Radiografía del parado español de más de 45 años: el más castigado y al que pocos contratan

    • El 53% de los parados entre 45 y 64 años llevan más de dos años en el paro.
    • Están dispuestos a trabajar en limpieza, como peones porque la mayoría lleva en sus espaldas el peso del hogar.
CCOO afirma que sólo una de cada tres personas en paro de Castilla-La Mancha percibe prestaciones por desempleo
CCOO afirma que sólo una de cada tres personas en paro de Castilla-La Mancha percibe prestaciones por desempleo
J.L.G.G

El CES ha presentado un informe, aprobado por unanimidad por todas las organizaciones que integran el CES, en el que se analiza la situación de los mayores de 45 a 64 años y en el que se plantean una serie de medidas para mejorar la empleabilidad del colectivo y su protección social.

Para el presidente del CES, la medida más relevante sería la de dar a este segmento de población su peso correcto en las políticas activas de empleo, ya que actualmente está "infrarrepresentado". "El problema de los parados mayores de 45 años no se va a solucionar con una sola medida, pero me contentaría con una muy concreta: que al menos participen en todos los programas de empleo en proporción a su dimensión", ha subrayado Marcos Peña.

En 2013, había 2 millones de parados registrados entre los 45 y 64 años, 907.000 de los cuales llevaban dos o más años buscando empleo. Su desempleo se ha multiplicado por 4,5 entre 2007-2013 y el de larga duración supone ya el 49,7% en este colectivo, frente a un 34,4% del resto de edades. El 70% sólo cuenta con educación básica. La mayoría procede de los sectores de construcción e industria, pero poco a poco se están incorporando a este grupo de parados muchas mujeres procedentes de sectores tradicionales.

El porcentaje de población de 45 a 64 años en situación de riesgo de pobreza y exclusión en 2013 era del 28,9%, habiendo crecido durante la crisis 6 puntos porcentuales, y estando por encima del promedio para el total de edades (27,3%), cuando antes estaba por debajo. El subgrupo de 55 a 59 años alcanza el 34,3%.

Además, Peña ha explicado que el 40% de la población activa se concentra en este grupo de edad, que adicionalmente es el colectivo más afectado por el desánimo: en 2013 abandonaron el mercado laboral 400.000 personas afectadas por el desánimo, de las que más de 300.000 pertenecían a esta franja de edad. Es también el grupo que más rota, pues más de medio millón de trabajadores de 45 a 64 años ha tenido cuatro contratos y algo más de 100.000 más de cinco contratos.

El CES quiere poner en valor un problema, el del paro de los mayores de 45 años, que no está teniendo el eco que debería, quizá porque se está viendo "ensordecido" por otro gran problema de España: el desempleo juvenil.

"Tenemos mucho paro, y además desde hace mucho tiempo. Es muy mal paro, porque está muy mal distribuido territorialmente y muy segmentado, en función de la formación, de la edad. Esta segmentación en función de la edad tiene dos extremos: el paro juvenil y el de mayores de 45 a 64 años. La importancia del paro juvenil ofusca, ensordece, el problema de este otro colectivo", ha indicado Peña, que ha señalado que ésta es una de las razones por las que se ha elaborado este informe.

En él se advierte de que si no se aumenta fuertemente la tasa de ocupación de este colectivo "no será posible" alcanzar de nuevo, ni siquiera en un contexto muy expansivo del empleo en el resto de las franjas de edad, la misma tasa de empleo global que existía en España antes de la crisis. Estos datos lo demuestran:La tasa de empleo entre las personas de 45 y 65 años está en el 55,5%

La población de 45 a 64 años en España suponía en 2013 nada menos que el 26% de la población total. Este era un peso todavía algo menor (con datos de Eurostat) del que se observaba en el conjunto UE 28, donde alcanzaba el 27 por 100, pero su crecimiento ha sido más rápido en España y en solo unos pocos años más ese peso será, en nuestro país, uno de los mayores de la UE. Las salidas anticipadas del trabajo se producen entre los 55 y 59, pero el paro, ese es otro drama.

