Arcelor rompe un tabú con su 'amenaza' al sistema de pensiones del País Vasco

  • La multinacional amenaza con suspender sus aportaciones a Geroa, un fondo creado por la patronal y los sindicatos para complementar las pensiones.
Un empleado en la planta de Arcelor en Gijón.
Un empleado en la planta de Arcelor en Gijón.
L. I.

ArcelorMittal, el gigante mundial del acero, ha abierto una grieta en el sistema complementario de pensiones vasco -sería más exacto decir en el guipuzcoano- mientras en las negociaciones del convenio de sus plantas en la provincia más pequeña de España (las factorías de Olaberria y Bergara cuentan con 650 trabajadores y una producción de 1,5 mill0nes de toneladas de acero al año) amaga -"amenaza" en palabras de un trabajador de Arcelor- con "suspender las aportaciones" a Geroa Pentsioak, tal y como refleja la propuesta que realizó la multinacional a los trabajadores el pasado 5 de noviembre.

Geroa es un fondo creado en 1996, una EPSV (Entidad de Previsión Social Voluntaria) que surgió de un acuerdo entre la patronal y los trabajadores, y modelo estudiado por el Pacto de Toledo para extenderlo a toda España como complemento al sistema público de pensiones vigente en nuestro país.

Finalmente, parece que la sangre no llegará al río y la dirección de ArcelorMittal ha retirado, en principio, su propuesta, según aseguran a La Información fuentes sindicales inmersas en las negociaciones del convenio. Pero la 'amenaza' de la multinacional ha roto con un tabú en el mundo laboral vasco y puede haber creado ya una grieta en el denominado oasis económico de la región y en su particular sistema de bienestar. Especialmente ahora, cuando estamos a las puertas de un estancamiento de la economía y con la sostenibilidad del sistema de pensiones puesto en duda en España. Y es que desde los sindicatos se habla ya del "efecto llamada" que puede suponer para otras empresas y sectores la propuesta de Arcelor.

"Que una empresa deje de aportar a Geroa o amenace con hacerlo no es una novedad y en ese sentido no estamos preocupados", asegura uno de los gestores de  la EPSV, Eduardo García Uriarte. "La novedad es que este anuncio, que no se ha materalizado, lo haga una empresa tan grande". Es "normal y ha sucedido ya que en situaciones de crisis, y eso se vio con la de 2008 a 2013, las empresas recorten gastos y tiren de sus aportaciones a Geroa. Siempre hay empresas que salen... Pero una tan grande como Arcelor no había sucedido hasta ahora, aunque me imagino que los sindicatos habrán puesto pie en pared para que eso no se produzca", insiste. De cualquier manera, "en Geroa son muchas más las empresas que quieren entrar que las que salen o dicen que van a salir, incluso de fuera de Gipúzcoa, que por nuestros estatutos no pueden entrar a formar parte de la EPSV de empleo", asegura García Uriarte.

El sistema de Geroa, copiado del existente en Noruega o Suecia, fue creado en 1996 por la patronal guipuzcoana Adegi y los sindicatos ELA, LAB, CCOO y UGT y da una cobertura complementaria a las pensiones públicas a más de 113.298 trabajadores guipuzcoanos, el 36% del total, de 9.294 empresas de 20 sectores de actividad diferentes. En 2018 recibió una aportación de 92,34 millones de euros y gestionó un patrimonio de 2.028 millones de euros. Ese mismo año pagó en prestaciones complementarias de jubilación 52,98 millones de euros a 2.597 jubilados, con un importe mínimo mensual de 173 euros y una media de 182,47 euros.

Lo que hace 'diferente' a Geroa es que las aportaciones a la EPSV se realizan al 50% entre la empresa y el trabajador. Los trabajadores de los 20 sectores presentes en Geroa, además del metal, la construcción, el comercio, el mueble o el comercio textil y más de 30 empresas a nivel individual, entran automáticamente en Geroa en el momento en el que firman un contrato laboral a partir de unas aportaciones fijadas en los convenios de cada sector –no se pueden realizar aportaciones voluntarias- y que abonan al 50% el trabajador y el empresario. El aporte máximo, el 4,60% del sueldo de cada trabajador, lo marca el sector del metal (que es el que creó Geroa y de ahí el simbolismo de las intenciones de ArcelorMittal)  y el mínimo, el 0,4%, el sector de oficinas y despachos y el comercio general. 

