El FMI alerta de la relajación con el déficit en España y el riesgo de otra crisis dura

  • El organismo desconfía del ajuste prometido por el Gobierno y advierte sobre un incremento inminente en la factura por intereses de la deuda.
Gráfico previsión evolución déficit público según el FMI
Gráfico previsión evolución déficit público según el FMI

El déficit público del Reino de España caerá hasta el 2,3% este año y a partir de ese suelo iniciará de nuevo una suave senda ascendente que lo llevará de nuevo hacia el entorno del 3% en 2024 (2,8%). Las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) desconfían de las opciones de cumplimiento de la senda de consolidación fiscal trazada por el Gobierno, que planteaba un desequilibrio del 1,8% en 2019, del 1,1% en 2020 y del 0,4% en 2021, sobre la presunción de un ajuste fiscal equivalente a 1,4 puntos del PIB en ese periodo.

Según el organismo internacional, nada de esto sucederá. La previsión gubernamental se quebrará ya este año con un déficit del 2,3% sobre el 1,8% previsto por el Gobierno de Sánchez y se ensanchará en los siguientes en los que los analistas del FMI ni siquiera esperan que España consiga reducir su déficit sino que bien al contrario éste aumentará. 

El Fondo ha vuelto a situar el déficit público de España en su punto de mira en su informe de primavera. El cambio respecto a ocasiones anteriores es que las tradicionales recomendaciones para acelerar el proceso de reducción del déficit aprovechando la buena marcha de la economía se han tornado esta vez un tanto más sombrías por aquello del empeoramiento del contexto económico. Si hasta ahora sus dardos se dirigían al recalcitrante hábito español de incumplir los objetivos de déficit pactados con Bruselas, es decir, a la velocidad del ajuste, lo que desvela ahora al FMI es que la incapacidad del país para librarse de su déficit presupuestario y su fuerte endeudamiento le conduzcan a una espiral similar a la vivida en la 'gran crisis', donde los problemas del país para financiarse se enredaron también con la situación de sus bancos.

El escenario a futuro que dibuja el informe de primavera del organismo es inquietante para España. Desde el punto de vista presupuestario descuenta que el Gobierno español tendrá que pedir al mercado entre 25.000 y 30.000 millones de euros extra cada año para sostener sus niveles actuales de gasto público. Tal vez por ello, los analistas del fondo se han mostrado singularmente críticos con la decisión del Congreso -a través del Pacto de Toledo- y del Gobierno de rehabilitar el principio de actualizar las pensiones públicas conforme al IPC.

Bajo esa premisa, el FMI descarta asimismo que el Reino de España vaya a cumplir los objetivos de reducción de la deuda pública que le impone el Pacto de Estabilidad de la UE. Las proyecciones del fondo indican que el volumen de deuda pública apenas se reducirá de aquí a 2024 y que a esas alturas se situará en el 92,3% del PIB, muy por encima del objetivo del 60% y también por encima de la reducción que le exige Bruselas dentro del brazo preventivo del Procedimiento de Déficit Excesivo.

Nadie le podrá decir al FMI que no lo advirtió

Con este cuadro de déficit endémico y deuda pública por encima del 90% del PIB, el FMI ha recomendado esta semana a España que avance en la creación de un colchón fiscal que le garantice un cierto margen de seguridad ante los embates que pueda traer la desaceleración económica. El Fondo considera que España está, junto a Italia, especialmente expuesta a un posible repunte de los tipos de interés y a cualquier evento en los mercados de deuda.

Los mercados dan por hecho que a medio plazo se producirá un repunte de los costes financieros y el Fondo considera que esta situación puede impactar de forma más relevante en países "con elevadas cargas de deuda y ajustadas condiciones financieras" como Estados Unidos, Canadá, Italia y España, y de hecho sitúa a España entre los países donde menos caerá el volumen de deuda entre 2018 y 2024 y dónde más crecerán los costes financieros, solo por detrás de Italia, Estados Unidos y Corea entre los países más desarrollados del planeta.

El FMI -que salió escaldado de la crisis financiera por su supuesta incapacidad para detectar los desequilibrios que desembocaron en el peor crack económico en 70 años- ha utilizado su informe de primavera de 2019 para advertir de forma temprana a España de hacia dónde le puede llevar esta situación, hacia "una espiral negativa que realimente el riesgo soberano y el riesgo bancario", es decir, lo mismo que le ocurrió a España entre 2010 y 2012 y que dejó al país al borde de la quiebra.

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