la suma de dos fórmulas de impartición de formación. Por un lado, la proporcionada por las empresas para sus plantillas y, por otro, la oferta con convocatoria estatal. Aunque el Ministerio enfatiza que ambas fórmulas son "complementarias", cabe destacar que fue el sector privado el que lideró estas iniciativas, con un 85% del total de la formación vinculada a planes de empresas, para un conjunto de 797.226 personas, mientras en las convocatorias públicas participaron 142.023 trabajadores, un 15% del total.

Las cifras sorprenden a las centrales sindicales por su volumen, pues suponen que han recibido formación prácticamente un tercio de los afectados por ERTE, ya que en el pico de la crisis llegó a haber unos 3,6 millones de ocupados en esta situación. Además, los sucesivos acuerdos para prorrogar los ERTE no incluyeron un sistema específico de acceso a la formación para trabajadores afectados hasta el mes de octubre. Desde Trabajo, no obstante, sostienen que una resolución del SEPE fechada a 15 de abril ya iba encaminada a flexibilizar las condiciones de acceso a la formación profesional para el empleo, contemplando también a los ocupados con contratos suspendidos de manera temporal.

En concreto, en la citada resolución se establece que podrán participar en la formación programada por las empresas las personas trabajadoras cuyos contratos se hayan suspendido por un expediente de regulación temporal de empleo durante las suspensiones de contratos, con independencia de que la suspensión haya sido por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción o derivadas de fuerza mayor. Además, recuerda que, de acuerdo con el artículo 47 del Estatuto de los Trabajadores, los afectados por ERTE podrán participar en cualquier programa de formación con independencia del tipo y ámbito sectorial del mismo.

"Colectivo prioritario"

Con todo, no fue hasta noviembre cuando el Ministerio de Trabajo aprobó una orden que establece que los trabajadores que se encuentren en situación de suspensión de contrato o de reducción de jornada como consecuencia de un ERTE tendrán la consideración de "colectivo prioritario" para el acceso a las iniciativas de formación del sistema de formación profesional para el empleo en el ámbito laboral. El texto afirmaba que la normativa vigente "no siempre contempla la posibilidad de participación de estas personas trabajadoras en las distintas iniciativas, o establece límites a dicha participación, lo que puede dificultar o impedir el acceso a las acciones formativas a un colectivo que especialmente requiere de las mismas".

En consecuencia de estas modificaciones, en el conjunto del año 2020, y a la espera de incorporar a las personas trabajadoras que habiendo estado en ERTE se han formado en alguna de las convocatorias de acciones formativas que se han realizado en el ámbito autonómico de cada uno de los 17 Servicios Públicos de Empleo de las distintas comunidades autónomas, el departamento que dirige Yolanda Díaz prevé superar el millón de ocupados que han recibido algún tipo de formación mientras estaban en un ERTE. Es un dato, hay que insistir, muy por encima de las expectativas.

En cuanto a la formación proporcionada por las propias empresas, el informe destaca que ha sido generalizada, con independencia del tamaño de la compañía. Aun así, detalla que el número mayor de personas que han sido formadas se corresponden con las empresas de menor tamaño, las que tienen entre 1 y 5 personas asalariadas, ocupando el segundo lugar en la distribución las empresas medianas, de 10 a 49 trabajadores, y las más grandes, las que tienen más de 5.000 personas en su plantilla.

Respecto a la distribución territorial de la formación, mantiene una lógica correlación con el peso de los ERTE en cada región, que a su vez está relacionado con el tamaño de cada una de ellas y con su especialización productiva, dado el impacto desigual de la crisis en los diferentes sectores productivos. "Lógicamente son las comunidades más grandes y las que tienen mayor dependencia de las actividades vinculadas al turismo, las que tienen el mayor peso de participación de personas en regulación en acciones formativas", explica el Ministerio. En este sentido, Madrid, Cataluña y Andalucía por un lado y la Comunidad Valenciana, Canarias y, algo más retrasada, Baleares por otro, responden a esta doble realidad de tamaño poblacional y especialización productiva y por lo tanto cuentan con una mayor presencia de personas participando en acciones formativas.

Y en lo que se refiere a las acciones formativas estatales (los 142.023 participantes en ERTE suponen en torno al 30% del total de los más de 500.000 participantes en estas convocatorias) destaca la distribución sectorial porque "han beneficiado de forma especial a las personas que están ocupadas en los sectores que más están sufriendo con la pandemia", resalta Trabajo en su informe. De este modo, son la hostelería y el comercio las que encabezan de las acciones formativas, con una presencia destacada de las agencias de viajes, "que a pesar de ser un sector de reducido tamaño está entre los más afectados por la crisis", matiza el documento.

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