Alemania exhibe fortaleza laboral, basada en un sistema "Made in Germany"

  • El Gobierno alemán ha convocado la próxima semana a sus socios europeos para buscar soluciones al desempleo juvenil y trasladarles su experiencia con la formación dual, factor clave de la fortaleza de Alemania, anclado en su tejido industrial.

Gemma Casadevall

Berlín, 29 jun.- El Gobierno alemán ha convocado la próxima semana a sus socios europeos para buscar soluciones al desempleo juvenil y trasladarles su experiencia con la formación dual, factor clave de la fortaleza de Alemania, anclado en su tejido industrial.

La cita será el próximo miércoles con los acuerdos de la última cumbre de la Unión Europea (UE) aún candentes, como lo fue la advertencia de la canciller, Angela Merkel, de que Alemania no puede dar trabajo a todos los jóvenes desempleados -casi seis millones- de Europa.

Fue una cumbre definida como "de pequeños pasos", cuya cifra más visible -6.000 millones de euros para la lucha contra el desempleo juvenil, de los presupuestos de la UE para 2014-2020- fue tachada de dosis "homeopática" por la oposición socialdemócrata alemana.

En declaraciones al dominical "Tagesspiegel am Sonntag", la ministra de Trabajo, Ursula von der Leyen, admite que los 6.000 millones son insuficientes, propone un Pacto Europeo para la Capacitación y argumenta que los países más castigados por el desempleo juvenil son los que no tienen un sistema dual actualizado, como el alemán.

Von der Leyen es la impulsora de la llamada Conferencia para el Empleo Juvenil, el próximo 3 de julio, en Berlín, con la que Merkel pretende mostrar su compromiso en la tarea compartida de buscar soluciones y que contará con amplia presencia de líderes de la UE.

A la reunión se espera a los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; y del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el jefe de Estado francés, François Hollande.

Por parte de Berlín se ha insistido en que el objetivo de la reunión es "intercambiar" y "trasladar" experiencias, especialmente en lo que concierne a los éxitos en la lucha contra el desempleo desde el marasmo laboral que dejó la reunificación a la actualidad.

El equipo de Merkel suele exhibir entre sus grandes logros la reducción de las cifras de desempleados, que del récord de casi cinco millones que tenía Alemania a principios de 2005, año en que llegó al poder la canciller, bajó a los actuales 2,8 millones.

Parte de ese éxito se atribuye a la Agenda 2010 o reformas estructurales de su antecesor, el socialdemócrata Gerhard Schröder, y el reverso de la moneda es la precarización del mercado laboral -ocho millones de personas trabajan a sueldos mínimos-.

Pero por encima de estos aspectos se da por aceptado que la clave de la buena salud laboral germana es la formación dual, que combina la capacitación laboral con las prácticas en empresas.

Es una fórmula "anclada en el tejido empresarial alemán desde hace siglos", recordaba estos días el secretario ejecutivo de la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria Alemana (DIHK), Achim Dercks, en un encuentro con medios de comunicación extranjeros.

El sistema se aplica en prácticamente todos los sectores de la formación profesional, de los grandes consorcios de la automoción y la metalurgia a la pequeña empresa, comercio e incluso pedagogía escolar, hasta un total de 350 especializaciones.

No tiene "fecha de nacimiento" conocida, explicaba Dercks, sino que es una tradición secular que sitúa el aprendizaje práctico en centros de trabajo y se considera se consolidó a principios del siglo pasado y ha seguido desarrollándose hasta la actualidad.

"No es trasladable o exportable, tal cual, a otros países como España, Portugal o Grecia, sin un tejido industrial parecido al alemán, ni tampoco a Italia, más desarrollada en ese sentido", prosiguió el representante de la DIHK.

Alemania, potencia exportadora, no pretende "exportar" tal cual esa experiencia, como hace con los electrodomésticos, automóviles o tecnología "Made in Germany", sino ver cómo aplicarla en las realidades socioeconómicas y laborales actuales de sus socios.

Hacia ese cometido se orienta la cita en Cancillería, que sigue a otras iniciativas bilaterales con socios europeos, redobladas ante un paro juvenil que castiga de forma desigual a la zona euro -del 62 % de Grecia o el 56 % de España al 7,5 % de Alemania-.

En esta órbita se situó el memorándum firmado en mayo entre la ministra von der Leyen y su homóloga española, Fátima Báñez, que permitirá a unos 5.000 jóvenes españoles recibir formación dual o acceder a un empleo para personal cualificado en Alemania.

Son medidas puntuales, en medio la advertencia de Merkel de que no puede esperarse de Alemania que dé empleo a todos los jóvenes europeos, por encima de las alertas de los expertos a la elite de la UE del polvorín social que eso implica.

La cita en Cancillería tiene una lectura electoral para Merkel lanzada a la carrera por la reelección -en las generales del 22 de septiembre- y exhibiendo fortaleza laboral en el contexto de desempleo que atenaza a sus socios.

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