El 41% del gas europeo procede de Rusia

Azerbaiyán y Japón, los nuevos grifos de gas para que Rusia no ahogue a Europa

Los territorios europeos consiguen la ayuda del yacimiento azerí de Shah Deniz y de una de las grandes potencias de importación de este hidrocarburo con el objetivo de reducir su fuerte dependencia de Putin.

El buque
Azerbaiyán y Japón, los nuevos grifos de gas para que Rusia no ahogue a Europa.
PUERTO DE MOTRIL

En el año 2008, un excoronel de la Armada de los EEUU y especialista en Política Internacional, Richard J. Anderson, escribió un informe muy crítico contra la política energética europea, que fue publicado en el Centro Europeo de Estudios de Seguridad George C. Marshall. En dicho documento aseguró que el 38% del gas que importaba Europa procedía de Rusia; y que si continuaba con sus erráticos "planes energéticos", esta dependencia podría ascender al 50 o 60%. Más de una década después, parece que aquella advertencia casi alarmista que el excoronel predecía parece estar cumpliéndose. Así, según los últimos datos de Eurostat, el 41,1% del gas que llega a Europa viene de los yacimientos rusos. Sin embargo, y en plena escalada de tensión con el país que lidera Putin, han aparecido dos países -Japón y Azerbaiyán- que pueden convertirse en los suministros paralelos que 'salven' a Europa, al menos por un tiempo, de dicha dependencia.

Pero esta subordinación al hidrocarburo de Rusia no es igual entre los diferentes países de Europa. Según la Organización Mundial del Comercio y Eurostat, Rusia suministra el siguiente porcentaje de gas en los siguientes países: Austria (63%), Bulgaria (100%), Eslovaquia (100%), Eslovenia (58%), Estonia (100%), Finlandia (100%), Grecia (67%), Hungría (95%), Letonia (100%), Lituania (100%), Moldavia (100%), Polonia (77%), República Checa (100%), Rumanía (92%), Alemania (65%), Polonia (55%), Holanda (26%), Francia (17%), Italia (43%), España (12%), Portugal (10%) y Reino Unido (7%). Atendiendo a los porcentajes mencionados, resulta significativo el poder de monopolio que mantiene Putin como distribuidor de este hidrocarburo sobre gran parte de los territorios de nuestro entorno.

El yacimiento azerbaiyano de Shah Deniz -al sur del Mar Caspio- es una de las dos nuevas fuentes con las que Europa tratará de suplir el gas ruso. Así lo aseguró el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, tras mantener una conversación por teléfono con el presidente azerí, Ilham Aliyev, "agradecí a Azerbaiyán el aumento de los suministros de gas y el hecho de ser un proveedor de energía fiable para Europa". En la actualidad, este país caucásico suministra dicho hidrocarburo a Georgia, Turquía y a algunos países europeos. Sus reservas son explotadas principalmente por la compañía energética británica BP (que tiene el 28,8% de la participación), la petrolera turca TPAO (que tiene el 19%) y la energética estatal malaya Petronas (que posee el 15,5%).

Aunque Rusia es el país con más reservas de gas natural del planeta, este yacimiento azerí -que produce unos 70 millones de metros cúbicos de gas al día- ha llamado la atención a los rusos. Así, una de las grandes multinacionales del país, Lukoil, posee hoy el 10% de las participaciones de la reserva y mantiene sus pretensiones de aumentar dicha cuota.

Por otro lado, Japón ya ha efectuado un envío de gas licuado hacia Europa ante la previsible amenaza de una guerra. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, "expresó profundamente su agradecimiento" al primer ministro nipón, Fumio Kishida, por desviar parte de sus reservas de gas natural licuado (GNL) a la región en previsión de una posible interrupción del suministro por la crisis de Ucrania. Aunque ni Japón ni Europa han hecho pública la cantidad de gas desviado, el país asiático aseguró que esta decisión es "para mostrar solidaridad con aliados y socios afines" y que seguirá cooperando para garantizar la estabilidad energética. De esta forma, Europa consigue gas de uno de los mayores importadores de GNL del mundo, cuya dependencia de Rusia fue, en 2020, de apenas el 6%.

Con la ayuda de estos países se tratará de sustituir -de la casi decena de gasoductos rusos que nutren de gas de forma directa o indirecta al viejo continente- a, en concreto, dos de ellos: el gasoducto de Nadym (oeste de Siberia), considerado como una de las instalaciones más importantes para el abastecimiento a Europa occidental y el Nord Stream 1 -que va desde la ciudad rusa de Víborg hasta la alemana Greifswald, atravesando el Mar Báltico- y que se trata de la principal fuente de gas del motor económico de la Unión Europea, Alemania. 

Aunque España está cubierta con el suministro de gas que procede de Argelia -vía Medgaz-, nuestro país sí podría ver comprometido la llegada de gas que recibe a través de buques o camiones procedentes de Europa. Según afirman desde la consultora enegética E&C, "podría haber un impacto indirecto en en el mercado de GNL, ya que es un mercado internacional. Si hay una crisis en el resto de Europa, el suministro de GNL a España también se verá afectado". Cada día, las maniobras y las decisiones de unos y otros acentúan aún más la amenaza de una guerra. Mientras, Europa cierra acuerdos para mantener cubierta la demanda de gas. De momento, tiene dos grifos asegurados... y solo el futuro dirá si son suficientes.

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