Con el precio del crédito al alza

La banca aprovecha como nunca en 20 años la baja rentabilidad del depósito

La estadística de tipos sintéticos del Banco de España revela que la diferencia entre lo que la banca cobra por los préstamos y lo que paga por las imposiciones cerró 2022 en su punto más alto desde 2003.

La banca exprime al máximo la escasa remuneración de los depósitos a plazo
La banca exprime al máximo la escasa remuneración de los depósitos a plazo
EUROPA PRESS

La subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) ha tenido un efecto dispar, que está permitiendo a la banca sacar el máximo provecho. Así, mientras que las entidades financieras han trasladado este encarecimiento del precio del dinero al crédito, con una subida del coste de financiación de los nuevos créditos y préstamos, éste, en cambio, no se ha tenido el mismo efecto en los depósitos. Según la estadística que recoge el Banco de España, para los tipos sintéticos, 2022 acabó con la mayor diferencia de la serie histórica, que arranca en enero de 2003, entre el indicador del coste de financiación y el de depósitos. Es decir, la diferencia entre lo que la banca paga por sus depósitos y cobra por sus préstamos está en niveles nunca vistos. En concreto, 373 puntos básicos, cuando la media histórica se sitúa en los 263 puntos básicos. 

Así, el índice sintético del coste de los nuevos créditos y préstamos a las sociedades acabó diciembre en el 3,86% impulsado por esta situación. Sin embargo, es cierto que este indicador comenzó a subir en la primavera de 2022, justo cuando el Euríbor entró en positivo, pero no fue hasta que el BCE acometió la subida histórica de 75 puntos básicos, en septiembre, cuando dio el gran salto, pasando del 2,28%, de agosto, al 2,87%, precisamente de septiembre. A partir de ese momento ha mantenido un comportamiento alcista. En este sentido, la banca ha trasladado este coste tanto a hogares como sociedades no financieras, pero han sido los primeros donde más se ha elevado, hasta el 4,12%, frente al 2,63% que arrancó el año, situándose por encima del tipo para las e empresas, que cerró el pasado ejercicio en el 3,80%.

En cuanto a la estadística de tipos sintéticos de los depósitos refleja que esta subida del precio del dinero no ha tenido el mismo efecto, precisamente por la resistencia que tiene la banca a remunerar los depósitos, y que está ofertando fondos monetarios como alternativa a los depósitos. No obstante,  es cierto, que ha ido mejorando con el paso de los meses, lo que ha permitido pasar del 0,01% de enero hasta acabar el año en el 013% de diciembre. Aún así, también se repite que el tipo de interés sintético de los hogares es menor, en concreto 0,08% al de las empresas no financieras, que se sitúa en el 0,28% en diciembre. 

La clave está en la subida de los tipos del BCE y en el exceso de liquidez de los bancos. El organismo los ha disparado de manera abrupta en 2022. De esta manera, el banco central que preside Christine Lagarde colocó el precio del dinero en 2,5% en apenas cuatro reuniones. Para este 2023, ya el BCE ha aprobado un incremento de medio punto, hasta situarlos en el 3%, aunque también contempla nuevos incrementos, a más tardar en la reunión de marzo, que podría llevar a los tipos de interés hasta el 4%. Esto, presumiblemente supondrá todavía ahondar esta diferencia, ya que la banca alega que no tiene necesidades acuciantes de captar depósitos de sus clientes, penalizando la remuneración de los tipos de los depósitos. Desde el BCE reconocen que esta evolución es como consecuencia de la subida de tipos y permite a la banca obtener un jugoso beneficio. 

La mayor diferencia incluso desde la burbuja inmobiliaria

Esta diferencia entre el coste de los nuevos préstamos y el cargo de depósitos es mayor que, incluso, en los años que precedieron al estallido de la burbuja inmobiliaria. No hay que olvidar que en el verano de 2008, el entonces presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, subió los tipos de interés, lo que elevó el tipo de interés sintético, llegando a superar el 6,5% (el Euribor marcó su nivel más alto en julio en el 5,393%). Por contrapartida, los bancos también remuneraban los depósitos con rentabilidades interesantes debido a las necesidades de liquidez que tenían. Con un tipo sintético de interés en depósitos que llegaba a superar el 3%, el diferencia más elevado en ese 2008 fue de 336 puntos. 

Con el estallido de la burbuja inmobiliaria, el encarecimiento del crédito se mantuvo, aunque en menor medida que antes del 'boom', con niveles que llegaron a superar por poco el 4%, mientras que el de los tipos sintéticos de los depósitos emprendió un camino a la baja, a medida que el BCE bajaba tipos de interés y aprobaba su ‘quantitative easing’ que inundó de liquidez el mercado. Esto llevó a que el tipo de los depósitos se situara por debajo del 1% y el diferencial entre ambos tipos rondara el 3%. Esta disparidad marcó mínimos a medidos de 2021, ya que el tipo de los nuevos préstamos se situaba en torno al 1,6%, mientras que el de los depósitos permanecía prácticamente anclado en el 0% (en concreto en el 0,03%).

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