Frente a la disrupción del virus

El as en la manga de Lisa Su que señala el futuro 'tech' para EEUU... y el mundo

Es una de las mujeres más poderosas del planeta tras reflotar la empresa informática AMD y dirigirla, antes de que irrumpiera la pandemia de la Covid, hacia un mercado que ahora se considera vital en la industria.   

Lisa Su es la presidenta y máxima responsable de AMD desde el año 2014.
Lisa Su es la presidenta y máxima responsable de AMD desde el año 2014.
AMD

Es posible que al usuario común de ordenadores le cueste asociar las siglas AMD. Lo que le vendrá a la cabeza cuando le hablan de procesadores es Intel y si son tarjetas gráficas le sonará bastante Nvidia. Y quizás eso explique en buena parte por qué Advanced Micro Devices estuvo atrapada en una espiral que le llevaba directa hacia la bancarrota. Hasta que la ejecutiva taiwanesa Lisa Su tomó las riendas de la tecnología de Silicon Valley.

Lisa Su está considerada como una de las mujeres más poderosas en el mundo de la tecnología y del universo corporativo de los Estados Unidos. Es de la misma estirpe que Susan Wojcicki (YouTube), Safra Catz (Oracle), Sherly Sandberg (Facebook), Ruth Porat (Alphabet), Amy Hood (Microsoft) o Gwynne Shotwell (SpaceX). Pero en el caso de esta ingeniera del MIT, aceptó ponerse al frente de AMD con el reto de darle un vuelco por completo.

Eran pocos los que hace cinco años apostaban por AMD. La acción se pagaba entonces a un par de dólares. Ahora se cambian a cerca de los 90 dólares, lo que representa un incremento del 4.250% y llegaron a duplicar de valor en los últimos 12 meses. La capitalización bursátil de la tecnológica ronda los 110.000 millones de dólares aunque sigue siendo la mitad de grande que Intel y unas tres veces menos que Nvidia, sus grandes rivales. 

El año pasado fue tremendo para los fabricantes de semiconductores gracias a que el confinamiento disparó la demanda de ordenadores personales para atender las necesidades del trabajo y el colegio remoto. Se vendieron unos 300 millones de unidades de portátiles, computadoras de mesa y Chromebooks. Y muchos acudieron, además, a los PC y las consolas en la cuarentena para liberarse con los videojuegos. La pandemia provocó que los consumidores relocalizaran su tiempo y el presupuesto de áreas parcialmente cerradas -viajes, restaurantes, casinos, cines, conciertos, parques temáticos. 

Eso benefició a AMD. Lisa Su entendió, además, que el futuro debía pasar por desarrollar la tecnología para aplicaciones de alto rendimiento, como centros de gestión de datos y servicios de computación, cruciales en 2020. El de los semiconductores es un negocio de alto riesgo, por los plazos para el desarrollo del producto. Y no sólo se trata de tener la capacidad de anticipar lo que sucederá en cinco años, la tecnología debe ser mejor que la de los rivales y se debe actualizar de una manera consistente. La clave para reflotar AMD era, por tanto, elegir bien el mercado. Lo que nadie anticipó es que la disrupción del coronavirus iba a jugar la mano a su favor de esa manera.

Las restricciones para contener los contagios provocaron que la industria de los videojuegos sea ahora más grande en EE UU que la del cine y los deportes combinados por facturación. Las ventas crecieron un 20% en 2020, de acuerdo con datos de la consultora IDC, y no se espera que vayan a cambiar mucho las cosas en 2021 con las nuevas consolas Xbox y PlayStation en el mercado. La moderación podría llegar más bien hacia 2022. 

La industria de videojuegos lleva en realidad varios años al alza por la múltiple variedad de vías para jugar, gracias también por los servicios de pagos de Apple, Google, Microsoft, Sony y Nintendo. Y no sólo se explica por el frenesí de las últimas consolas. También por los ordenadores personales, que se presentan ahora como una opción más barata que las consolas y que ofrecen múltiples funciones para jugar que no están disponibles en los móviles. AMD, Intel y Nvidia presentaron durante los últimos meses nuevos chips para utilizar en múltiples plataformas, que están especialmente pensados para diseñar portátiles más rápidos, finos, ligeros y eficientes sin que se coman la batería en un par de horas jugando frente a los amigos al otro lado de la pantalla. Y al ser más compactos, se pueden usar también para trabajar, utilizar en clases o reproducir contenido audiovisual.

La demanda el pasado año fue la más alta desde 2014 y se espera será aún mayor en 2021 porque seguirán desempeñando un papel mayor en la vida diaria de la gente, al menos hasta que la vacuna contra el coronavirus esté ampliamente disponible y sea efectiva. Lisa Su anticipa así que el número de portátiles con procesadores y tarjetas gráficas desarrolladas por AMD crezcan un 51% gracias a la serie Ryzen 5000, hasta unos 150 modelos. Su hizo la demostración durante el CES 2021 de un nuevo chip para portátiles que usa la arquitectura de los procesadores que se usan en las consolas de última generación PlayStation de Sony y Xbox de Microsoft, que empezará a comercializar para la mitad de este año. A la vez busca una mayor presencia en el mercado de la computación de alto rendimiento, con la tercera generación del procesador para servidores Epyc.

Y todo esto sucede mientras Intel está en dificultad, tras múltiples retrasos en el desarrollo de procesadores. La compañía acaba de nombrar consejero delegado a Pat Gelsinger, justo cuando Apple viene de presentar sus propios semiconductores. El hasta ahora ejecutivo de VMware tendrá como principal misión aceleran las transición hacia procesadores de bajo coste como los de AMD antes de que se le desplomen más la ventas. 

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