Alemania evita la recesión por la mínima pero tampoco crece y reaviva las dudas

  • La locomotora europea cierra 2018 con menos crecimiento del esperado: un 1,4% y con estancamiento en el último trimestre. 
Merkel
Merkel
Europa Press

La economía del primer mundo no se despierta una sola mañana con un problema nuevo en la cartera. Todos los organismos internacionales apuntan a que la ralentización ya está aquí y que habría que actuar de inmediato si se pretende evitar males mayores. Mientras que unos y otros se deciden (entre otras cosas, el Reino Unido y su Brexit, Italia y su polémico Gobierno...), los datos siguen avivando la incertidumbre. Este jueves, le ha tocado a la gran economía europea: Alemania creció un 1,4% en 2018, según el dato definitivo publicado hoy por la Oficina Federal de Estadística (Destatis), que rebaja en una décima el adelantado en el mes de enero. Es el dato más débil desde 2013.

Pero el problema subyace en los crecimientos trimestrales, ya que esa cifra global vive de las rentas de la buena primera parte del año 2018. Así, el Producto Interior Bruto (PIB) de Alemania se estancó en el cuarto trimestre (0,0%) y evitó que la locomotora europea entrara en recesión, tras la caída del 0,2% registrada en el tercer trimestre. Algo es algo, pero no deja de ser otro aviso contundente del frenazo generalizado. 

Además, estos datos contradicen (a la baja) lo adelantado hace un mes por la misma oficina, que había adelantado un cierre de 2018 del 1,5% (frente al 1,4% final) y, sobre todo, había proclamado que en el cuarto trimestre se había vuelto a crecer. Y no ha sido así: Alemania se quedó varada entre octubre y diciembre. Aun así, Alemania cumple nueve años consecutivos de crecimiento, la fase de expansión más larga del país desde 1966.

Con todo, y a pesar de eludir la recesión, la mayor economía europea ha confirmado su desaceleración, después de haber registrado un crecimiento del 0,4% en el primer trimestre de 2018 y del 0,5% en el segundo, para contraerse un 0,2% entre julio y septiembre y registrar una expansión del 0% en los tres últimos meses del año. En comparación con el cuarto trimestre de 2017, el PIB de Alemania experimentó una expansión del 0,9%, mientras que al corregir el efecto de calendario, el crecimiento interanual fue del 0,6%.

Por otro lado, la oficina estadística germana destacó que en el cuarto trimestre de 2018 Alemania contaba con 45,2 millones de ocupados, cifra que representa un incremento anual de 507.000 personas o del 1,1% respecto del mismo periodo de 2017.

"La economía alemana escapó de la recesión técnica por el menor margen posible", declaró Carsten Brzeski, economista jefe de ING en Alemania, señalando que "la ventaja de los datos de hoy es que difícilmente pueden empeorar", ya que los fundamentos económicos siguen siendo sólidos y las oportunidades de un rebote son mayores que las de una nueva decepción.

El Gobierno alemán recortó a finales de enero en ocho décimas su pronóstico de crecimiento para la mayor economía europea en 2019, dejándolo en el 1%, lo que representaría la expansión más débil de Alemania desde 2013, como consecuencia del impacto negativo de factores externos como la incertidumbre que rodea el Brexit y las tensiones comerciales.

El 'hachazo' de Berlín al pronóstico de crecimiento de Alemania superó incluso el pesimismo expresado a principios de año por el Fondo Monetario Internacional (FMI) al recortar en seis décimas su previsión de crecimiento para la 'locomotora europea', hasta el 1,3% en 2019, mientras mantuvo en el 1,6% su proyección para 2020. Por su parte, Deutsche Bank Research ha revisado a la mitad su pronóstico de crecimiento para Alemania en 2019, hasta el 0,5% desde el 1% anticipado previamente, después de que la economía germana "evitara por un pelo" la entrada en recesión técnica, recoge Ep.

Mostrar comentarios