Alemania confirma que su economía registró el mayor desplome desde los años 70 en el segundo trimestre del año a causa de la crisis generada por el coronavirus. Su PIB se contrajo un 9,7% entre abril y junio, algo menos de lo que había avanzado su oficina nacional de estadística, la Destatis, que en principio preveía un retroceso del 10,1%. La caída anunciada por la 'locomotora' europea es prácticamente la mitad de la que ha registrado España en ese mismo periodo y que asciende al 18,5%.
El hundimiento de la economía germana responde en buena medida al 'pinchazo' registrado por el consumo de los hogares, que se precipitó un 10,9% entre abril y junio. La inversión en maquinaria y bienes de equipo se desplomó un 19,6%, en un contexto de confinamiento a nivel global, de parón obligado en muchas empresas y de ruptura de la cadena de producción por las cuarentenas. La formación bruta de capital fijo (inversión) en la construcción se redujo un 4,2%, tras un primer trimestre muy fuerte de este indicador.
El retroceso del PIB alemán no fue mayor gracias al incremento del gasto público en ese mismo periodo, precisamente para hacer frente a los efectos de la pandemia. Esta variable se incrementó un 1,5% en relación al trimestre anterior. A comienzos de junio, el Gobierno de Angela Merkel aprobó un paquete de estímulos por valor de 130.000 millones de euros para apoyar a su economía.
Ese mayor gasto en paquetes de estímulo para sortear los efectos económicos de la pandemia, ha llevado al Estado alemán a registrar un déficit equivalente al 3,2% de su PIB en el primer semestre del año, tal y como ha publicado también esta mañana la Destatis. Sería el mayor agujero en las cuentas públicas de nuestro vecino desde el año 2010, en plena crisis financiera y recesión en Europa.
Eje franco-alemán contra la Covid
En un viaje oficial realizado a Francia esta misma semana, en el que ha mantenido un encuentro con el presidente Emmanuel Macron, ambos líderes han incidido en que la lucha contra la pandemia requiere de una mayor coordinación a nivel europeo para evitar que cada país adopte medidas diferentes que puedan dar lugar a un nuevo cierre de fronteras.
Los representantes de las dos mayores economías de la zona euro aprovecharon su encuentro para despachar sobre el coronavirus, sobre el plan de la Unión Europea para la recuperación económica, sobre la crisis en Bielorrusia, y sobre las tensiones en el Mediterráneo oriental, asunto en el que Berlín y París tienen diferencias en torno al papel de Turquía.
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