
Alemania puede terminar pagando muy cara la decisión de adelantar su apagón nuclear al año 2022. Desde el recibo de la luz, hasta el dividendo de las principales eléctricas, el país se enfrenta a pagar una dura factura.
Un informe del partido CDU, filtrado por el rotativo germano Sddeutsche Zeitung, cifra en 40.000 millones el impacto económico que tendrá el cierre de estas plantas. Este coste será trasladado por las eléctricas a la factura de la luz, lo que terminará repercutiendo en el bolsillo de todos los alemanes.
De hecho, la industria alemana ya ha advertido de un incremento del precio de la electricidad, de oscilaciones en las redes y de una mayor contaminación, derivada del incremento de centrales de carbón y gas, que habrá que activar para compensar el apagón nuclear.
Por el momento, el mercado ha dictado hoy sentencia y ha penalizado con dureza a las principales eléctricas germanas: E.On se ha dejado un 2,3% y RWE, un 1,73%. Estas caídas les han convertido en los peores valores de la bolsa germana y del Eurostoxx 50.
Además, el presidente de la Federación de la Industria Alemana (BDI), Hans-Peter Keitel, ha señalado que las consecuencias del apagón nuclear pueden ser irreversibles y ha tachado de "acelerada" la decisión de Merkel.
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