Alerta en Japón: la deuda nipona supera a la de Grecia

  • La crisis en Grecia ha puesto el foco mundial sobre la deuda soberana de los países, y muchos de los ojos están puestos inevitablemente en Japón, cuyas finanzas púbicas (al menos sobre el papel) hacen que las de Atenas parezcan incluso saneadas. El nivel de deuda de Japón supone en este momento el 200 por ciento del PIB, mientras que la de Grecia representa el 115 por ciento.
El Nikkei cae de los 9.500 puntos por primera vez en seis meses
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Gavin Blair | GlobalPost

(Tokio, Japón). Un informe recientemente difundido por la escuela de negocios suiza IMD calcula que Japón no conseguirá reducir antes del 2084 su deuda hasta un manejable 60 por ciento del PIB; Grecia necesitará hasta el 2031 y EEUU hasta el año 2033. Mientras tanto, el Fondo Monetario Internacional ha vuelto a urgir a Japón para que adopte medidas para resolver su problema de deuda en el año fiscal 2011.

Todo esto, asumiendo que el país sea capaz y esté dispuesto a dar pasos significativos en ese sentido.Por el momento, las señales no son esperanzadoras.Cifras difundidas este mes por el Ministerio de Finanzas nipón muestran que el total de deuda de este año fiscal hasta marzo era de 883 billones de yenes. Es decir, 60.900 euros por persona. En comparación, el nivel de endeudamiento de Grecia es menos de la mitad, rondando los 26.500 euros per cápita.

El año pasado en torno a una cuarta parte del presupuesto gubernamental de Japón se invirtió en pagar la deuda ya existente. El presupuesto de este año es el primero en el que más de la mitad del dinero se ha logrado emitiendo nueva deuda, en forma de bonos, para compensar la caída en los ingresos fiscales.

Aunque hay diferencias con respecto a la situación de Grecia, un creciente número de economistas, inversores y analistas se preguntan más bien cuándo (y no si) va a convertirse esto en una crisis para Japón. El profesor Yukio Noguchi, de la prestigiosa Waseda University de Tokio, es un reconocido experto en la burbuja económica japonesa y uno de los pocos economistas que predijeron su estallido.

Su interpretación de la actual situación también es sombría. Cree que el nivel de deuda sólo se puede terminar con la economía japonesa entrando en una senda de hiperinflación."La inflación es la única respuesta; la pregunta es cuándo llegará", afirma Noguchi.

Con Japón estancado en un largo periodo de deflación, el peligro de la hiperinflación es difícil de imaginar tanto para los ciudadanos como para los políticos.Aunque Noguchi no cree que vaya a suceder pronto, cuando se comience a producir la inflación "la situación cambiará muy rápidamente".

"Una crisis de deuda soberana en, digamos, el Reino Unido, EEUU u otro país asiático podría ser el desencadenante", afirma Martin Schulz, economista del Fujitsu Research Institute de Tokio.Casi el 95 por ciento de los bonos del Gobierno japonés están en manos niponas (bancos, fondos de pensiones y otras instituciones) y con un rendimiento muy bajo, al igual que las tasas de interés cercanas a cero y la deflación.

No obstante, como el tamaño de la deuda es enorme, un pequeño aumento en las tasas de interés podría hacer que el Gobierno fuese incapaz de cumplir con sus obligaciones."Si las tasas de interés llegan al 1,6 por ciento en bonos a 10 años, la gente podría empezar a ser más cuidadosa y la prensa publicaría artículos preguntándose si Japón será la siguiente Grecia", aventura Schulz. La tasa actual de los bonos de EEUU es el doble de esa cantidad.

Si el pánico se apodera del público y se pierde confianza en la capacidad del Gobierno para pagar las ingentes sumas que les debe, se podría producir una huida de capital del país, al buscar la gente lugares estables para sus ahorros.El Gobierno nipón tendría que buscar entonces compradores en el extranjero para sus bonos, que demandarían intereses mucho más altos de los que ha podido ir pagando hasta ahora al venderlos domésticamente, lo que le impediría colocar su deuda y cumplir sus compromisos de inversión.

Sin el caballero andante de la UE para sacarle las castañas del fuego, prácticamente la única opción que le quedaría a Japón sería imprimir cantidades masivas de dinero.Consecuencia: hiperinflación.Aunque esto es un mero planteamiento apocalíptico, sí plantea varias preguntas, como ¿por qué el yen se considera una divisa refugio? y ¿por qué los bonos del Gobierno japonés (JGB por sus siglas en inglés) no están calificados como basura?

Un portavoz de Moody's en Tokio nos confirma la calificación AA2 para los JGB y describe el panorama como "estable, pese a algunas inquietudes". Las otras dos agencias, Fitch y S&P, han bajado sus calificaciones y amenazan con volver a hacerlo, aunque ambas mantienen la AA para inversiones. (Conviene recordar que estas son las mismas agencias que calificaron las hipotecas subprime de EEUU como AAA y la deuda de Grecia como "basura").

Hay en cambio unas enormes reservas de dinero que confieren a Japón al menos una apariencia de seguridad y estabilidad. A menudo se dice que las reservas en manos de los hogares (1.400 millones de yenes) son una especie de garantía frente a la enorme deuda del Gobierno. Noguchi califica este planteamiento como "idiota", y señala que gran parte de ese dinero está invertido de diversas maneras, entre ellas en la compra de esos bonos que se supone garantiza el Gobierno.

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