
El Gobierno tiene ahora como principal objetivo llevar a cabo una serie de medidas que frenen la incesante escalada de precios, como consecuencia principalmente de la invasión rusa en Ucrania. Una inflación que ya se está notando, y de qué manera, en el bolsillo, no solo de los españoles, sino de toda la Unión Europea. La luz, el gas y la gasolina están ahora más caras que nunca; y no solo eso, a la subida del coste de los alimentos, hay que sumar, más para inri, la escasez en determinados productos, como el aceite de girasol.
De ahí, que fuera el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien anunciase, durante el pasado fin de semana, una bajada de impuestos, pactada con las autonomías, sobre todo para los sectores más afectados por la guerra. Eso sí, le faltó por concretar cómo, de qué manera y, sobre todo, quién se vería involucrado. Precisamente, en este sentido, la portavoz del Ejecutivo y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, ha anunciado esta misma mañana que la rebaja impositiva solo se aplicará, de momento, al precio de la energía, aunque se estudiará el resto de sectores.
Así las cosas, cabe preguntarse, cómo podría afectar, en el sentido más práctico, una bajada de impuestos de los hidrocarburos. Para ello, debemos saber que el precio del carburante se compone, principalmente, de tres partes: el coste del combustible sin impuestos, el IVA y el impuesto especial sobre carburantes que se divide en el impuesto estatal general, el estatal especial y el tramo autonómico.
Tal y como explica autonocion.com, el precio base del carburante depende, entre otras, de la cotización internacional de la gasolina y el gasóleo o, incluso, el tipo de cambio euro/dólar. Mientras tanto, los costes de la producción, distribución o comercialización se suelen mantener estables. También, de hecho, puede variar a causa del mantenimiento de las reservas estratégicas o la aportación del Fondo Nacional de Eficiencia Energética.
Los impuestos en el precio de la gasolina y diésel
Por tanto, los impuestos que se aplican al precio de la gasolina y el diésel son los siguientes: un 21% del IVA; en cuanto al tipo general, un 32% si hablamos de la gasolina y un 28% en el caso del diésel. En cuanto al tipo especial, representa una cantidad fija por litro que se fija en la Ley de Presupuestos Generales del Estado. Y, si hablamos del tamo autonómico, varía entre el 0 y 48 céntimos por litro.
Así, según los cálculos de autonocion.com, la gasolina de 95 tendría una fiscalidad de 47,27 céntimos por litro, mientras que el gasóleo de 37,9 céntimos. Esto, más el IVA, se traduciría en un 56 y 52 por ciento, respectivamente.
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