Los dos anteriores presidentes de la CEG piden al actual que dimita ante la "enorme" fractura y el impago a proveedores

  • Polémica en la junta por la situación económica de la patronal, a la que acude Pontevedra al tratarse asuntos "de interés para la provincia"
EUROPA PRESS
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Los dos anteriores presidentes de la confederación de empresarios de Galicia (CEG) han pedido al actual, Antón Arias, que dimita de su puesto en un contexto de "enorme" fractura entre norte y sur y una falta de liquidez "total" que conlleva el impago a proveedores desde hace meses.

Según fuentes consultadas por Europa Press, la demanda ha partido del vigués José Manuel Fernández Alvariño (al frente de la CEG de 2013 a 2015) y a ella se ha sumado el ourensano Antonio Dieter Moure (líder de la organización entre enero y octubre de 2016), en el transcurso de la junta directiva celebrada este jueves en Santiago.

Por su parte, Arias se ha remitido a su compromiso inicial (cuando tomó posesión del cargo en enero de este año) de dejar la presidencia cuando solucione las dificultades económicas que afronta la institución y reforme los estatutos, para responder a las reivindicaciones de provincias y sectoriales.

Tanto a la junta directiva como al comité ejecutivo de este jueves ha acudido el presidente de la confederación de empresarios de Pontevedra, Jorge Cebreiros, pese al anuncio de suspensión de participación en los órganos directivos de la CEG como muestra de rechazo con el devenir de la dirección.

"INTERÉS" PARA PONTEVEDRA

En declaraciones a Europa Press, Cebreiros ha explicado que sí acudió debido a que en el orden del día del comité figuraban temas "de gran interés" para la provincia que representa, como son la cumbre ibérica y la negociación colectiva.

En concreto, Pontevedra ha criticado que no se aborden aspectos clave como movilidad y territorio para el cónclave y ha subrayado que su prioridad son los convenios de empresa y provinciales, sobre el segundo de los asuntos.

Para algunas fuentes consultadas, la asistencia de Pontevedra deja en mal lugar la forma de actuar esta organización, ya que "cuando les interesa bien que vienen".

SITUACIÓN ECONÓMICA

Pero la situación económica ha centrado, una vez más, esta nueva cita de la CEG, debido a la constatación de una "falta total de liquidez y viabilidad", según fuentes consultadas, y el impago de facturas por un valor próximo a los 80.000 euros.

El panorama, para alguno de los miembros de la patronal, es grave y puede abocar al concurso de acreedores --voluntario o necesario-- "cuando algún proveedor se ponga nervioso".

Cebreiros, al respecto, ha expresado su preocupación por las posibles responsabilidades que se deriven de los impagos, que afectan a despachos de abogados y otros servicios. "La situación económica cada vez está degradándose más y la hipoteca estaba concedida pero no está firmada", ha advertido.

Sin embargo, otras fuentes consultadas reducen la magnitud de la crisis y aseguran que la hipoteca sobre la sede de O Vilar, que aportará 1,2 millones de euros de liquidez a la confederación, se prevé rubricar "en estos días, probablemente la semana que viene".

Dieter Moure, que, como previamente Alvariño, abandonó el cargo ante la pérdida de apoyos internos, ha preguntado en la junta a dónde se destinó la partida que él dejó en su día para el pago de facturas, por su posible utilización para el pago de indemnizaciones a trabajadores que, como el anterior secretario general, Fausto Santamarina (un histórico de la asociación), fueron despedidos al llegar la nueva presidencia.

SECRETARIO GENERAL

Precisamente el cargo del secretario general sigue generando controversias, y el intento de ratificación este jueves de Jaime López (secretario general en Lugo y en funciones de la CEG) ha sido rechazado por los presentes ya que no constaba en el orden del día.

El sector crítico con la dirección (Ourense y Pontevedra y algunas sectoriales) se opone a la figura de López y argumenta para ello incompatibilidades entre ambos cargos (en Lugo y en Santiago).

Con todo, da por hecho que, de haber estado en el orden del día, lo más probable es que existiese una mayoría suficiente en el órgano de gobierno para ratificar su puesto.

EL MALESTAR CRECE

Así las cosas, el malestar entre ambos bandos sigue creciendo, entre otras cosas, ya que Cebreiros ha lamentado que Arias no se disculpase tras las acusaciones de intento de derrocarle para ponerse él al frente.

Por su parte, Fernández Alvariño considera que quizá se equivocó en su día cuando se apartó de la presidencia de la confederación, aunque ahora es él el que encabeza esta demanda de "un acto de generosidad" a Antón Arias, con el objetivo de que se constituya de nuevo la gestora.

Una gestora que se hizo cargo de la institución de octubre de 2016 a enero de este año, cuando estaban convocadas las elecciones, con un pacto no escrito entre las cuatro provincias para buscar un aspirante de consenso.

En el último momento, y ante la falta de acuerdo, A Coruña lanzó la candidatura de Arias, apoyado por Lugo, lo que provocó el enfado de Ourense y Pontevedra, que se mantiene, y cada vez más vivo.

Entre tanto, el líder de la confederación coruñesa, Antonio Fontenla, que capitaneó la CEG entre 2001 y 2013, sostiene, según fuentes consultadas, que la solicitud de dimisión en estos momentos es un disparate y cuestiona, precisamente, la legitimidad de que sea Alvariño quien la promueva.

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