Los datos no engañan: incluso si se lograra que el 70% de la gente entre 16 y 59 años lograra empleo y se mantuvieran las tasas de los mayores de 60 de hoy estaríamos en tasas de 2007. La tasa de empleo de las personas de 45 a 64 años fue en el cuarto trimestre de 2013 del 55,5 por 100, 4,6 puntos inferior a la que había al final de 2007.La tasa de paro entre los 45 y 54 años está en el 21,3%

La tasa de paro para las personas de 45 a 54 años de edad se situó en el último año citado en el 21,3 por 100, más del triple que la de 2007 (6,6 por 100). Para los varones la tasa fue del 21 por 100 y para las mujeres del 21,7 por 100, lo que implica que se han igualado al alza, pues en 2007 la masculina era considerablemente menor que la femenina (5,4 y 8,4 por 100, respectivamente).

Como ocurre con todas las cifras de desempleo españolas, estas tasas son mucho más altas que en el conjunto de la UE. Con datos de Eurostat del segundo trimestre de 2013, las tasas de paro de la UE se situaban para los grupos quinquenales de edad de 45 a 64 años en un intervalo ligeramente decreciente con la edad, pero muy estrecho: entre el 8,4 y el 7 por 100; en ese mismo trimestre, las tasas españolas para los grupos quinquenales en este tramo mostraban también un orden decreciente con la edad, pero desde el 23,3 hasta el 17,8 por 100.La construcción y las manufacturas son los sectores que más paro de este perfil han generado.Ya hay 320.000 personas entre 45 y 64 años que están tan desanimados que ya no buscan empleo

El incremento del desánimo entre los mayores, donde se situó ya en cerca de 320.000 personas para el total del tramo de 45 a 64 años es un fenómeno preocupante porque se asocia con circunstancias personales que traslucen una posición especialmente débil en relación con la empleabilidad.El porcentaje de pobreza entre la población de 45 y 64 años ha crecido en el periodo de la crisis más de 6 puntos porcentuales.El detalle por grupos quinquenales de edad en 2013 muestra que el mayor porcentaje de personas en riesgo de pobreza y exclusión (AROPE) se da en el grupo de 55 a 59 años, con un 34,3 por 100.El empleo temporal no los busca...

Los parados entre 45 y 64 años no creen en los trabajos temporales aunque hayan subido su número (no queda otra) durante la crisis. Acostumbrados a los trabajos de toda la vida solo ha subido un 3,2% entre 2007 y 2013, mientras que entre los menores de 45 ha subido un 6,1%. Un 13,1% de los parados entre 45 y 64 años dijos que sí. Más del 29% reconocía que lo hacía porque no le queda otra.El 49,7% de entre 45 y 54 años lleva más de dos años en paro

El desempleo muy persistente aumenta significativamente en los sucesivos grupos quinquenales de edad dentro del tramo de 45
a 59 años, pero desciende entre las personas de 60 a 64, lo cual es un indicio más de que la pérdida de empleo prolongada lleva a una retirada anticipada del mercado de trabajo.El 45% de los parados entre 45 y 54 años fueron despedidos de forma individual

En 2013, el porcentaje de personas con dos años o más en desempleo era del 39,2 por 100 para el total de edades en ambos sexos, frente al 49,7 por 100 en el tramo de 45 a 64 años de edad. Más aún de entre 45 y 54 años los despidos individuales supusieron en 2013 en 45%, colectivos el 10%. En cuanto a los despidos individuales, en los mayores de 50 el porcentaje crece hasta el 50%.Los que consiguen trabajo rotan: 2,36 en un año

En el último Informe del SEPE sobre los mayores de 45 años se explica que en 2013 se registraron 3.090.230 contratos, firmados por 1.310.410 personas, lo que significa un índice de rotación de 2,36 contratos por persona.Son responsables de sus hogares

