Autoridades lusas lanzan mensaje de tranquilidad sobre la solvencia del BES

  • El Gobierno y el banco central de Portugal lanzaron hoy un mensaje de tranquilidad a inversores y clientes para garantizar la solvencia financiera del Banco Espírito Santo (BES), pese a su exposición a otras empresas del grupo del que forma parte.

Lisboa, 11 jul.- El Gobierno y el banco central de Portugal lanzaron hoy un mensaje de tranquilidad a inversores y clientes para garantizar la solvencia financiera del Banco Espírito Santo (BES), pese a su exposición a otras empresas del grupo del que forma parte.

Después de la tormenta del jueves que llevó a la suspensión -hoy levantada- del BES en la Bolsa de Lisboa, las autoridades lusas aseguraron que la entidad bancaria cuenta con un remanente de capital "suficiente" para hacer frente a potenciales pérdidas por impagos de otras ramas no financieras del Grupo Espírito Santo.

El Banco de Portugal afirmó en un comunicado que los clientes "pueden estar tranquilos", ya que el "colchón" financiero del BES asegura el cumplimiento de los ratios de capital mínimos exigidos a las entidades bancarias.

El primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, insistió por su parte en que los depositantes pueden tener "toda la confianza" sobre la seguridad de sus ahorros y remarcó que "no hay razón" para que el Estado intervenga en la institución financiera.

"Una cosa son los negocios de la familia Espírito Santo y otra cosa es el banco", diferenció el jefe del Ejecutivo conservador para resaltar la distancia entre la parte financiera del banco y las empresas en riesgo de incumplimiento.

Además, Passos Coelho instó a los dirigentes del grupo a actuar "tan rápido como sea posible" para negociar "de forma ordenada" con sus acreedores y minimizar "eventuales incumplimientos" que puedan tener un impacto negativo en la economía del país.

La compleja estructura del grupo, con numerosas ramificaciones y participaciones que se entremezclan entre sí, dificulta conocer el impacto real que tendría la insolvencia de una de sus empresas.

De hecho, el propio BES instó hoy a las autoridades a esperar a la publicación del plan de reestructuración del grupo para poder estimar las potenciales pérdidas asociadas a su exposición al "holding".

Diferentes expertos y analistas lusos ya alertaron del riesgo que conlleva que el propio banco financiase actividades del grupo empresarial.

Además, accionistas del BES -como Portugal Telecom- compraron pagarés emitidos por subsidiarias de este mismo grupo, una práctica también bajo sospecha.

La incertidumbre creada por los rumores que apuntan a posibles insolvencias en empresas propiedad de la familia Espírito Santo presionaron ayer fuertemente al BES en la Bolsa de Lisboa y obligaron al regulador luso a suspender su cotización, horas después de que fuese cancelada también la de su mayor accionista, el Espírito Santo Financial Group.

En respuesta, el BES informó esta madrugada de que su exposición a todo el entramado empresarial alcanza los 1.180 millones de euros por créditos concedidos a subsidiarias del grupo.

Pese a las deudas contraídas, afirmó que su solvencia está garantizada gracias a sus ampliaciones de capital, que le permiten disponer de un colchón financiero de 2.100 millones de euros, según la entidad.

El regulador bursátil levantó la suspensión del BES a media mañana, pero la mantuvo en el caso de su mayor accionista, el ESFG, que detenta un 25 % de su capital y que el miércoles sufrió una rebaja de tres escalones de la calificación de riesgo de la agencia Moody's.

Los responsables del banco se encuentran inmersos en una reorganización de su dirección después de que su presidente, Ricardo Salgado, anunciara que abandonará el cargo tras 22 años en él.

En Portugal, esta renuncia se interpretó como una señal de las presiones del banco central luso para alejar del control del banco a la familia Espírito Santo -una de las más ricas e influyentes del país-, inmersa a su vez en una guerra interna entre sus diferentes facciones.

Está previsto que, el próximo día 31 de julio, la asamblea general de accionistas del BES confirme el nombramiento del economista y ex consejero de Estado Vítor Bento como sucesor de Salgado, una propuesta que a priori cuenta con el visto bueno del Banco de Portugal.

Las dudas sobre la salud del Grupo Espírito Santo y sus posibles consecuencias en la entidad financiera del mismo nombre acabaron ayer por contagiar a los mercados incluso más allá de las fronteras lusas y afectaron también el riesgo soberano de Portugal.

La crisis en este conglomerado empresarial ganó fuerza a partir de mayo, cuando una auditoría independiente detectó irregularidades contables en una de sus filiales, Espírito Santo International.

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