Banco Central de Brasil dispuesto a dejar la tasa en 14,25% tras siete alzas seguidas

  • El Banco Central de Brasil (BC) se apresta a mantener la tasa de referencia en 14,25% anual este miércoles y cortar una saga de siete alzas consecutivas para no agudizar el contexto recesivo de la economía, pese a una caída del real y una inflación creciente.

El último informe sobre las expectativas del mercado realizado por el BC indica que la mayoría de los analistas y operadores apuestan por la estabilidad de la tasa, ya que consideran que su nivel es suficientemente alto y que las dificultades no pasan por la política monetaria, sino por el mal desempeño de la actividad y sus consecuencias fiscales por la merma de la recaudación.

La séptima economía del mundo está ahogada, además, por la caída del precio de las materias primas, las turbulencias en China y, sobre todo, por el debilitamiento del Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, cuya popularidad se derrumbó precozmente al ritmo de un gigantesco escándalo de corrupción en la estatal Petrobras y fue seguido de una disminución de su fuerza de apoyo en el Congreso.

"La palabra crisis está por todos lados. No es la política monetaria que va a blindar al país, cambiar el escenario internacional ni reducir la inflación rápidamente", resumió Zeina Latif, economista jefe de XP Investimentos, en declaraciones a la AFP.

"El Banco Central ya fue bien explícito en esa cuestión: lo que viene es una pausa prolongada y por lo tanto no habría razones para imaginar un alza de las tasas ahora", añadió.

Latif coincide con otros economistas en que el elevado nivel actual de la tasa de interés -está en su techo en 9 años- debería tener un efecto gradual sobre los precios y una eventual nueva escalada será contraproducente para la erosionada actividad económica.

El Gobierno espera que el PIB se contraiga 1,49% este año, por debajo del retroceso de 2,26% que anticipa el mercado, y espera un modesto crecimiento del 0,26% para el próximo, también contrastante con la caída del 0,4% que proyectan los operadores.

Con la economía en recesión tras un segundo trimestre que mostró una contracción del PIB de 1,9%, y que fue precedido por la caída de 0,7% en el primero, el Gobierno presentó el lunes un presupuesto deficitario para el 2016 por primera vez en su historia, lo que acercó al país a la posibilidad de perder el preciado grado de inversión, sello de buen pagador que otorgan las calificadoras de riesgo internacional.

"La tasa debería ser mantenida en 14,25%. La economía no crece, no hay dinero direccionado a inversiones (...) Y el hecho de que el Gobierno envió al Congreso un presupuesto con déficit fiscal para el próximo año agrega más temor a los inversores, principalmente a que Brasil pierda su grado de inversión", dijo Marcio Cardoso, socio-director de la corredora Easynvest.

Para el especialista, los problemas ligados a la volatilidad cambiaria son "mucho más una cuestión externa que un tema de la tasa de interés. Pasan por una serie de variables que no pueden ser controladas: la cuestión política, Petrobras, los problemas de China, la perspectiva de un aumento de las tasas en Estados Unidos", añadió.

El país recorre su quinto año de magra o nula expansión y la tendencia se agudizó en 2015. En medio de la acelerada desvalorización del real, que perdió 26,6% de su valor este año, la inflación llegó a 9,56% en la medición a 12 meses y quedó muy lejos del centro de la meta programada del 4,5% (con dos puntos de tolerancia en ambos sentidos).

El deterioro económico se potencia por el turbulento panorama local, que abunda en pedidos de "impeachment" (juicio político) contra Rousseff, cuestionamientos a la transparencia financiera del oficialista Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) y roces con el parlamento por las medidas de austeridad que impulsa la presidenta, incluido dentro de su propia tropa de legisladores.

El Gobierno afirma que el fuerte ajuste que busca aplicar y el blanqueo de los problemas macroeconómicos es una decisión política de asumir con realismo la crisis para superarla y sentar las bases para el crecimiento.

Pero no todos comparten ese optimismo.

"Aún no hay señales de que hayamos tocado el fondo del pozo", dijo Latif.

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