Aguirre, de la primera línea política a la primera línea mediática

  • Nunca un adiós supo menos a despedida. Si hace cuatro meses Esperanza Aguirre dejaba la Presidencia de Madrid convencida de que no iba a añorar la política, el tiempo le ha dado la razón, ya que apenas ha habido semana sin su presencia en un medio o en un acto, eclipsando a todo aquel que lo protagonizara.

Arantxa Bernarte

Madrid, 22 ene.- Nunca un adiós supo menos a despedida. Si hace cuatro meses Esperanza Aguirre dejaba la Presidencia de Madrid convencida de que no iba a añorar la política, el tiempo le ha dado la razón, ya que apenas ha habido semana sin su presencia en un medio o en un acto, eclipsando a todo aquel que lo protagonizara.

La última semana ha sido especialmente intensa -mediáticamente hablando- para la expresidenta regional y presidenta aún del PP de Madrid, que pareciera que más que anunciar su fichaje en una empresa privada hubiera anunciado su regreso a la primera línea política, si se mide en función del número de entrevistas concedidas.

Ha pasado poco más de una semana desde que Aguirre dijera que deja su puesto como asesora de la secretaria de Estado de Turismo en el Ministerio de Industria (al que se incorporó el 18 de octubre), y que a partir de ahora trabajará para la empresa de 'cazatalentos' Seeliger y Conde.

Desde entonces Aguirre ha aparecido en radios, televisiones y varios actos públicos, y no ha dejado pasar la oportunidad para defender su incorporación al sector privado sin renunciar a la Presidencia del PP de Madrid, ni -y sobre todo- para seguir haciendo lo que siempre llevará dentro: política.

Porque no ha habido 'palo' que no haya tocado estos días: desde el trabajo de su exconsejero de Sanidad Juan José Güemes para una compañía de laboratorios clínicos hasta los 'sobres' del extesorero del PP Luis Bárcenas (caso que ha pedido que se investigue "caiga quien caiga"), pasando por el ático en Marbella del presidente madrileño, Ignacio González, o el indulto de Ángel Carromero.

Y es que cuatro meses sin presidenta de la Comunidad de Madrid no equivalen a cuatro meses sin Esperanza Aguirre, y eso quedó claro desde el minuto 1, el mismo día (17 de septiembre) en el que anunció por sorpresa en una multitudinaria rueda de prensa que dejaba su cargo y su escaño y que recuperaba su puesto de funcionaria del Estado.

Solo unos días después de su renuncia acudió como invitada a la Asamblea de Madrid para asistir al debate de investidura de Ignacio González, y ya entonces acaparó más flashes que el flamante presidente: no tuvo más que llegar al Parlamento regional conduciendo su propio coche -un utilitario- y dejarlo aparcado en una zona supuestamente no autorizada dentro del recinto, asegurando que otros diputados también lo dejaban allí. Y punto.

Uno de los primeros asuntos que tuvo que afrontar González como presidente fue la visita de Sheldon Adelson a Madrid el 16 de octubre, pero también ese día Aguirre tuvo su propio titular, ya que la noche anterior había invitado al magnate estadounidense y a su esposa a cenar a su propia casa para dejar bien 'atados' los flecos de Eurovegas.

Dos días después de aquella cena Aguirre pidió su incorporación al Ministerio, pero el mismo día en que volvía al trabajo ya tuvo que pedir 'permiso' para ausentarse varias horas para acudir a un desayuno informativo del alcalde de Alcorcón, David Pérez -a quien, evidentemente, robó todos los flashes-.

Varias semanas de escasa actividad pública de Aguirre y sus declaraciones durante una rueda de prensa a principios de diciembre asegurando que "de ninguna de las maneras" iba a volver a la primera línea porque no extrañaba "nada" el "gusanillo" de la política, parecían dar a entender que el paso atrás era poco a poco una realidad.

Pero algo lo debía añorar, porque ni en Navidad dejó de hacer política, con un mensaje en su blog personal en el que felicitaba las fiestas también a "los que alardean de laicos, con frecuencia desde las filas de la izquierda", a los que instaba a reconocer que muchas de sus aspiraciones "no son más que consecuencias del mensaje de Jesucristo".

2013 comenzó también con Aguirre delante de las cámaras de televisión, en este caso en la prisión de Segovia, donde el mismo día de Año Nuevo fue a visitar al dirigente de Nuevas Generaciones Ángel Carromero, recién llegado a España desde Cuba para continuar su condena por la muerte de dos opositores de la isla en un accidente de coche en el que él conducía.

Tras su anuncio de irse a una empresa de 'cazatalentos', su presencia en los medios se ha disparado con encuentros en periódicos online y entrevistas en radios y televisiones -Ana Rosa Quintana le llegó a ofrecer convertirse en 'tertuliana' en su programa-, y ha asistido a numerosos actos de su partido precisamente en una semana salpicada de noticias internas en el PP, desde el caso Bárcenas hasta el ático de Ignacio González.

Una coincidencia que no ha desperdiciado para seguir dando 'titulares', como que propondrá crear en el seno del PP de Madrid una especie de 'comisario de asuntos internos' -cargo que recaerá en Manuel Pizarro- para evitar casos de corrupción.

Lo que sí ha pasado a un segundo plano mediático es su salud -motivo por el cual se especuló que dejaba la política-, y sobre todo desde que, como ella misma dice, haya pasado la última 'ITV' médica con un sobresaliente 'cum laude'.

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