Cada trabajador, lógicamente, percibirá a la hora de jubilarse una pensión complementaria en función de la cantidad aportada. En estos momentos, la aportación media de un trabajador del metal es de 109,99 euros mensuales, lo que se supone una expectativa de complemento de pensión de 250 euros mensuales, pero, por contra, la de un asalariado del comercio apenas aporta para su plan 4,58 euros al mes, cuya expectativa es únicamente de 10,5 euros. En este sentido, ¿qué cantidad se ahorraría Arcelor si lleva adelante su amenaza?  "Alrededor de 500.000 euros anuales", asegura una fuente sindical.

El órgano de gobierno de Geroa es paritario entre la patronal, 13 miembros, y los sindicatos, otros 13, que no perciben remuneración alguna por su cargo, y la entidad cuenta con una oficina y 21 trabajadores en plantilla. El fondo que gestiona Geroa invierte en activos financieros de renta fija y variable en todo el mundo y, desde que se creó en 1996, ha obtenido una rentabilidad media del 6,5% cuando la media de los planes de pensiones privados del resto de España apenas han obtenido el 3%. "Los trabajadores que ‘ahorran’ en Geroa tienen de media un patrimonio de 36.479 euros, de los que el 42% provienen de los beneficios generados y el resto de las aportaciones", aseguran desde la mutua.

Un modelo de referencia

Pero, ¿qué son y cómo funcionan las EPSV de empleo vascas para ser tomadas como un modelo de referencia? Los Planes de Pensiones y las EPSV tienen la misma finalidad: complementar la pensión pública. Sin embargo, existen algunas diferencias entre ellos, ya que las EPSV son un instrumento propio y específico del País Vasco que está regulado por la normativa emanada del Parlamento y Gobierno vascos. Las EPSV tienen personalidad jurídica propia y no precisan de una entidad gestora para administrar su patrimonio. Carecen de ánimo de lucro. Los órganos de gobierno están formados por sus propios socios y su composición es democrática. Su supervisión y control corresponde al Gobierno vasco y están incentivadas fiscalmente. Pero no todas las EPSV son iguales. Así, podemos distinguir entre EPSV de empleo (nacidas en el seno de las empresas), individuales (promovidas por entidades financieras) y asociadas (promovidas por agrupaciones y asociaciones).

Para entender el modelo hay que hacer referencia a la implantación de las EPSV en el País Vasco. Así, las de empleo, promovidas por las empresas y los trabajadores, cuentan en la actualidad con más de 450.000 socios y las individuales, ofrecidas por las entidades financieras, con más de 650.000. Las EPSV suman en la comunidad autónoma un patrimonio de más de 25.000 millones de euros -alrededor de 13.000 las de empleo-, el 34% del PIB vasco, unas cifras muy cercanas a los estándares europeos, pero muy alejadas de las cifras del conjunto de España, donde los planes de pensiones privadas apenas representan el 9,5% del PIB.

La singularidad del ‘modelo vasco’ la dan las EPSV de empleo. Entre ellas se encuentra Geroa, y también funcionan así la EPSV de Lagun Aro, donde están incluidos los cerca de 45.000 trabajadores del Grupo Mondragón; Hazia Elkarkidetza, que agrupa a los funcionarios y trabajadores de las tres diputaciones vascas y los ayuntamientos; e Itzarri, para trabajadores del Gobierno vasco, donde están incluidos, por ejemplo, la Ertzaintza y los trabajadores del Servicio Vasco de Salud, Osakidetza. Las EPSV de empleo cuentan además con la ventaja para sus asociados de que, al carecer de ánimo de lucro, tienen unos gastos de gestión del 0,3%, muy inferior a las comisiones de las entidades financieras que ofertan planes de pensiones, que son del 1,3% del patrimonio acumulado por el ahorrador.

Pese a los problemas que surgen, como el mencionado de ArcelorMittal, desde Geroa se asegura que la salud de las EPSV vascas es "buena" y por ello empieza a ser observadas como posible modelo de implantación en toda España. Pero, ¿habrá abierto una grieta en este sistema el gigante del acero indio con su amago de suspender las aportaciones a Geroa?

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