París, 27 sep.- El líder siderúrgico mundial ArcelorMittal cerrará sus altos hornos de Florange (noreste de Francia), inactivos desde 2011, que el Gobierno francés quiere comprar por un precio simbólico para favorecer su nueva puesta en marcha.
ArcelorMittal confirmó al Gobierno francés su decisión de abandonar definitivamente los dos altos hornos de Florange, en los que trabajaban 550 de los 2.800 empleados de ese complejo, y podría anunciarlo formalmente en la reunión del comité de empresa convocada para el próximo lunes, precisó el diario "Libération".
Paralelamente, el Gobierno ha estado negociando desde hace tres semanas con el gigante siderúrgico para que acepte cederlos, junto a la acería anexa, por un euro simbólico, y que le dé un plazo de varios meses para buscar un comprador, pero ya dio hoy por terminado ese proceso de contactos.
La intención es la de materializar la promesa del presidente francés, el socialista François Hollande, que en febrero durante la campaña electoral para su elección había prometido adoptar una ley para forzar a grandes grupos industriales que quieran cerrar una planta a venderla para intentar dar continuidad a la actividad.
En el caso de Florange no hay nada firmado y, como la ley no se encuentra todavía ni en fase de proyecto, depende de la actitud de ArcelorMittal, que se acaba de negar a deshacerse de los altos hornos que ha cerrado en su factoría de Lieja (Bélgica).
El ministro de la Reconstrucción Productiva, Arnaud Montebourg, se desplazó hoy a Florange para entrevistarse con los representantes de los trabajadores, que hace unas semanas le habían hecho varias propuestas, como la nacionalización o la entrada en el capital de la planta por parte del Estado.
Al término del encuentro, Montebourg confirmó que ArcelorMittal quiere acabar de cerrar los altos hornos, pero se comprometió a hacer "todo lo posible" para mantener la actividad.
El ministro señaló que en caso de cierre de Florange el único responsable será ArcelorMittal, a quien exigió una inversión de 150 millones de euros en la acería.
Montebourg se comprometió a buscar un "operador serio" que retome la actividad de la siderúrgica y anunció "un largo pulso" con la propietaria para evitar los despidos.
Por otro lado, el propietario de ArcelorMittal, Lakshmi Mittal, se reunió hoy con el presidente de Francia, François Hollande, que trató de convencerle de que no cierre las acerías.
Un informe de expertos encargado por el Ejecutivo y presentado el pasado 27 de julio afirma que esos altos hornos de la región de Lorena (muy próximos a Alemania, Luxemburgo y Bélgica) son viables a condición de recibir inversiones.
El cierre de esas instalaciones se enmarca en el bajón del mercado del acero en Europa, donde la demanda -según ArcelorMittal- es ahora un 25 % inferior a la que se daba en 2007, cuando se alcanzó un pico.
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