Para empezar porque el 55,6% de las personas entre 45 y 64 años es la persona principal del hogar. En el 64,1% con hijos a su cargo, un 58,2% por debajo de los 25 años. Es decir, estas personas expulsadas del mercado laboral son responsables de sus hogares. Y además en gran parte suis padres también viven por lo ahí tienen otra obligación en su casa. No solo eso, el coste para la sociedad se mide en la posibilidad de pagar las pensiones en el futuro, un incremento de los costes en los servicios públicos, y una dilapidación de capital humano.Estar formados es vital para que les contraten

De hecho, la diferencia se encuentra, con respecto al tramo más joven, en el peso de los estudios universitarios, más pequeño (18,3 por 100) en las personas de entre 45 a 64 años que en las de 20 a 44 (27 por 100). La mayoría de los parados de esta franja de edad (59,5%) tenían un nivel formativo bajo, fundamentalmente enseñanza secundaria.

Un joven de 25 a 29 años con estudios de ESO tenía en 2013 una probabilidad de estar desempleado un 51% más alta que otro de la misma edad con estudios universitarios; para un adulto de 45 a 54 años con estudios básicos esa probabilidad era un 128 por 100 mayor que para sus coetáneos universitarios.Están dispuestos a ser personal de limpieza y peones

Personal de limpieza de oficinas y hoteles, peones de industria manufacturera, vendedores en tiendas y almacenes son más del 20% de las solicitudes. Un 28% pedía trabajos no cualificados, un 19% en construcción o industria y un 8,5% como operadores de maquinaria e instalaciones.

ALGUNAS MEDIDAS QUE HABRÍA QUE TOMAR DE FORMA URGENTE, SEGÚN EL CESRebajar el subsidio de edad para acceder al subsidio especial para mayores de 55 años

Otra de las medidas que plantea el CES es la de rebajar el requisito de edad para acceder al subsidio especial para mayores de 55 años. Antes de los últimos cambios normativos, se podía solicitar este subsidio a los 52 años, pero el Gobierno elevó la edad mínima otros tres años más, hasta los 55 años. Según el CES, los perceptores de este subsidio se han reducido un 47% tras la reforma de sus requisitos.Elevar la renta de inserción y suprimir el número de veces que puede recibirse

El organismo también aboga por reconsiderar el diseño de la Renta Activa de Inserción, para elevar su duración o suprimir el número de veces que puede percibirse. Los beneficiarios de esta renta de 426 euros al mes que representaron en 2013 el 8,4% del total de perceptores de prestaciones por desempleo, aumentaron un 2,8% con respecto al año anterior, en línea con la tendencia ascendente desde su creación. El 40% de los que lo cobran ahora están entre los 45 y 49 años. Este tipo de ayudas cubren a un porcentaje ínfimo de población: en 2012 estarían cubriendo apenas al 5,57 por 100 de la población en esta situación, porcentaje que se reduce al 3,54 por 100 entre la población de 45 a 65 años. El cobro de estas ayudas no exhime de percibir otras.Las 17 propuestas más concretas del CES para que los mayores de 45 salgan del paro

La población de 45 a 64 años en España suponía en 2013 nada menos que el 26 por 100 de la población total. Este era un peso todavía algo menor (con datos de Eurostat) del que se observaba en el conjunto UE 28, donde alcanzaba el 27 por 100, pero su crecimiento ha sido más rápido en España y en solo unos pocos años más ese peso será, en nuestro país, uno de los mayores de la UE.
La política comunitaria no ha sabido por el momento proteger a los mayores de 45 años, de los más afectados por la crisis.


1. Se necesitan de forma urgente medidas de choque
Desarrollar en el ámbito comunitario iniciativas de amplio alcance dirigidas a fomentar la empleabilidad para la población más vulnerable dentro del colectivo es imprescindible, segýun el documento. Es necesario adoptar medidas de choque junto con la inclusión de otras de medio y largo plazo.


2. Es necesaria una financiación suficiente del FPE
Al contrario de lo que debería hacerse, los recursos destinados a la financiación de formación profesional para el empleo (FPE) han sido objeto de una reducción significativa en los dos últimos años.


