"Sólo hacemos que encontrar muertos" entre las piedras, declaró a la AFP Nilar Myint, un responsable de la administración de Hpakant, en el Estado Kachin.
Un primer balance daba cuenta de 30 muertos.
Los socorristas, incluidos, según Myint, la Cruz Roja local, el ejército y la policía, seguían sus tareas de búsqueda el domingo.
El accidente se produjo el sábado cuando una montaña de terraplén se hundió sobre decenas de cabañas improvisadas en las que dormían personas que viven de la búsqueda de restos de jade no detectados por las empresas explotadoras.
Birmania es el primer productor mundial de esta piedra preciosa, muy presente en el subsuelo de esta región minera.
Pero las condiciones de extracción - tanto en términos de seguridad como medioambientales -, son pésimas, y las autoridades y las compañías de explotación cierran los ojos ante la existencia de mineros ilegales.
Miles de birmanos pobres se instalan en efecto en esta región para tratar de hallar restos de jade.
En los últimos meses, decenas de mineros ilegales murieron por corrimientos de tierra, según las ONG.
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