Apostar por la igualdad de género aumenta un 25% la productividad económica


Ana Revenga, directora de Desarrollo Humano para Europa y Asia Central del Banco Mundial, y Carolina Sánchez-Páramo, economista jefe en temas de pobreza y equidad en Europa y Asia Central de la misma entidad bancaria, coautoras del "Informe sobre el desarrollo mundial 2012: Igualdad de género y desarrollo", tienen muy claro que "apostar por la igualdad de género aumenta un 25% la productividad económica de algunos países".
Lo razonan con ejemplos que han constatado. "En China un incremento del 10% del control de las mujeres sobre los recursos del hogar hace que disminuya la mortalidad infantil en niñas y que mejoren los resultados escolares en los hijos, algo que no ocurre cuando es el hombre el que controla el hogar", señala Revenga.
"En la India, la llegada de la mujer a puestos de responsabilidad política se ha traducido en una disminución de la corrupción. Pero también en más inversión en políticas de agua y saneamiento, que ha beneficiado a toda la comunidad. La igualdad genera mejores resultados para las generaciones futuras", agrega Sánchez-Páramo.
El citado informe sostiene que la productividad aumentará si se aprovechan más las aptitudes y el talento de las mujeres. "Eliminando las barreras discriminatorias para las mujeres en determinados sectores y ocupaciones se podría aumentar la productividad hasta en un 25% en algunos países. Por ejemplo, en el sector agrícola, si éstas tuvieran el mismo acceso que los hombres a los fertilizantes y otros recursos se podría incrementar notablemente la producción en los países en desarrollo", explica Revenga.
El informe también destaca que se han logrado avances considerables en todo el mundo en lo que respecta a reducir las disparidades de género en educación, salud y mercados laborales durante los últimos 25 años.
VIOLENCIA DE GÉNERO
Pero todavía hay datos que hay que cambiar con urgencia, como que 500 millones de mujeres hayan sufrido en algún momento de su vida violencia de género, y que al 80% de los etíopes, incluidas las mujeres, les parezca normal que un hombre pegue a su mujer.
Asimismo, todavía hay 35 millones de niñas que no van a la escuela, sobre todo en la zona subsahariana y en el sudeste asiático, y la tasa de mortalidad de las niñas de cero a cinco años es mucho más alta que la de los varones.
Aproximadamente dos quintas partes de las niñas no llegan a nacer porque los padres prefieren tener hijos varones, una sexta parte muere en la primera infancia porque se le presta menos atención, y más de un tercio fallece durante la edad reproductiva.
"En Afganistán y en Chad los datos de mujeres que pierden la vida en el parto son los mismos que tenía Suecia hace 300 años", concluye Ravenga.
El informe aconseja como áreas de actuación para el futuro "reducir la mortalidad femenina, mejorar las oportunidades económicas para las mujeres, dar mayor participación a las mujeres en el hogar y en la sociedad y acabar con la transmisión de situaciones de desigualdad de género a las generaciones futuras".

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