3. Políticas de prevención del desempleo y de permanencia en el mercado de trabajo
La participación formativa en las empresas del grupo de trabajadores de 45 y más años es seis puntos inferior al peso que ocupan en el empleo asalariado, con una posición de infrarrepresentación. Además, tienen una media inferior de horas por participante.


4. Las empresas deben apostar más por la formación de los mayores de 45 años
Impulsar medidas para elevar la participación en actividades formativas, incluyendo permisos individuales de formación, dentro de las empresas de los trabajadores de estas edades ampliando así sus oportunidades de mantenimiento y mejora de sus cualificaciones y su empleabilidad. Incidir en aquellos trabajadores de más edad con niveles de educación-formación bajos o medios. En algunos casos, algunos de ellos no tienen estudios o son directamente analfabetos.


5. La cualificación no debe estar enfocada en los empleos de toda la vida
Hay que avanzar hacia una mayor diversificación de los contenidos profesionales, visiblemente concentrados en unas pocas familias profesionales. Utilizar la actividad de prospección de los servicios públicos de empleo de necesidades futuras de cualificación entre las pymes.


6. Los incentivos para evitar echar a trabajadores de más de 45 años no funciona
El sistema de incentivos para evitar la destrucción de empleo en general, y entre los mayores de 45 años en particular, ha demostrado ser poco eficaz hasta el momento. Así, a pesar de la obligación para las grandes empresas de realizar una aportación al Tesoro Público en el caso de despidos colectivos que afecten de manera desproporcionada a los trabajadores de 50 y más años, este colectivo sigue estando claramente sobrerrepresentado en las medidas extintas de regulación de empleo.


7. Poner en valor la experienca
Usar herramientas recomendadas por la CE, como la erradicación de los estereotipos negativos que afectan a los trabajadores de más edad mediante campañas de información y al enfoque reforzado de los servicios de empleo hacia ese objetivo. Es preciso, además, poner en valor las competencias de los trabajadores adquiridas mediante la experiencia y vías no formales de formación, y prevenir y asesorar en los procesos de reestructuración o potenciar los servicios de recolocación aplicados a los trabajadores de más edad. Los objetivos de empleabilidad deben acompasarse con una adecuada adaptación del sistema de protección social que favorezca una prolongación sostenible de la vida laboral. Hya que impulsar los procedimientos de reconocimiento y acreditación de la formación adquirida mediante la experiencia laboral y las vías no formales de aprendizaje.


8. Rediseñar la jubilación parcial
Sería deseable reflexionar sobre un rediseño de la jubilación parcial que dé respuesta a la necesidad de una mayor gradualidad en el abandono del mercado de trabajo por parte de ciertos trabajadores.
El CES propone una visión integradora de las opciones a la permanencia en el mercado de trabajo más allá de la edad de jubilación a fin de potenciar, de una manera más efectiva, las posibilidades de activación entre los trabajadores de más edad que encierran los instrumentos de compatibilización y demora voluntaria (la posibilidad de compatibilizar pensión y empleo atrajo en 2013 a tan solo 9.000 personas, en su mayoría autónomos).


9. Las medidas para orientar al trabajador más mayor deben ser individuales
Las acciones de orientación laboral sobre los trabajadores de más edad son prioritarias para potenciar los perfiles de un grupo en posición de desventaja. La heterogeneidad que engloba el grupo de más edad hace necesaria la adopción de una perspectiva más individualizada de la orientación, alejada de un enfoque excesivamente generalista.


10. La colaboración público-privada no debe afectar a los mayores de 45
Garantizar que la apertura de la intermediación a la colaboración público-privada no redunde en un menoscabo en el acceso al empleo de los trabajadores desempleados de más edad. La distribución equitativa de carteras de desempleados a las agencias privadas, con un adecuado reflejo de la distribución total de edades y, dentro de ésta, de los distintos perfiles, cualificaciones y niveles de formación, resulta por tanto esencial.


11. No solo hay que formarlos, además hay que atreverse a contratarlos
La participación en acciones de formación de los desempleados mayores de 45 años es inferior a la total y se confirma la infrarrepresentación en el conjunto de la formación de oferta a los parados. Además, aquellos que han recibido formación presentan unas tasas de inserción laboral inferiores, especialmente los que sobrepasan los 55 años.


