Antes de regresar a Laponia, los Papa Noel de Rio reponen fuerzas y se cortan la barba

  • Después de más de un mes de duro trabajo con el calor sofocante de Rio de Janeiro, unos treinta Papa Noel se cortaron la barba el lunes, repusieron fuerzas con un buen plato de pasta y se despidieron hasta el año que viene.

Sentados en la terraza de un restaurante en el barrio de Tijuca (norte), los Papa Noel cantan clásicos navideños para sorpresa de los transeúntes.

"Reponen fuerzas con la pasta antes de regresar a su país, a Laponia", dice a la AFP Limachen Cherem, el director de la escuela de Papa Noel de Rio, donde este año se formaron unos cuarenta estudiantes.

La mayoría de los Papa Noel presentes son jubilados o desempleados de más de 50 años que trabajaban en centros comerciales, visitando hospitales y guarderías para intentar escapar momentáneamente de la recesión económica en la que se encuentra la séptima economía del mundo.

"Perdieron fuerzas, están sudando mucho, su barba está amarillenta. Ahora necesitan perder peso, cuidar su barba", dice Cherem.

Mientras aspira sus espaguetis con gran apetito, Aylton Lafayette Grimaldi, de 68 años, asegura que "hoy es un día de confraternización entre los Papa Noel que han trabajado durante más de un mes". Seguramente se volverán a ver las caras el año que viene en un nuevo curso.

"Es muy bueno trabajar con niños de diferentes etnias y clases (sociales). Lo que es bueno de los niños es que no hay problemas raciales. Me preguntan por qué soy negro y yo les digo es porque bajo por las chimeneas", cuenta entre risas.

Otros, a su lado, se cortan la barba de acuerdo con un ritual simbólico.

"Sólo recorte un poco. Soy un Papa Noel y no puedo quedarme sin barba. El año que viene será aún más grande", dice Voni Ribeiro, de 68 años, que se ha puesto el traje rojo por quinto año para trabajar en un centro comercial.

Cherem explica que "este año ha sido más duro por la crisis. Tuvimos más candidatos y menos contrataciones. Las tiendas han tardado en contratar".

"Este año su trabajo les sirvió para pagar sus facturas retrasadas, mientras que antes venían para comprar regalos a sus nietos", dice el director de la escuela, que funciona desde hace 22 años y donde se han capacitado unos 400 Papa Noel.

Las clases de canto, teatro, dicción, expresión corporal, gimnasia y maquillaje son gratuitas. Los Papa Noel contratados aportan un pequeño porcentaje de sus beneficios para la escuela. Ellos pueden ganar entre 800 y 3.850 dólares en 40 días, especialmente si trabajan en centros comerciales, mientras que el salario mínimo mensual es de 200 dólares.

Cuando se le pregunta de dónde le surgió la idea de crear esta escuela, Cherem explica que descubrió a Papa Noel a los 10 años.

"Yo vivía en las profundidades de la campiña y nunca celebré la Navidad ni los cumpleaños. No tenía ningún juguete. Cuando quería un caballo, tomaba un trozo de madera y cabalgaba. Esto tiene el mérito de desarrollar la imaginación", explica Cherem mientras se despide, "¡Ho, ho, ho! ¡Nos vemos el año que viene!".

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