Al 7,2% este año

El BdE calcula que el tope al gas solo rebajará la inflación en medio punto

El supervisor bancario ha revisado a la baja el crecimiento previsto para la economía española hasta el 4,1%, dos décimas por debajo de lo que estima Moncloa. En el segundo trimestre, el PIB crecería un 0,4%.

Hernández de Cos, BdE
El supervisor del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
Europa Press

El Banco de España calcula que el límite al precio del gas que se utiliza para generar electricidad solo recortará la inflación en medio punto porcentual. Así, tras la entrada en vigor de la medida más ambiciosa del Gobierno para contener la escalada de precios, el supervisor bancario cree que 2022 cerrará con un índice armonizado de precios al consumo del 7,2%. El recorte con respecto a la previsión publicada en abril es de apenas tres décimas y es que, aunque el BdE prevé que el tope al gas surta efecto, las perspectivas están marcadas por los riesgos a la baja y la incertidumbre económica internacional. Además, el supervisor da por hecho que los precios de la alimentación seguirán al alza durante los próximos meses y también lo hará la inflación subyacente.

De hecho, el supervisor advierte que si bien la limitación del precio del gas contribuirá a una reducción de la inflación general este año, tendrá consecuencias en sentido contrario para 2023. "Respecto al impacto sobre la inflación en 2023, si bien la factura del consumidor minorista se situaría en niveles inferiores a los que se habrían pagado de no existir este mecanismo, cabe esperar que su efecto sobre la tasa de inflación promedio del año próximo sea ligeramente positivo, de en torno a 0,1 pp", explica en el informe trimestral sobre la economía española. Por su parte, el Gobierno calculaba que la medida tendría un impacto de ocho décimas sobre la tasa interanual desde junio a diciembre. El BdE ha elevado la previsión de la inflación en seis décimas de cara al próximo año, hasta el 2,6%, porque considera que el mecanismo irá perdiendo efectividad.

En cuanto a la inflación subyacente del IAPC, estima que sea del 3,2% este año y que se reduzca al 2,8% en 2023. En el último dato publicado este mismo viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de inflación subyacente, que excluye a los productos energéticos y a los alimentos frescos, alcanzó el 4,9% en mayo. Con todo, el BdE -que advierte que ambos índices, el del INE y el suyo, no son idénticos- sigue esperando una "moderación de las tasas de inflación recientes" a lo largo de los próximos trimestres, "en línea con las cotizaciones en los mercados de futuros de las materias primas". 

Las proyecciones macroeconómicas publicadas este viernes suponen un nuevo jarro de agua fría para el Ejecutivo. El Banco de España prevé que el producto interior bruto (PIB) crezca un 4,1% este año, frente al 4,5% de la proyección anterior. Este pronóstico es ligeramente más pesimista que el de Moncloa, que prevé un crecimiento del 4,3% y sitúa al BdE en línea con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que actualizó sus previsiones esta semana y contempló un avance del PIB español del 4,1%. La evolución del primer trimestre, cuando la economía apenas creció tres décimas, ha llevado al supervisor a esta revisión. De cara al segundo trimestre, el BdE pronostica un crecimiento del PIB del 0,4%.

El BdE cree que el PIB recuperará el nivel previo a la pandemia a finales de 2023, en concreto, considera que esta situación se producirá en el tercer trimestre. No obstante, alertan de la incertidumbre que tiñe estos cálculos. El director general de Economía y Estadística, Ángel Gavilán, ha explicado que los niveles de consumo todavía no alcanzan los previos a la crisis del coronavirus, pero confía en que se intensifique el gasto privado durante este año y el siguiente. La reactivación económica de los sectores más afectados por la pandemia y la llegada de turistas extranjeros potenciará el crecimiento económico este año y el siguiente, según el BdE.

La nota positiva la aporta el empleo, igual que en las perspectivas del Gobierno. El BdE mejora la previsión para la tasa de desempleo que pasa del 13,5% en abril al 13% ahora. En 2023, la institución que dirige Pablo Hernández de Cos estima que el mercado laboral continuará con su dinamismo y el desempleo se reducirá al 12,8% y al 12,7% en 2024. No obstante, son estimaciones menos optimistas que la de Moncloa que espera que el desempleo baje al 10% en 2025.

Teniendo en cuenta el incremento de la recaudación y las recomendaciones de la Comisión Europea, el Banco de España cree que el déficit terminará el año en el 4,6% del PIB, una expectativa más ambiciosa que la del Gobierno, que estima cerrar el año en el 5%. El director general de Economía ha descartado que la totalidad de los ingresos tributarios sean estructurales y da por hecho que se reducirán en el medio plazo. En cambio, el supervisor ha empeorado la previsión para la deuda pública y considera que será del 114,9% este año y del 113,2% en 2023.

Pese al desconocimiento de cómo será finalmente la prórroga del plan de respuesta a la guerra, el Banco de España ha incorporado una actualización mecánica de algunos indicadores. El supervisor prevé un incremento del PIB muy leve, de menos de una décima y una reducción de la inflación de más de tres décimas para este año, si el descuento de los carburantes y las medidas fiscales vinculadas a la electricidad se extienden hasta septiembre. Este escenario elevaría el déficit en tres décimas con respecto a la previsión anteriormente mencionada. Cabe señalar que el informe incorpora información hasta el 17 de mayo. Así, el BdE todavía no ha estudiado el impacto económico de la crisis con Argelia.

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