12. Incentivos a la contratación
Se puede afirmar que el nuevo esquema de incentivos a la contratación no se orienta de manera específica a facilitar la reinserción de estos colectivos vulnerables, como los mayores de 45 años con cargas familiares que estén cobrando subsidios, rentas de inserción o hayan agotado las prestaciones.
Un sistema de incentivos bien diseñado pueda reorientar el empleo hacia los colectivos con mayores dificultades de acceso al mercado de trabajo.


13. Apoyo al autoempleo y al emprendimiento
Se observa que en materia de políticas de empleo dirigidas al fomento y promoción del autoempleo y el emprendimiento no se ha llevado a cabo un tratamiento específico del colectivo analizado. Además, se ha producido un acusado descenso, de más del 50%, de los fondos destinados al programa de promoción del empleo autónomo.
Las administraciones públicas deben desarrollar estrategias o ejes coherentes con las características de este grupo poblacional que desemboquen en ayudas o incentivos específicos que fomenten el autoempleo y permitan resolver los problemas y disminuir las trabas y riesgos que encuentra este colectivo a la hora de emprender. Y dotar a este tipo de políticas de recursos suficientes.


14. Adaptar el entorno de trabajo a la edad
Los convenios colectivos incorporan cuestiones ligadas a la perspectiva de edad, tanto de la igualdad y la no discriminación en el trabajo, como en relación con materias retributivas, extinción de la relación laboral o formación en el seno de la empresa.
Hay que impulsar una adecuada integración de las personas en la franja de edad más alta, entre otros aspectos a través de la adaptación de entornos y condiciones de trabajo que faciliten la estabilidad en el empleo de los trabajadores de más edad y las necesidades organizativas y de adaptación de las empresas. Hay que evitar salidas prematuras del mercado de trabajo acompañadas de un elevado riesgo de permanecer en el paro de larga duración.


15. Más protección social en las personas de 45 a 64 años, que ha disminuido un 47% en un año
Tras las últimas modificaciones normativas, especialmente las relativas a la mayor edad mínima para el acceso al subsidio especial para mayores de 55 años, se ha registrado una disminución de perceptores de este subsidio de un 47% con respecto al año anterior.
Debería considerarse especialmente la situación de los desempleados mayores de 45 años que agoten todas las ayudas del sistema de protección por desempleo y que son menores de 55 años, por ejemplo reduciendo el requisito de edad para acceder a esta ayuda que puede prolongarse hasta la edad de jubilación, para evitar que quede fuera del sistema un grupo de desempleados con especiales dificultades de reincorporación al mercado laboral.
Cabría reconsiderar el requisito de rentas de la unidad familiar o, alternativamente, exceptuarlo de cara a la financiación del convenio especial. Y elevar de nuevo la base de cotización por jubilación en este subsidio.
Al menos desde el punto de vista de mantenimiento de la cobertura de la protección, sería importante, en el panorama actual, reconsiderar el diseño de la Renta Activa de Inserción, elevando la duración o suprimiendo el número de veces en que se puede percibir.


16. Renta mínima que facilite la inserción a los mayores de 45 años en paro
Sería muy conveniente que se consolidara un sistema de Renta Mínima de Inserción como derecho subjetivo que permita cubrir las necesidades básicas así como lograr una cobertura adecuada de las personas en riesgo de pobreza y exclusión.


17. Extensión de vida laboral... pero con incentivos que ayuden a decir sí
El objetivo de extensión de la vida laboral también debería prestar una atención equivalente a los incentivos a la permanencia en la actividad, a fin de articular una política más equilibrada con los esfuerzos hasta ahora realizados con objeto de contener la salida del mercado de trabajo.

En 2013, había 2 millones de parados registrados en esta franja de edad, 907.000 de los cuales llevaban dos o más años buscando empleo. Su desempleo se ha multiplicado por 4,5 entre 2007-2013 y el de larga duración supone ya el 49,7% en este colectivo, frente a un 34,4% del resto de edades

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